jueves, 25 de junio de 2015

EN TORNO AL MARTINISMO RUSO



EN TORNO AL MARTINISMO RUSO EN CHILE Y  LA AMERICA DEL SUR


Lejos del ánimo de polemizar con cualquier clase de martinismo, orden martinista o estudioso de la historia del martinismo (sobre todo en el viejo continente), es necesario hacer algo de luz en la historia del martinismo ruso en Chile y Sudamérica a fin de clarificar algunas opiniones que han tratado de introducir la desconfianza en esta filiación tan importante como única en el mundo. No es el martinismo ruso el que se encuentra en entredicho en cuanto a una supuesta cadena ininterrumpida, de iniciador a iniciado en esta zona geográfica, sino por el contrario, son substanciales e incontestables sus orígenes tradicionales. Por tanto, el llamado martinismo ruso de la filiación G.O.M. – Rogalev Girs, Sergie Veshñacov, en lo absoluto está interesado en reclamar alguna posición frente a otras filiaciones rusas, ni menos ante el martinismo francés.

El martinismo ruso, como lo hemos explicado en otros estudios, se instala oficialmente en Chile el día 26 de noviembre de 1953. Ese día se inauguran los trabajos de la Orden Martinista de Chile. A la cabeza se encuentra Nicolás Rogalev Girs, acompañado por Sergei Veshñacov y otras personas que habían conocido la Iniciación antes de este importante acontecimiento.

Pese a que el martinismo francés ya se encontraba trabajando desde hacía bastante tiempo en Chile, no hubo ninguna relación entre estas dos filiaciones. Al contrario, la filiación francesa siempre se preocupó de estar lo suficientemente lejos de los trabajos del martinismo ruso debido a un cierto desprecio por personas que habían sido recibidas en calidad de refugiados por la persecución política, sumado a una situación económica y social desmejorada en que se encontraban estos iniciadores rusos. En una palabra: fueron despreciados y mirados a menos.

Por tanto, el ingreso del martinismo ruso en Chile se produce en silencio, procurando sus propios miembros, sin enfrentar a nada ni a nadie, ni menos dividiendo a ninguna organización, para instalarse después gracias al resultado de algún cisma. Por el contrario los más importantes dirigentes de estas dos filiaciones (francesa y rusa) nunca llegaron a conocerse.

Nicolás Rogalev llega a Chile el 14 de agosto de 1948. O sea, después de 5 años y 3 meses, el iniciador ruso y su acompañante inauguran la Orden Martinista de Chile. Suficiente tiempo tuvieron como para captar a personas que reunieran las condiciones para aspirar a la iniciación martinista-rusa.

Debemos preguntarnos a estas alturas, si acaso Nicolás Rogalev, se vio en la necesidad de “inventar” una Orden Martinista? Ciertamente que no, ya que él como iniciador no necesitaba inventar nada, pues todos los grados que poseía, transmitidos en persona por su maestro, Gregorio Otonovish de Mebes, lo habilitaban para seguir con el trabajo tal cual lo estaba realizando en Saint-Petersburgo, antes de la persecución comunista. Necesitaba de algún instructor o de rituales franceses para continuar con su labor? Tampoco, pues su maestro G. O. M. lo había instruido en la ciencia tanto del martinismo de tradición, como de la masonería y lo más importante, del rosacrucianismo al interior de los “Rosa+cruces Rusos de la Fama Fraternitatis”. Los rituales? Precisamente los mismos que usaban en Rusia, que son bastante diferentes a los de la invención francesa. Ya los analizaremos.

El martinismo ruso en Chile, no es el resultado de la invención de algún cabecilla que se encuentra en disputa con algún poder externo o con organizaciones paralelas y que busca algún tipo de exclusividad, por el contrario, es el resultado y continuación más fiel del trabajo logial realizado en Saint-Petersburgo.

