viernes, 12 de septiembre de 2014

LA TEURGIA DEL MARTINISMO







LIBRO V

LA TEURGIA DEL MARTINISMO


  1. Rituales Comparados.
  2. Ritual Martinista Operativo y General.
(Ritual del Plenilunio)

CAPITULO UNO                RITUALES COMPARADOS


RITUALES COMPARADOS EN EL 1º GRADO, ASOCIADO MARTINISTA,
 DE LA FILIACION FRANCESA Y
DE LA FILIACION RUSA DEL MARTINISMO.





CAPITULO  DOS               RITUAL MARTINISTA OPERATIVO Y GENERAL
                                               (RITUAL DEL PLENILUNIO).

            A continuación damos a conocer a los Iniciados en el Martinismo en cualquiera de sus Filiaciones, un Ritual que nos parece de gran utilidad. El motivo es para que este sea puesto en práctica, ya que su eficiencia es probada y, además, su uso constituye un procedimiento que en la actualidad aún sigue siendo usado por muchos Iniciados y varias Ordenes Martinistas en el mundo. Lo transcribimos en su totalidad y sin ninguna alteración o comentario puesto de nuestra parte, para que su uso sea absolutamente confiable. Dice así:

RITUAL DE LAS ORDENES MARTINISTAS
RITUAL MARTINISTA OPERATIVO Y GENERAL

“...Amonesto pues, ante todas las cosas, que se hagan rogativas, oraciones, peticiones, hacimientos de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad...”
(San Pablo, 1ª de Timoteo II: 1 y 2)

“...Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice traspasar, y rogad por ella al Señor; porque en su paz tendréis vosotros paz...”
(Jeremías XXIX: 7)

            Las Altas Autoridades Martinistas, constitutivas de la Unión de las Ordenes Martinistas, prescriben y recomiendan que se ponga en práctica este Ritual General, por todos los miembros de sus respectivas Ordenes, de todos los grados, y cualquiera que sea el sexo del Operador, si estiman, en consecuencia, que están en condiciones de aceptarlo.
            Tiene por objeto permitir a todos los Martinistas esparcidos por el mundo, cualquiera que sea su grado iniciático o su dependencia, para que actúen, conjunta y solidariamente, en ciertas épocas mensuales, en la Obra común, esto es, en la Reintegración Universal.
            Este ceremonial, para que lo puedan seguir los Martinistas que pertenecen, sea a la vía “Operativa” o a la “Cardiaca”, es un compuesto mixto, equitativo y necesario, que realza las dos vías tradicionales.
            No obstante, nosotros recomendamos que, si los discípulos directos de Louis Claude de Saint-Martin practicaron exclusivamente, a partir del siglo XIX, la Acción solo por la Oración, los seguidores de Martines de Pasqually debían seguir, obligatoriamente, conjuntamente los dos métodos: la Oración y la Operación, aquellas desde el siglo dieciocho.
            Por consiguiente, este Ritual General es un retorno a las fuentes más tradicionales, puesto que constituye la expresión de un verdadero Culto, en el sentido que dieron a esta palabra los primeros fundadores de nuestra cadena secular.
            En el Oriente de la Unión de las Ordenes Martinistas,
París, Diciembre 25 de 1961 D. C.

El Soberano Gran-Maestro                            El Soberano Gran Maestro
   de la Orden Martinista                                  de la Orden Martinista
                                                                             de los Elus-Cohen
            JEAN :::                                                         AURIFER :::
PHILIPPE ENCAUSSE                               ROBERT AMBELAIN







I  - PRELIMINARES
DEL RITUAL MARTINISTA OPERATIVO Y     GENERAL

1.      DEL REGIMEN ALIMENTICIO:
El día de la Ceremonia, se debe observar una sobriedad razonable. Será bueno comer frugalmente  y no beber sino agua pura durante le merienda. Si es posible, proscríbanse ese día el tabaco y los excitantes, tales como el café.

2.      DEL REGIMEN SEXUAL:
Es evidente que, en los días que preceden a la Ceremonia, queda prohibido todo exceso. El número de días está en relación con el temperamento y la edad del Oficiante. Pero este último, en lo posible, no debe haber tenido ninguna unión sexual desde veinticuatro horas antes, por lo menos. Si el Oficiante es una mujer, ella no debe actuar jamás durante el periodo de su “impureza” mensual.

3.      LUGAR DE LA CEREMONIA:
El ideal es, por cierto, una sala dedicada exclusivamente al estudio, la meditación y la oración. La descripción de este tipo de Oratorio, se encontrará en las obras especializadas (Teurgia, Kábala práctica, Magia Ceremonial). Si falta, se trabajará en una pieza psíquicamente adecuada: gabinete de trabajo, salón, comedor, estudio.
El aire debe haberse renovado algunas horas antes. La pieza debe tener una temperatura aproximada a los 18º o 20º centígrados. Si se trata de un comedor, precisa cerrarlo con doce horas de anticipación por lo menos y hay que quemar incienso (una pequeña cantidad), para purificarlo, después de haber renovado el aire en abundancia. Desde el momento en que se cierra esta pieza, se prohíbe estrictamente entrar a ella a cualquier mujer en estado de “impureza” mensual.

4.      LAS VESTIDURAS.
Con seguridad, lo mejor será revestirse con el Alba de lino blanco. Este es el vestido tradicional. Se le completa con un Cordón de lana o seda, de color rojo, que debe ser lo bastante largo para dar dos vueltas alrededor de la talla y caer en dos vástagos sobre la pierna izquierda, de sesenta centímetros de largo más o menos para cada vástago. Estos terminarán con una borla de la misma naturaleza (seda o algodón). Estas Albas y borlas, se encuentran en los negocios de artículos religiosos. También se los puede hacer cada cual. A falta de lino, se puede utilizar ciertas telas: lino con mezcla de algodón, percala, etc. El Alba debe llegar hasta cuatro dedos del suelo, más o menos.
Los pies se calzarán con sandalias de yute o fibra de palma, en verano, y zapatillas de lana en invierno, provistas en su interior de una plantilla aisladora, de corcho o de caucho.
La cabeza y manos estarán desnudas, esto es, desprovistas de toda cosa extraña. Previamente se habrán retirado todos los objetos metálicos: anillos, relojes, llaves, etc.
El Oficiante que actúe con ropa corriente, debe saber que con ello se priva de una parte importante de su eficiencia en los “planos” inmediatos, y que se expone a que lo penetren corrientes psíquicas que le pueden quitar una parte de su potencia espiritual.
El Oficiante, con o sin Alba, llevará el Cordón o el Collar de su grado, collar o Cordón al que se le habrá retirado la Joya habitual de la Orden.

5.      MANTEL DE LA CEREMONIA:
Lo constituye un mantel de tela de lino o de seda, rojo o carmesí, de forma cuadrada, de dimensión del codo piramidal o codo sagrado del antiguo Egipto (sirvió en las medidas de la construcción del Templo de Salomón). Esto es 0,635m. por lado. Es curioso que, la sección dorada del metro, es la que más se le aproxima.
Sobre el Mantel, al centro, y de un diámetro de 0,21m. más o menos, se pinta o jalona el Pantáculo Martinista tradicional, de colores negro y blanco. Si falta (y esto es de igual eficiencia), bastará colocar, a la derecha del Candelabro Central, la Joya metálica de la Orden.
Si el Mantel es de tela o de seda blanca, el Pantáculo estará bordado en rojo y negro.
El Mantel será bordado, sin ningún adorno(franja, cinta u otra cosa).

6.      OBJETOS ACCESORIOS:
Se tendrá un candelabro de metal, bastante alto, destinado a mantener la Luz Central, que se pondrá al centro del Pantáculo, cuando llegue el momento. Se completa con un segundo Candelabro, más pequeño, destinado a mantener la Luz corriente con la cual se encenderá la Luz del Centro.
Se usarán Velas de cera pura (cera bruta de abeja) o de cera litúrgica (con 30% de cera de abeja), que se encuentran en el comercio especializado.
Se tendrá también un Incensario de bronce o de cobre o, mejor aun, un Pebetero de barro, modelo pequeño, que se abastecerá en el momento adecuado con brasas especiales para incensar, que venden en las casas del ramo.
El Incienso debe ser de Olibano, llamado incienso macho, en lágrimas, que se guardará en un estuche de metal, o en una naveta clásica. Se proscribirá el incienso llamado de iglesia, pulverizado, y los compuestos de varias resinas.
El Puñal (o la Espada) será del tipo de guardia crucial, con lámina lisa de dos filos, puntiaguda, recta o flamígera. Los ornamentos de la empuñadura o de la guardia y del extremo de la guarnición de la espada, representarán el Pantáculo Martinista, o los emblemas del Templo de Salomón (ornamentos del tipo llamado “masónico”). Es preferible que la empuñadura sea de madera, de cuero o, si ella es de metal, que esté recubierta con una ligadura aislante de lana o de seda (acordonada).
El Altar se levantará sobre una mesa de madera, de cara al oriente real. Se pondrá allí el Mantel de Ceremonia, con el Pantáculo convenientemente orientado. El Incensario se pone a la derecha del Pantáculo, es decir, a la izquierda del Oficiante. El Puñal se colocará, con la punta hacia el oriente, a la derecha del Oficiante, es decir, a la izquierda del Pantáculo. Al centro del Pantáculo, el Candelabro Central. A la derecha del Oficiante, la Vela corriente en su Candelabro. Al frente suyo, el Ritual.

7.      LAS ACTITUDES:
El oficiante actúa de pié. Durante sus Oraciones tendrá, si puede, sus manos abiertas en forma de copa con cara al cielo, y los codos apretados contra el cuerpo; y leerá el Ritual colocado ante él. Si el espacio es reducido, tendrá el Ritual en su mano derecha y el Candelabro con la Vela corriente en la mano izquierda.

8.      LA ILUMINACION:
Previamente se habrá apagado toda la iluminación profana, especialmente las lámparas eléctricas. No deben haber mas que las dos luminarias del Ritual, en virtud de una ley oculta, que hará venir una tercera “luz”, como consecuencia del hecho que implica la presencia de las otras dos.

9.      GENERALIDADES:
El Oficiante debe conservar el Alba y el Cordón en un estado de limpieza perfecta. Aparte del lavado, no se les debe mezclar con ropas sucias.
Interesa actuar de pié, sobre una alfombra de lana bastante gruesa, por pequeña que sea.
Fuera del momento de las Ceremonias, los accesorios rituales se guardarán lejos del alcance de manos profanas, al abrigo de toda suciedad. Para esto, se puede utilizar una pequeña maleta nueva.
El Oficiante debe saber que los textos que se usan en este Ritual, son los antiguos textos del Martinismo tradicional del siglo XVIII, o textos rituales que proceden de Ceremoniales aun más antiguos. Como tales están “Vitalizados” por el uso. Los que proceden del Martinismo primitivo, tuvieron por autor al mismo Martines de Pasqually. Es el caso de la mayor parte de estas Oraciones.

10.  TIEMPOS DE LOS OFICIOS:
Durante el año, por ser la Pascua, con la conmemoración de la Resurrección del Cristo y de su victoria sobre la Muerte, la imagen de la Reintegración de toda la humanidad y de su Resurrección, es útil actuar tomando en cuenta un ciclo que haga repercutir en lo Invisible, por una especie de eco psíquico y espiritual, esta conmemoración solemne.
He aquí por qué se ha fijado, la fecha mensual de esta Ceremonia General, en el Domingo que sigue a cada luna llena (la Pascua tiene lugar el Domingo siguiente a ala Luna llena del equinoccio de primavera, en el hemisferio norte; y se actúa en igual fecha en nuestro hemisferio).
La hora se fija así: desde las 23 horas hasta la media noche, hora verdadera.
Se debe tener en cuenta la hora local que, con frecuencia, tiene una hora de adelanto sobre la hora real. En tal caso, la Ceremonia se hará de 0 hora a 1 hora de la madrugada. (En otros países que en Francia – a que se refiere este ejemplo de corrección- hay informarse del cambio de hora, para hacer la Ceremonia a la hora verdadera que corresponda).
Esta hora se ha escogido por haberse observado que este momento es uno de aquellos en que, en las ciudades, hay una especie de descanso de la circulación y del ruido.

11.  DE LAS CONSAGRACIONES Y DEL RITUAL:
Las oraciones y los pedidos de consagración, son fórmulas tradicionales, por lo menos varias veces seculares. Como tales, ellas están, pues, fuertemente cargadas por su uso prolongado.
El Ritual, voluntariamente simplificado, también se inspira en antecedentes esencialmente tradicionales, de una eficiencia cierta.