MARTINISMO RUSO (definición)

Es el nombre genérico que se ha dado a la corriente o movimiento iniciático, hermético, occidental y cristiano que procede de Rusia y traído a Chile personalmente por iniciadores rusos. Se dice “martinismo” dado a que principalmente la vía de manifestación ha utilizado rituales adaptados con este propósito. El llamado martinismo ruso, debería estar constituido por:

1).- Una filiación a la Masoneria Escocesa.
2).- Una filiación al iluminismo cristiano a través de la masonería cristiana (Régimen Escocés Rectificado de Willermoz), Estricta Observancia Templaria y el movimiento saint-martiniano. No olvidar, que Martines de Pasqually tiene mucha importancia en la influencia del pensamiento tanto en la génesis al interior el willermocismo como en el movimiento saint-martiniano.
3).- Por los “Rosacruces Rusos de la Fama-Fraternitatis”, cuyo manual de estudio está constituido por las lecciones que G. O. M. dictara para dicha organización.

Qué se pudo implementar de este concepto acá en Chile? Solamente la funcionalidad media, pero solo en el área del estudio del pensamiento de Louis Claude de Saint-Martin; y esto canalizado como “martinismo” por el uso de un ritual compuesto por Nicolás Rogalev de memoria al que usaban en Saint-Petersburgo.

Sin embargo, para la Tradición rusa, el pensamiento de Saint-Martin, solo era parte de una introducción a los grandes temas. ¿Cuáles son los grandes temas? La realización de la propuesta Rosacruz Primaria y la implementación del programa Templario.

Por tanto, sus dirigentes y miembros de los altos grados en estas vías de realización nunca fueron ignorantes al que hacer de la política en la corte de Rusia, ni de la religiosidad y misticismo de la Iglesia ortodoxa rusa.

En general y al observar la historia, las sociedades secretas iniciáticas, siempre buscaron caminos para que la sociedad y el pueblo ruso encontraran los medios y canales para obtener la tan anhelada Justicia social, acercando un poco de felicidad al pueblo oprimido.

Entonces, el llamado “martinismo ruso” en la América del Sur, solo está radicado  en el trabajo en torno a algún ritual martinista? Ciertamente que no, pues la realización de semejante programa dista mucho de lo que han querido ver, los “martinistas franceses”.

En Chile, el 99% de los martinistas están vinculados y tienen su origen en el martinismo ruso. Las divisiones que hoy observamos, son por causa de las divisiones intestinas surgidas de la introducción del martinismo francés en la jurisdicción chilena. Primero, Jean Bricaud y sus diferencias con Blanchard, Chaboseaux y otros y su idea de “masonisar” la orden; luego Phillipe Encause con su “Unión de Ordenes martinistas” y finalmente Robert Ambelain con sus inventos y componendas en la Orden Martinista Iniciática, Orden Martinista los Elus Cohens, etc.

Ciertamente que el aporte del martinismo francés en América ha sido absolutamente pernicioso, viciado y principalmente conflictivo. Disfrazados de un aparente espiritualismo místico cristiano, han instalado tanto en Europa y otros continentes, sendas batallas campales con el único propósito de posicionar en torno a sus propios egos, grandes maestrías que en nada han aportado a nadie. Y claro está, siempre hay personas que se han prestado para seguir en este juego peligroso.

EL MARTINISMO RUSO EN EUROPA.

Por las noticias que tenemos de algunos que han estudiado el tema, en Europa cabe destacar algunos personajes que han hecho esfuerzos por vincularse a la filiación rusa del martinismo, ellos pueden ser:

-         Valentín Tomberg, en Inglaterra.
-         Armand Toussaint, al interior del la Orden Martinista de los Caballeros de Cristo.
-         George Terapiano.
-         Robert Ambelain.
Solo lo mencionamos pero es un caso que requiere una investigación especial.

0
0  0
0  0  0

0  0  0  0  0

DIA DE TODOS LOS MUERTOS



DIA DE TODOS LOS SANTOS O DIA DE LOS MUERTOS
1º DE NOVIEMBRE-2005

LA ACACIA FLORECIÓ EL
DIA DE UN MAESTRO PASADO

         Hoy ha sido un día caluroso, ideal para salir ya por la tarde con la llegada del aire fresco. Mucho tiempo, quizás años, había abrigado la esperanza de encontrar el lugar donde reposaban los restos de quien fuera el fundador del Martinismo Ruso en Chile.