12.  DE LAS TAW TRAZADAS (+) EN EL CURSO DE LAS ORACIONES:
El signo +, o aún X, era la taw hebrea, desde antes de nuestra era y también después (Cf. Jean Danièlou: “Les Symboles Christies Primitifs” – París 1961). Era el “Signo de los Elegidos”, en el Antiguo Testamento, antes que el Apocalipsis lo designara así, y mucho antes que los Cristianos hicieran el recuerdo de la Pasión de Cristo. En esos textos (principalmente Ezequiel), se considera que fue trazado sobre la frente de dichos Elegidos por el Angel de Iaweh.
A este título, se puede utilizar por los Iniciados de todo grupo religioso o filosófico, pues el antiguo Egipto, los Misterios de Eleusis, de Dyonisios, los Gnósticos, conocieron la Taw al mismo título que el antiguo Israel y sus Cabalistas. Se la trazaba, con el Aceite de Unción, sobre la frente del Pontífice de Israel, en el momento de su consagración. Por fin, para el Cristiano, cualquiera que sea su confesión particular, es el “Signo de la Salvación”, aquel por el cual se pone en fuga y se dispersa a los Demonios. Recuerda el triunfo de Cristo sobre la Muerte. Los cristianos del Africa del Norte, en los primeros siglos, la llevaban pintada o tatuada sobre la frente. Era la abreviación del Tetragrama Divino y los rabinos medievales, en las llamas de las hogueras, se esforzaban en visualizarlo resplandeciente en el centro de su frente, en una especie de visión interior.
Por consiguiente, el Oficiante se limitará a trazarlo, cada vez con el pulgar derecho, en el centro de su propia frente. Otra manera de trazarlo ante él, es con la llama de la Bujía Corriente (que lo representa en el Ritual), sea ascendiendo de abajo hacia arriba,  sea descendiendo desde arriba hacia abajo, por la línea vertical de la referida Taw. En el hecho, consiste en hacer en el espacio el número 4, derecho o invertido. Se conoce la importancia de este glifo para el Martinismo Tradicional. Derecho, simboliza la Resurrección. Invertido, simboliza la Encarnación.



II – CONSAGRACIONES
DEL RITUAL MARTINISTA OPERATIVO Y GENERAL

Consagración del Alba y del Cordón.

“Mi fuerza está en Tu Nombre, pues El me da vigor, ya que, del Cielo y Tierra, Tu eres Hacedor. Por eso es que te pido que acojas mi oración, dejando que se eleve, hasta ti mi clamor. Que en todos los caminos la Paz sea Contigo, y que también, en ellos, lo sea con Tu Espíritu”.

         Yo os exorciso, Alba y Cordón, vestiduras sagradas que destino al Culto de mi Reconciliación Celeste, en Nombre de Aquél que os tiene destinados para la protección del Hombre en presencia de los Malos Espíritus, y para su Purificación en presencia de las Potencias Celestes. Sed, pues, en adelante, vestiduras inmaculadas y benditas (+), puras (+) y resplandecientes (+), al abrigo de toda potencias y todo prestigio del Espíritu Demoníaco y de sus Ministros, al abrigo de todas sus empresas y de todos sus maleficios, cualquiera que ellos sean. No conservaréis en vosotros ninguna fuerza diabólica, pero llegad a ser, por consiguiente, Vestiduras Puras (+), Santas (+), Benditas (+) y Santificadas (+). Dignaos `pues, Señor, Dios Eterno, Santificador Todo-Poderoso, Purificar (+), Bendecir (+) y Santificar (+) esta Vestidura inmaculada y este Cordón. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

                                               Consagración de las Sandalias.
                                              
“Mi fuerza está en Tu Nombre, pues El me da vigor, ya que, del Cielo y Tierra, Tu eres Hacedor. Por eso es que te pido que acojas mi oración, dejando que se eleve, hasta ti mi clamor. Que en todos los caminos la Paz sea Contigo, y que también, en ellos, lo sea con Tu Espíritu”.

Yo os exorciso, Sandalias, que destino al Culto de mi Reconciliación Celeste, en Nombre de Aquél que os tiene destinados para la protección del Hombre en presencia de los Malos Espíritus, y para su Purificación en presencia de las Potencias Celestes. Sed, pues, en adelante, benditas (+), puras (+) y resplandecientes (+), al abrigo de toda potencias y todo prestigio del Espíritu Demoníaco y de sus Ministros, al abrigo de todas sus empresas y de todos sus maleficios, cualquiera que ellos sean. No conservaréis en vosotros ninguna fuerza diabólica, pero llegad a ser, por consiguiente, Puras (+), Santas (+), Benditas (+) y Santificadas (+). Dignaos `pues, Señor, Dios Eterno, Santificador Todo-Poderoso, Purificar (+), Bendecir (+) y Santificar (+) estas Sandalias. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).


Consagración del Mantel, y del Lugar o Local de la Ceremonia.

“Mi fuerza está en Tu Nombre, pues El me da vigor, ya que, del Cielo y Tierra, Tu eres Hacedor. Por eso es que te pido que acojas mi oración, dejando que se eleve, hasta ti mi clamor. Que en todos los caminos la Paz sea Contigo, y que también, en ellos, lo sea con Tu Espíritu”.

         Señor, Dios Eterno, Todo-Poderoso que, aunque el Cielo y la Tierra no te puedan contener, dígnate tener aquí abajo una Morada donde Tu Nombre Divino se invoque sin cesar; dígnate, Te lo suplicamos, por la intercesión de los méritos de Tus Angeles y de Tus Santos, visitar este Lugar de Ceremonia y este Mantel, mirarlo con ojos benévolos y misericordiosos; por la infusión de Tu Gracia, presérvalos de toda mancha y consérvalos siempre puros y sin tacha.
         Dígnate pues, Tu que has satisfecho las promesas de David Tu Servidor, haciendo realizar su obra por su hijo Salomón, satisfacer también mis esperanzas, arrojando muy lejos y por siempre a todas las Potencias Tenebrosas fuera de este recinto así santificado. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).


                                               Consagración del Puñal o de la Espada.

“Mi fuerza está en Tu Nombre, pues El me da vigor, ya que, del Cielo y Tierra, Tu eres Hacedor. Por eso es que te pido que acojas mi oración, dejando que se eleve, hasta ti mi clamor. Que en todos los caminos la Paz sea Contigo, y que también, en ellos, lo sea con Tu Espíritu”.

         Yo te conjuro, Criatura de Metal, en Nombre del Dios-Todopoderoso, Iaweh Sabaoth, Señor de los Ejércitos del Cielo, para que no queden nada de la Potencia Tenebrosa que ha reinado hasta hoy en ti, y que, por el contrario, tu seas Lámina de metal conjurada, Puñal o Espada de Justicia, en la mano del Hombre de Deseo reconciliado con su Creador.
         “OREMOS”. Dios Eterno, Santificador, Todo-Poderoso, en cuya mano reside toda victoria, a Ti, que diste a David una fuerza prodigiosa para vencer al rebelde Goliat, te pido con una oración humilde, que Tu Bondad se digne, en Su Misericordia, bendecir este Puñal o Espada y consagrarlo a mi lucha victoriosa contra los Malos Espíritus. Concede a tu fiel servidor, Oh Dios Todo-Poderoso, que él le sirva victoriosamente para su protección, su defensa, la de su familia, de su morada, de sus hermanos, contra todos los Enemigos, visibles e invisibles. Por Ieshouah Nuestro Señor. Amén (+).

Consagración de la Tinta para el Trazado del Mantel de Ceremonia.

“Mi fuerza está en Tu Nombre, pues El me da vigor, ya que, del Cielo y Tierra, Tu eres Hacedor. Por eso es que te pido que acojas mi oración, dejando que se eleve, hasta ti mi clamor. Que en todos los caminos la Paz sea Contigo, y que también, en ellos, lo sea con Tu Espíritu”.

         Señor Dios Eterno y Todo-Poderoso, dígnate bendecir (+) esta Criatura líquida, esta Tinta Santa, para que ella sea útil a los Hombres, y que quien quiera que escriba con ella el Nombre Divino del Reparador, el de Tus Angeles y de Tus Santos, en el contorno de sus Circunferencias, obtenga, por la Invocación de Tu Nombre Muy Sagrado, por su intermedio y por sus méritos, la salud del cuerpo y del alma, la iluminación de su espíritu, la apertura de su ojo interno y los primeros testimonios de su Reconciliación. Por Ieshouah Nuestro Señor. Amén (+).

                                               Consagración del Incienso.

“Mi fuerza está en Tu Nombre, pues El me da vigor, ya que, del Cielo y Tierra, Tu eres Hacedor. Por eso es que te pido que acojas mi oración, dejando que se eleve, hasta ti mi clamor. Que en todos los caminos la Paz sea Contigo, y que también, en ellos, lo sea con Tu Espíritu”.

         “OREMOS”. Por la intercesión del Bienaventurado Miguel Arcángel, que se mantiene de pié a la derecha del Altar de los Perfumes, por la intercesión de todos Tus Elegidos, de Todos Tus Santos, y de Todos Tus Angeles, dígnate Señor bendecir (+) y santificar (+) este Incienso y aparejar el perfume con un olor dulce y suave. Que para Tus servidores rescatados con Tu preciosa Sangre, Señor Misericordioso, esta composición aromática sea una perpetua defensa contra los Malos Espíritus, contra todos los Sortilegios, Ilusiones y demás agravios diabólicos preferidos y hechos con denuedo por el mundo; que este Incienso sea una perpetua expulsión de todos los Espíritus de Prevaricación, y que en cualquier lugar en que se esparza el suave olor de este Perfume, que allí jamás pueda habitar ningún maleficio o molestia diabólica, y que en el mismo instante ellos sean alejados y desaparezcan bajo la inmensidad de Tu Potencia y de Tu Fuerza. Y en cambio, que, como por un llamado invisible, cuando se esparza el dulce olor de esa mezcla aromática, acudan de inmediato alrededor de este Santo Altar y de sus Circunferencias santificadas, todos los Angeles y Espíritus de Luz así como todas las Almas de nuestros Hermanos por fin reconciliados.

         “OREMOS”. Señor Santo, Dios Todo-Poderoso, ante el que se encuentran, con profundo respeto, innumerables ejércitos de Angeles, dígnate bendecir (+) y santificar (+) esta Criatura aromática. Que bajo el perfume penetrante de su olor, acudan y se reúnan los Espíritus Celestes llamados por la palabra de Tu Servidor. Y que, así mismo, huyan por siempre los Espíritus de las Tinieblas y del Error, que vagan a nuestro alrededor para extraviarnos, sin que puedan subsistir jamás sus maleficios y sus prestigios. Por Ieshouah Nuestro Señor. Amén (+).

o
o      o


         Oración al vestirse con el Alba y el Cordón, antes de la ceremonia.

         Blanquéame, Señor, y purifica mi corazón, para que por estar lavado en la Sangre del Cordero, yo goce un día de las Alegrías Eternas, con mi Alma por reconciliada. Dígnate pues, Oh Señor Misericordioso, extinguir en mí el ardor de las malas pasiones, para que la Virtud de la Fuerza y la Pureza vivan en mi. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

         Oración al calzar las Sandalias.

         Felices aquellos que se han integrado en sus caminos, y que marchan de acuerdo contigo Señor. Que tanto mis acciones como mis pasos, puedan regirse de manera que yo conserve fielmente Tus Mandamientos y Tus Decretos, Oh Dios Todo-Poderoso. Y que unos y otros me conduzcan victorioso, al término de esta vida terrestre, a la Esfera Primitiva, de la que salí por mi culpa. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

         Oración al colocarse la Banda o el Collar del Grado.

         Señor de los Ejércitos del Cielo, permite que siempre pueda conservar, con honor y fidelidad, este Ornamento precioso de mi Reconciliación, y que, Abanderado de los Combates Vengadores, siga siendo por mis actos, el símbolo de Tus Victorias. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

         Oración al desenrollar la Alfombra de Ceremonia.

         Dios Eterno, Sabio y Fuerte, dígnate descender en este lugar; santifícale con Tu Presencia y con Tu Majestad, para que la pureza y castidad y la plenitud de Tu Ley residan aquí. Y haz según Tu Palabra: En cualquier lugar en que te encuentres, y en el cual se respete y recuerde Mi Nombre, Yo vendré a vosotros y Yo os bendeciré... (Exodo XX, 21). Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

         Oración al colocar el Candelabro Central y el Incensario.

         Que todo esté dispuesto según Tu Palabra, Oh Señor Todo-Poderoso. Tu que riges las cosas con mesura, número y peso, pues la potencia soberana solo es Tuya y Tu permanecerás por siempre... (Sabiduría XI, 21-22). Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+). 




III – RITUAL
MARTINISTA OPERATIVO Y GENERAL

La Sala estará alumbrada con una mariposa o una luz muy débil, que después se apagará.

El Oficiante, primero se santigua (+), y mirando al Altar y al Oriente, dice:

            Mi llamado se eleva hasta vosotros, Venerados Maestros Pasados e Invisibles, que habéis cruzado los Portales y realizado el último viaje. Nosotros nos podemos unir, en este instante y en este lugar, con todos nuestros HH::: esparcidos por el extenso mundo, en corazón y espíritu con todos los nuestros. Amén (+).

El Oficiante enciende una Vela corriente. (con la que después encenderá el Candelabro Central). Hecho esto, dice:

            Yo te conjuro, Oh Uriel, y te invoco con mi Palabra, con todo lo que está en tu Poder y en el Mío, para que tu Fuego Espiritual abrace la materia que yo consagro al Eterno en el interior de esas Circunferencias. Que el Fuego Elementario, que allí reside se una al tuyo para contribuir a la Luz Espiritual de los Hombres de Deseo, mis HH::: y que, de este modo, todos ellos sean animados con Tu Fuego de Vida. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante aspira suavemente la Llama de la Vela y dice:

            Oh Luz Pura, símbolo de lo principal de mi Alma, a quien el Eterno ha confiado el cuidado de mi pensamiento, de mi voluntad, de mi acción y de  mi palabra, has que por el Fuego Radiante mi Alma se libere de sus escollos y que mis labios se santifiquen, para que las palabras que yo voy a pronunciar actúen para la mayor Gloria del Eterno, para mi instrucción y para la edificación de mis semejantes. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante enciende ahora el Candelabro Central con la llama de la Vela corriente, (el Oficiante extingue la mariposa primitiva), y dice:

            Yo te purifico, Oh Cirio, y te bendigo (+) en nombre del Eterno y con las virtudes y potencias que Él me ha concedido. Queda, por consiguiente, ordenado y consagrado, con mi palabra y con mi intención, para el servicio a que yo te destino, y que es el de hacerme recordar la impresión de las cosas que aquí se me comunicarán por los Espíritus que yo invoque, según la Potencia innata en mí desde los Orígenes. Sed, pues, justo y verídico a mi vista, como lo fueron las luces que los Elegidos privilegiados del Creador emplearon en sus Ceremonias, unidas a favor de la Regeneración Espiritual de los Hombres, mis semejantes. Para la mayor Gloria del Pensamiento Eterno, para la mayor Gloria de la Voluntad Eterna, para la mayor Gloria de la Acción Eterna, y por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante enciende ahora la Braza del Incensario o del Pebetero, en la llama de la Vela Central, diciendo:

Yo te purifico, Oh Fuego, y yo te bendigo (+), yo te Santifico, en el nombre del Eterno, en nombre de aquel que te ha creado, que apareció a Su servidor Moisés bajo el aspecto de Zarza Ardiente, para que tu seas lo mismo, como antes lo era el Altar de los Perfumes del Sagrado Templo de Jerusalén, para llegar hasta el Trono de Dios Altísimo el incienso que se debe a Su Gloria y a su Bondad. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

                                               El Oficiante espera un breve instante y dice:

Venid, Oh Espíritu Santo, rodea el Fuego que se Te ha Consagrado para que Tu Trono sea Resplandeciente y Dominante en todas las Regiones del Mundo Universal. Rige, según mi pensamiento, sobre mí y sobre mis HH::: Aleja de estas Circunferencias todo Espíritu de Tinieblas, de Error y de Confusión, para que mi Alma pueda aprovechar del fruto de los Trabajos que la Orden da a aquellos que se hacen dignos de que Tu los penetres, Oh Espíritu Santo, que vives y reinas con el Padre y el Hijo por siempre. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante deposita entonces Incienso sobre la Braza del Incensario y da una PRIMERA VUELTA alrededor del Altar, diciendo:

         Oh Eterno, que este Incienso que yo te ofrezco en estas Circunferencias, sea una imagen verdadera de la pureza de mi palabra y de mi intención, para tu mayor Gloria y Justicia. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante deposita nuevo Incienso en el Incensario y da una SEGUNDA VUELTA alrededor del Altar, diciendo:

            Oh Eterno, que este Perfume que Te ofrezco en testimonio de mi Alma, tenga el mismo éxito que aquél que Te ofreció Zorobabel en el seno de Babilonia para la liberación de los restos de Israel. Líbrame de la servidumbre de la Tinieblas que me rodean y me mantienen privado de Tu voluntad y de Tu Ciencia. Acoge mi oración, en la misma medida en que mi palabra y mi voluntad estén de acuerdo con la Tuya. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante deposita de nuevo Incienso en el Incensario y da una TERCERA VUELTA alrededor del Altar, diciendo:

            Oh Eterno, que mi oración sea en adelante el verdadero Perfume que yo te ofrezco para una Eternidad. Que este Perfume sea el emblema del fervor con el cual yo Te invocaré para mi Reconciliación, con el propósito de unirme, así, sinceramente a Aquel a quien Tu le has dado el cuidado de conducirme, dándomelo como mi Guardián. He aquí por qué yo  invoco a este Guardián bienhechor, en el seno de estas Circunferencias, aunque yo no lo vea con mis ojos de la carne, para que él sea mi Consejero, mi Guía, y mi Apoyo en este mundo inferior y en los demás, para tu mayor Gloria y para mi santificación perfecta. Por Ieshouah, Nuestro señor. Amén (+).

El Oficiante deposita el Incensario sobre el Altar, volviendo a tomar lugar, de pié, mirando al Oriente, y extiende delante de él las manos abiertas en forma de copa, con los codos apretados al cuerpo, y dice:

            Oh Eterno, Dios Inefable, Padre Sagrado de todas las cosas, Tu que ves y lo abarcas todo, escucha la Oración de Tu servidor, prosternado ante ti. Concédeme el recogimiento, el fervor, la sinceridad necesaria para los sentimientos que yo te voy a expresar. Sedme propicio, Oh Padre Inefable, tanto a mí como a todos aquellos y aquellas por quienes yo te vengo a suplicar. Escúchame pues, Oh mi Dios, concédeme el don de Orarte con eficiencia por mis HH::: de la Orden, por mis Parientes, por mis Amigos, por mis Enemigos, por los Vivos, por los Muertos, y por todas Tus Criaturas, Oh Señor Misericordioso. He aquí que yo me entrego a Tu Santa Custodia. Ten pues piedad de mí, y que se haga Tu Voluntad. Amén (+).
         Y Vosotros, mis Protectores, Espíritus desligados de los lazos de la Materia, vosotros que en adelante gozáis del fruto de vuestras Virtudes y del cual yo tengo la felicidad de llevar los nombres, yo os conjuro, por ese Nombre que vosotros mismos habéis invocado con tanto fervor, confianza y éxito, yo os conjuro que contribuyáis por mi salvación eterna con vuestra santa intercesión, y con vuestra protección junto al Padre de Misericordia, junto al Hijo Redentor, junto al Espíritu Santo Conservador. Obtened para mí y para todos mis HH::: las gracias de la Divinidad, Sus Favores, Su Clemencia, y que os recompensen hoy por las luchas que habéis debido librar en esta residencia en que todavía me encuentro. Haced que, por vuestra ayuda salvadora, yo viva y muera como vosotros, en la Paz, en la Alegría, en la Santidad. Amén (+).
         Y Tú, Oh Espíritu Puro, mi Guardián, encargado por el Eterno de velar por mí para la Reconciliación de mi ser espiritual, yo te conjuro, por el Nombre del Dios de Misericordia, de venir en ayuda de mi Alma todas las veces que ella esté en peligro de sucumbir ante el Mal, todas las veces que ella te llame por sus deseos, sus suspiros y sus meditaciones, todas las veces que ella tenga hambre y sed de consejo, de instrucciones, y de inteligencia. Ayúdame pues, Oh Guardián mío, a obtener la ayuda y la protección de los Protectores que yo acabo de invocar, así como la sumisión de los Espíritus que me restan que evocar en esta ceremonia. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante guarda silencio por algunos instantes y vuelve a poner una cantidad bastante grande de Incienso en el Incensario. Ahora va a rezar por la difusión de la Doctrina Martinista en el Mundo entero:

            Dios Todo Poderoso y Eterno, Tu que te has dignado revelar Tu Gloria a todas las Naciones y has beneficiado a nuestros Maestros con una Revelación esencial para nuestra Salvación común, dígnate pues, Señor, perpetuar las obras de Tu Misericordia para que el Mensaje de nuestros Maestros, al fin esparcido por toda la tierra, para la Reintegración Universal de todos los Seres creados en sus primeras Propiedades, Virtudes y Potencias Espirituales y Divinas, penetre a todos los Hombres de buena voluntad, y que ellos perseveren así en nuestras tradiciones y en nuestras Obras con una fe firme y ardiente, así como en la confesión de Tu Santo Nombre. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante medita algunos instantes y, enseguida, reza por la armonía, la concordia y la fidelidad de los HH:::

            Oh Dios, Unico Dispensador de la Paz, Conservador Todo Poderoso de todas lasa cosas que Tu has creado, nosotros Te oramos para que  nuestros HH::: y HHas::: perseveren, por un tiempo inmemorial fieles a la Mística y a las Obras que ellos han escogido y aceptado libremente al entrar en la Orden y que, por Tu Gracia, permanezcan sometidos a la Jerarquía y a la disciplina de dicha Orden, sin faltar jamás a su promesa. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante medita algunos instantes y, después, reza por los Dignatarios y los Maestros de la Orden:

            Dios Todo Poderoso y Eterno, nosotros Te imploramos humildemente, todos nosotros que somos Tus servidores, para que te dignes dirigir y conducir a los Maestros y Dignatarios de nuestra Orden, protegiendo sus Almas y esclareciendo sus Espíritus, a fin de que ellos puedan, por un tiempo inmemorial, cumplir digna y eficazmente los deberes que ellos han aceptado. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante medita algunos instantes y, después reza por los Grandes Maestros de la Orden, diseminados por el mundo:

         Nosotros Te rogamos, Oh Dios Todo Poderoso, para que Tus servidores, Nuestros Grandes Maestros, que han recibido de Tu Misericordia el poder de gobernar nuestras filiaciones, reciban, por un tiempo inmemorial, un acrecentamiento de todas las Virtudes y que, adornados dignamente con ellas, ellos puedan evitar los Vicios innumerables y llegar hasta Ti, Oh Señor Misericordioso, que eres el Camino, la Verdad y la Vida. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante medita algunos instantes y, a continuación, reza por el triunfo de la Espiritualidad Universal:  

            Dios Todo Poderoso y Eterno, Tu que has revelado Tu Gloria a todas las Naciones cristianas, dígnate, Señor, conservar las Obras de Tu Misericordia para que Tu Iglesia Universal de aquí abajo, reflejo de la de lo Alto, esparcida por toda la tierra, persevere con una fe firme e indestructible en la confesión de Tu Santo Nombre. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante medita algunos instantes y, después, reza por la Paz del Mundo:

            Oh Dios Eterno, por quién se santifican nuestros deseos, nuestros deseos rectos, y nuestras obras justas, dígnate, Señor Misericordioso, otorgar a Tus servidores aquella Paz que el mundo no puede darle, para que nuestros corazones se sometan a Tu Santa Voluntad, y que eliminado el terror de nuestros Enemigos, nuestros días sean tranquilos bajo Tu Protección y la de Tus Angeles, promovida para el gobierno de las Naciones. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante medita algunos instantes y, después, reza para que las catástrofes, tales como los hundimientos, los sismos, se le eviten a la Humanidad:

            Dios Todo Poderoso y Eterno, Tu que has creado el Cielo y la Tierra y les has dado su estabilidad original y permanente, nosotros pedimos a Tu Infinita Bondad y a Tu Misericordia inagotable para que, por la Potencia de Tus Angeles y los méritos de Tus Santos, Te dignes sujetar a los Demonios ocultos en las entrañas de la Tierra, conservar a la corteza terrestre su estabilidad bienhechora, para que las montañas no vengan a ocupar los valles, que los valles no pasen a ser llanuras, que la superficie de la Tierra no se abra. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante medita unos momentos, y a continuación, ora para que la nieve, el granizo, la lluvia y las tempestades, no causen estragos en el mundo ni traigan duelo a la Humanidad:

            Dios Todo Poderoso y Eterno, Tu que te has dignado santificar las aguas de este mundo, y que también has hecho brotar el Agua Viva de la Roca de Horeb y que te has servido de aquella del Jordán para el Bautismo de Tu Hijo, nosotros  pedimos a Tu Inmensa Bondad y a tu Misericordia inagotable, que por la potencia de Tus Angeles y los méritos de tus Santos, se nos eviten los estragos de la Aguas, bajo cualquier forma, ya sea de tempestades, maremotos, trombas o ciclones, y que los Demonios que los acompañan atormentados por Tu Potencia y Tu Justicia, sean cogidos y alejados para siempre de los lugares donde se amparan Tus Criaturas y, lejos de Tus Criaturas mismas, Oh Señor Misericordioso. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante medita unos instantes y, enseguida, ora para que los vientos, los tornados, los ciclones, no impidan los trabajos de los Hombres:

            Dios Todo-Poderoso y Eterno, Tu que te has dignificado santificar el aliento del Aire elemental en el Día Santo de Pentecostés, cuando Tu hiciste descender Tu Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos, y que entonces “de repente vino un estruendo del Cielo como de un viento regio que corría”, nosotros pedimos a Tu Infinita Bondad y a Tu Misericordia inagotable, que por la potencia de Tus Ángeles y los Méritos de Tus Santos, los estragos de las tempestades, de los torbellinos, de las trombas y de los ciclones, cuiden los lugares en que viven y se protegen Tus Criaturas y de Tus Criaturas mismas, Oh Señor Misericordioso. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante medita algunos instantes y, después, ora para que los arrebatos del Fuego no arrasen la Naturaleza entera, y especialmente, las obras de los Hombres:

            Dios Todo-Poderoso y Eterno, Tu que Te has dignado manifestarte a Tu Servidor Moisés bajo la forma de una Zarza Ardiente, y que hiciste descender Tu Espíritu Santo sobre los Apóstoles y los Discípulos bajo la forma de lenguas de fuego en Pentecostés, nosotros pedimos a Tu Infinita Bondad y a Tu inagotable Misericordia que, por la potencia de Tus Ángeles y los méritos de Tus Santos, las llamas de fuego subterráneo, las de incendios terrestres, y las encendidas por el rayo celeste, cuides los lugares en que viven y se protegen Tus Criaturas y Tus Criaturas mismas. Oh Señor Misericordioso. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante medita breves momentos y, a continuación, ora para que las epidemias, la peste, el cólera, la viruela y todas las plagas microbianas que atacan a los reinos vegetal, animal y hominal, sean destruidas y desaparezcan de la superficie de la tierra: 
           