        Ayer ya lo había pensado; era la fecha ideal para encontrarlo, o a lo menos hacer el intento.

        En la localidad de Puente Alto, al sur de la ciudad de Santiago de Chile, existe un pequeño y escondido cementerio ruso. Tenía antecedentes de que allí probablemente estuvieran descansando sus restos mortales.

        Llegué a las puertas del cementerio y no había ningún movimiento como se estaba dando en los cementerios de la ciudad en este día, donde la gente se aglomeraba por entrar y visitar a sus deudos. Aquí no; todo tranquilo. Me abrió la puerta el cuidador, y le pregunté donde estaba enterrado don NICOLAS ROGALEV GIRS, pero no sabía. Me dijo que esperara para consultar el registro de quienes estaban enterrados allí. Como demoraba, comencé a internarme en el cementerio por entre las tumbas y tratando de adivinar del idioma ruso escrito en algunas lápidas y cruces rusas su nombre. Buscaba entre las que estaban mas a la vista por si acaso aparecía su nombre, pero sabía que no estaba entre ellas porque el había terminado sus días como un hombre pobre y olvidado de sus discípulos que fueron muchos. Curiosamente algo nos conectaba, pensaba yo, pues en la última etapa de su vida se había dedicado a vivir del producto de sus manos haciendo restauraciones de cosas antiguas; yo me dedico ha trabajar también con mis manos en el negocio de las enmarcaciones donde también hago restauraciones.

        Llegué hasta el final y no lo encontré. Cuando me devolvía apareció el cuidador del cementerio ruso, quien me dijo que posiblemente no estaba enterrado allí pues en el listado no aparecía nadie con ese nombre. Que raro, le dije yo, porque tengo antecedentes que me dicen que él estaría aquí. Consúltelo usted mismo me dijo y me pasó un viejo libro de actas. Comencé a revisar hoja por hojas hasta que finalmente apareció su nombre. Había muerto a los 74 años en 1972. Su ubicación era F 66. Lo encontramos como me lo imaginaba.

        No existía ninguna tumba, solo era un lugar en el suelo con una cruz caída, que el cuidador se apresuró a poner de pié y la afirmó como pudo. Ese era el lugar, con el pasto crecido hasta mis rodillas. Haciendo a un lado la vegetación me paré justo a sus pies y lo recordé como el hombre que había sido iniciado en la antigua filiación del Martinismo Ruso en Saint-Petersburgo por el mismísimo Gregory Ottonovich de Mebes, conocido por sus iniciales “G. O. M.”, quien era el Gran Maestro del Rito Escocés Antiguo y Aceptado y Jefe de los “Rosacruces Rusos de la Fama Fraternitatis” y Jefe del Martinismo de tradición. Lo recordé como “Sublime Principe Patriarca Gran Conservador del Rito de Memphis y Misraim Grado 95º” de que él estaba investido. Lo recordé como fundador de la “Orden Martinista de Chile”, cuna de la cual salieron todos o casi todos los martinistas chilenos. Lo recordé como representante en Chile del Gran Maestro en Francia, Phillipe Encausse. Lo recordé como fundador de la “Gran Logia Martinista Autónoma Sudamericana” donde restituyó los siete grados del martinismo ruso. Lo recordé como hombre de bien que dio mucho de sus mejores momentos a quienes no le pagaron con el agradecimiento a su obra, sino que hasta algunos con la traición.

        Le di las gracias, con algunas lágrimas de emoción, por quienes, aunque no le conocimos personalmente, hemos traído hasta ahora y por siempre en nuestros cuerpos, almas y espíritus el sello imborrable de la iniciación.

        Allí parado correctamente le conversé como si hubiese estado frente a mí. Después de un rato y haciendo el signo del aprendiz masón, me alejé con mi pecho lleno de emoción como si hubiese encontrado a un amigo perdido. Este día la Acacia floreció…


Dionisio E. Jara R.
S::: I:::
S:::I::: I:::