            Dios Todo-Poderoso y Eterno, Tu que te has dignado sanar a Israel errante en el Desierto y por eso víctima de las mordeduras de las serpientes ardientes, nosotros Te suplicamos que nos hagas el favor, en recuerdo de la fé de Tu pueblo y en los méritos de la Serpiente de Bronce, Tu Hijo Divino, de apartar de todas Tus Criaturas las enfermedades pestilentes que los amenazan de una manera cruel, mantenerlas con salud del cuerpo y del Alma. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante medita algunos instantes y, después, ora por los frutos de la tierra:

Dios Todo-Poderoso y Eterno, Tu que has creado todas las cosas para la utilidad del Género Humano, dígnate Señor, repartir los beneficios tan necesarios de Tu Benevolencia sobre la superficie de este Mundo Temporal, para que alimentados con Tus Dones y dándote las gracias, busquemos todavía con mayor confianza el Pan de la Vida Eterna. Oh Señor Misericordioso, has que todas Tus Criaturas, hombres, animales, vegetales, que por un efecto providencial de Tu Gracia, Tu te dignas darle al alimento cotidiano, se aparten los espectros del Hambre, de la Sed, de la Miseria y de la Muerte. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
                                              
El Oficiante reza ahora por los Hermanos y las Hermanas de la Orden, sus parientes y todos los Maestros Idos:

Oh Dios Eterno, Tu que dispensas el perdón y deseas la salvación de los hombres, nosotros te pedimos que Tu Santa Clemencia conceda, a los Hermanos y Hermanas de la Orden, a sus Parientes y a sus vecinos, así como a todos los Maestros Idos que han abandonado este siglo, que participen con Tus Santos y Tus Angeles, la Benevolencia Eterna con el retorno a sus orígenes celestes, y la Unidad Original reconquistada por fin. Oh Señor Misericordioso, dígnate conceder el reposo eterno a todos esas Almas, por un tiempo inmemorial y has que en ellas resplandezca la Luz que no se extingue. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
                                              
El Oficiante vuelve a poner una gran cantidad de Incienso en el Incensario, medita por algunos momentos y, después, ora por las Almas Errantes:
           
Dios Todo-Poderoso y Eterno, Tu que te has dignado salvar a los hijos de Israel de los ataques de las serpientes quemantes durante el largo caminar de cuarenta años en el Desierto, bajo la única condición de elevar sus ojos con confianza hacia la Serpiente de Bronce expuesta a las miradas de todos, dígnate en Tu Clemencia, Oh Señor Misericordioso, conceder a las Almas Errantes, perdidas en las Tinieblas del Más-Allá, la gracia de recordarse del Nombre del Redentor, y de escapar así a los ataques y a las asechanzas de los Espíritus Demoníacos, furiosos por perderlos. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante medita por algunos momentos y, después, ora para la re-iluminación de las Almas oscurecidas por el Materialismo ateo:

      Dios Todo-Poderoso, Tu que salvas a los Hombres y que no dejarás que perezcan ninguna de Tus Criaturas, dígnate Señor mirar favorablemente a las Almas extraviadas por la astucia de Satán, Nuestro Adversario, para que, habiendo abandonado toda malicia, esas Almas se arrepientan de sus errores y retornen un día a la Unidad de Tu Verdad Santa y Eterna. Acoge pues, Señor Misericordioso, la oración que yo te elevo para que se disipe la ceguera de los Pueblos que han olvidado Tu Santo Nombre, para que por haber visto la Luz de Tu Verdad, que es el Cristo, Nuestro Redentor, esos Pueblos sean alejados de las Tinieblas. Oh Tu, Señor, que no buscas la Muerte de los Hombres sino la Vida misma del pecador, dígnate Señor acoger favorablemente mis oraciones por esos Pueblos. Libra a las Naciones extraviadas del culto de los Idolos, y reúnelas en Tu Santa Iglesia, Eterna y Universal, lejos de este Mundo de dolor, y para la mayor gloria de Tu Santo Nombre. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).                                     

El Oficiante reza ahora por los enfermos, los afligidos y los prisioneros:

            Dios Todo-Poderoso y Eterno, nosotros Te pedimos humildemente que concedas, a todos los inválidos, los enfermos, los afligidos y los prisioneros, la salud y la libertad, de manera que, liberados de la enfermedad y del cautiverio, puedan llegar a dar gracias a Tu Misericordia, Oh Señor de todas las Gracias. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
                                                          
El Oficiante medita por algunos momentos y, a continuación, ora por los Jefes y los Conductores de los Estados Cristianos:

            Dios Todo-Poderoso y Eterno, Tu que tienes en Tus manos todo el poder y toda la autoridad para todos los reinos de la tierra, nosotros imploramos humildemente Tu Santo Nombre para que Te dignes confirmar en la Paz y la Verdadera Concordia a los Jefes de los Estados Cristianos y que Te dignes inspirarles la firme resolución de librar a toda la tierra del azote de la Discordia y de la Guerra, como también de las destrucciones por los Combates fratricidas entre todos los hombres. escúchanos pues, Oh Señor Misericordioso. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante medita por algunos momentos y, después, ora por los Jefes y los Conductores de los Estados no-cristianos:

            Dios Todo-Poderoso y Eterno, Tu que tienes en Tus manos todo el poder y la autoridad de todos los reinos de la tierra, nosotros imploramos humildemente Tu Santo Nombre para que te dignes inspirar a los Jefes y a los Conductores de los Estados y de los Pueblos no-cristianos, a falta de la gracia efectiva de una conversión a Tu Santa Ley y el culto de Tu Divino Hijo, el Cristo Nuestro Señor, el favor de un comportamiento pacífico y digno, sabio e ilustrado, caritativo y tolerante, y que el Angel a quien Te has dignado confiar la conducta de cada uno de estos Pueblos o de estas Naciones, los mantenga siempre en los caminos de la Paz, de la Concordia y de la Tolerancia, así como el respeto de tus fieles Elegidos, Oh Señor Misericordioso. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante medita por algunos momentos y, después, ora por todo el Género Humano:

            Dios Eterno y Todo-Poderoso, Tu que Te has servido de Tu Hijo como de una Piedra Angular para reunir a los Judíos y a los Gentiles, que se elevaren como dos Muros sobre los Cimientos opuestos, y que has reunido esos dos Rebaños enemigos bajo un solo y mismo Pastor, el Reparador Eterno, has pues, Señor, que en atención a los homenajes piadosos que toda la Humanidad Te ha de rendir un día, en Tu Santa Ciudad de Arriba, que Tus Creaturas vivan por fin unidas, en un día próximo, por el vínculo indisoluble de la Caridad, y no permitas de ninguna manera, Señor Misericordioso, que la división de los Espíritus y la perversidad de los corazones, separen a los que no forman en su origen, mas que una sola Familia bajo la autoridad de un solo Padre, para que, al encontrarse un día en un mismo Templo, celeste y común, moren todos entonces eternamente en Tu Santo Reino. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante medita por breves momentos y, enseguida, ora por los Espíritus degradados y caídos en el seno del Reino Mineral:

            Dios Todo-Poderoso, Eterno Creador y Conservador de todos los Seres, he aquí que nosotros Te oramos y Te suplicamos por todos los Seres, he aquí que nosotros Te oramos y Te suplicamos por todos los Espíritus, caídos y degradados, encerrados en el seno de la Naturaleza Mineral, como consecuencia de nuestra propia Caída. Oh Señor Misericordioso, dígnate por fin conceder la liberación y el retorno al Pléroma Inicial, a esas Almas, así como a Todas aquellas de otros Reinos. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante medita por algunos momentos y, a continuación, ora por los Espíritus degradados y caídos en el seno del Reino Vegetal:

            Dios Todo-Poderoso, Eterno Creador y Conservador de todos los Seres, he aquí que nosotros Te oramos y Te suplicamos por todos los Espíritus, caídos y degradados, encerrados en el seno de la Naturaleza Vegetal, como consecuencia de nuestra propia Caída. Oh Señor Misericordioso, dígnate por fin conceder la liberación y el retorno al Pléroma Inicial, a esas Almas, así como a Todas aquellas de otros Reinos. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante medita por algunos instantes y, después, ora por los Espíritus degradados y caídos en el seno del Reino Animal:

           
Dios Todo-Poderoso, Eterno Creador y Conservador de todos los Seres, he aquí que nosotros Te oramos y Te suplicamos por todos los Espíritus, caídos y degradados, encerrados en el seno de la Naturaleza Animal, como consecuencia de nuestra propia Caída. Oh Señor Misericordioso, dígnate por fin conceder la liberación y el retorno al Pléroma Inicial, reintegrando en el seno del Arquetipo, a esas Almas, así como a Todas aquellas de otros Reinos. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante medita por algunos momentos y, a continuación, ora para que los Espíritus Demoníacos sean arrojados lejos de la Tierra:

            Dios Todo-Poderoso y Eterno, Creador y Defensor del Género Humano, Tu que has formado al Primer Hombre y a todas las Almas pre-existentes en el, a Tu Imagen y Semejanza, dígnate, Señor considerar a Tu servidor, caído en las redes de la Serpiente. Este antiguo Adversario de la Tierra envuelve su Alma con los horrores del miedo, en donde adormece sus facultades espirituales y razonadoras. Destruye pues, Señor Todo-Poderoso a esta Potencia Diabólica, desvía sus pérfidas asechanzas arrojando lejos de nuestro Universo al Tentador Inicial, Sus Angeles y Sus Ministros. Y que Tus Servidores, Dios Todo-Poderoso por ese Signo de Salvación trazado sobre su frente, queden defendidos y protegidos en sus Almas y sus Cuerpos.

Ahora el Oficiante se santigua en la frente con el signo de la Taw, dibujado con los dedos pulgar, índice y mayor, reunidos una + o una X, signos curativos de la Taw Hebraica en los primeros siglos de nuestra era y también antes.
Sigue orando:

            Y por eso, Señor. Tu que has dispuesto con un orden admirable el Ministerio de los Angeles y de los Hombres, concédenos, Oh Señor Misericordioso, la protección de nuestra vida terrestre, que harán los mismos que Te sirven en el Cielo. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante medita por algunos momentos y, después, ora por la salvación de los Espíritus Prevaricadores:

            Dios Todo-Poderoso, Retribuidor Eterno, nosotros Te rezamos y suplicamos, tanto en Tu Justicia como en Tu Misericordia, por todos los Espíritus que, en el Principio, han prevaricado. Has que un rayo de Tu Luz Divina despierte al fin y por un tiempo inmemorial, en su Esencia, el arrepentimiento doloroso y sincero de ese Crimen inexpiable, Oh Señor Misericordioso. Para que en el Día del último Sabbat, destruidos en su accidente, pero al menos salvados en su substancia, ellos vuelvan para siempre a su principio, y al fin proclamen Tu Gloria por los siglos de los siglos, Oh Dios Eternamente Justo y Fuerte. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante dice después, entonándolo, el “Salmo de las Batallas” (Nº 68), que los hijos de Israel entonaban en el momento del combate, cuando el Arca de la Alianza se levantaba de la tierra sobre los hombros de los Levitas, y que aquí se aplica a los demonios:

            Que Dios se levante, y que sus Enemigos sean dispersados. Que sus Adversarios huyan ante Su Presencia y que, así como se disipa el humo, como se derrite la cera delante del fuego, así desaparecerán los Malos delante de El. Entonces los Justos se regocijarán; ellos vencerán delante de Dios, con señales de alegría. Cantad pues ante el Señor, celebrad su Santo Nombre. Abridle el camino a Aquel que avanza de parte de los mundos, pues el Eterno es Su Nombre. Padre de Huérfanos y Defensor de viudas, es Dios en la Morada de su Santuario, el Dios que da una familia a los que estaban abandonados, que liberta a los Cautivos, que los hace felices, en tanto que los Rebeldes, solos, habitan en los Lugares áridos. (Salmo LXVIII)

Para concluir, el Oficiante repite el Salmo 133, para la unión de todos los Hermanos:

            Es algo magnífico para los Hermanos el permanecer unidos. Pues es como el Oleo que, esparcido sobre la cabeza, desciende sobre la barba, sobre la barba de Aarón que baja hasta el borde de sus vestiduras, como el rocío del monte Hermón que desciende sobre los montes de Sión... Porque es allí donde el Eterno envía la Bendición y la Vida Eterna... (Salmo CXXXIII)
                                                                      
Ahora el Oficiante despide a los Espíritus Celestes, que ha invocado en el curso de su Ceremonia:

            Espíritus Celestes que nos habéis acompañado, nosotros os damos las gracias. Que la Paz de Dios exista siempre en adelante entre vosotros y yo. Dignáos continuar asegurando, a mi y a mis Hermanos, vuestra protección santa e inteligente. Y nosotros podremos, vosotros y yo, estar inscritos por siempre jamás en el Libro de la Vida. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante cierra la tapa del Incensario; después apaga el Candelabro Central, diciendo antes:

            Que la Luz Invisible y Espiritual vuelva al Mundo Invisible y Espiritual, así como la Llama Elemental se restituya a su fuente natural elemental. Pero que el Fuego y la Luz Divina moren en mi Alma y en las de mis Hermanos, para siempre. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).

El Oficiante toma entonces el Puñal (o la Espada), y lo dirige sucesivamente sobre cada uno de los cuatro ángulos de la pieza trazando, con dos cortes de la hoja, una cruz griega. Al hacer esto, dice a cada ángulo:

            Que por este Signo se ponga en fuga todo Espíritu que no proclame en alguna forma la Gloria de Dios. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).


FIN



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