domingo, 14 de junio de 2015

HISTORIA Y DOCTRINA DE LA ORDEN MARTINISTA



 HISTORIA Y DOCTRINA
DEL
MARTINISMO
Y DE LA
ORDEN MARTINISTA



 
Estudio realizado para mejorar tanto la percepción como la  comprensión del Martinismo por parte de todos los iniciados Martinistas en cualquiera de las filiaciones y Ordenes a las que pertenezcan, ya que el presente estudio solo busca poner ciertos argumentos en las manos de los Iniciados y enriquecer, de esta manera, su visión de esta tan basta, como enriquecedora Doctrina.


        DIONISIO E. JARA R.
      Eques ab Aquila Coronata
                     S::: I:::
                                                                                                      Fil. Rusa
                                                           S::: I::: I:::
                                                                                                     Fil. Francesa
 

 

 

ESQUEMA DE LA FILIACION DEL MARTINISMO

Y DE LAS FRATERNIDADES
INICIATICAS DE OCCIDENTE

            El presente esquema ha sido seleccionado de una serie de organigramas que tratan de explicar las filiaciones de las diferentes Ordenes que componen la Tradición Occidental y Cristiana desde el punto de vista Iniciático, y ha sido tomado de la Obra del Hno. Robert Ambelain, “Le Martinisme, Historie et Doctrine, La Fran-Maconnerie Occultiste et Mystique, 1643-1943”, ya que esta tabla aparte de ser muy bien documentada observa las filiaciones muy bien en cuanto a lo global, más que en lo particular con que suelen verlo las diferentes Ordenes:



 

¿
 
 


                                                       LA TRADICION PRIMORDIAL



  

ESQUEMA  GENERAL DEL TRABAJO





INTRODUCCION


1.      Templarismo.
2.      Rosacrucianismo.
3.      Franc-Masonería.
4.      Martinecismo.
5.      Martinismo.
6.      Willermocismo.
7.      Martinismo Moderno o Neo-Martinismo.

LIBRO I


HISTORIA Y DOCTRINA DEL MARTINISMO.

1.      Los Hermanos de Oriente.
2.      Los Hermanos de la Rosa+Cruz.
3.      La Sociedad de los Filósofos Incógnitos (1643).
- Tres Capítulos relacionados con los Filósofos Incógnitos tomados de la obra original                 del barón Tschoudy, “L´Etoile Flamaboyante”, 1766.
A.- “Idea General de la Masonería, bajo un punto de Vista Filosófico, y designada ya             por varios antiguos bajo el nombre de la Sociedad de los Filósofos Incógnitos”.
B.- “Los Estatutos de los Filósofos Incógnitos”.
C.- “Catecismo o Instrucciones para el Grado de Adepto o Aprendiz Filósofo Sublime e Incógnito”.
4.      Los Superiores Incógnitos.
5.      Louis Claude de Saint-Martin y los Superiores Incógnitos.
6.      La Obra de Louis Claude de Saint-Martin.
7.      50 cartas inéditas publicadas por Papus en su obra: Louis-Claude de Saint-Martin.

LIBRO II


LA FRANC-MASONERIA.

1.      La Franc-Masonería especulativa (1717).
2.      La Estricta Observancia Templaria (1764).
3.      Martines de Pasqually (1710-1774) y la Orden de los Caballeros Masones Elus-Cohen del Universo.
4.      El Tratado de la Reintegración de los Seres.
5.      Juan Bautista Willermoz (1730-1824) y el Rito Escocés Rectificado (1778).

LIBRO III


HISTORIA Y DOCTRINA DE LA ORDEN MARTINISTA.

1.      La Filiación Rusa del Martinismo.
2.      La Filiación Francesa del Martinismo.
3.      Las diversas Ordenes Martinistas.
La Orden Martinista, Supremo Consejo de París (1891).
La Orden Martinista, Supremo Consejo de Lyon.
La Orden Martinista y Sinárquica.
La Orden Martinista Tradicional.
La Orden Martinista Rectificada.
La Orden Martinista Americana.
La Orden Martinista (renovada de Papus).
La Orden Martinista de los Caballeros Elus-Cohen del Universo.
La Unión de Ordenes Martinista (Francia).
La Orden Martinista Iniciática.

LIBRO IV

ALGUNOS SIGNIFICADOS  SOBRE EL SIMBOLISMO MARTINISTA

Las Vestiduras Simbólicas
La Capa
El Antifaz
El Cordón
El Collarín
La Espada
La Túnica
Las Pantuflas
Los Guantes Blancos

El Templo Martinista
Las Luminarias
Las Columnas
El Mantel de colores
El Pentagrama
El Sello de Salomón
El Pantáculo Universal de la Orden Martinista
Las Cruz
El Cirio de los MM::: PP:::
El Mosaico
Los Oficiales de una Logia Martinista

La Filosofía del Simbolismo Martinista
Estudio del Ritual
Estudio Comparativo de Rituales
Programa de Estudios y Docencia Martinista
Antigua formación del Nombre Místico
Alfabeto Secreto
Significado de las Insignias Martinistas
Los Seis Puntos
El nombre IESHOUAH y la Letra SHIN
El sentido del Sacerdocio en el Martinismo
Signos de Reconocimiento
Reglamentos y Constituciones Martinistas


LIBRO V

LA TEURGIA DEL MARTINISMO

  1. Rituales Comparados.
  2. Ritual Martinista Operativo y General.
(Ritual del Plenilunio)

LIBRO VI

EL MARTINISMO EN CHILE

-          León Tournier.
-          Otto Reszczynski R.
-          Nicolás Rogalev Girs.

BIBLIOGRAFIA.

  

INTRODUCCION

           
            Hemos querido abordar este estudio, fundamentalmente debido a la poca información que se encuentra disponible sobre el Martinismo, y también por lo antojadizo que han resultado algunas opiniones sobre lo que fue y lo que es esta importante corriente de la Tradición Hermética Occidental y Cristiana. Muchos  han caído en múltiples errores de interpretación debido a que innumerables instructores solo han visto en la Doctrina Martinista lo que ellos han podido y querido ver, por un lado, y por otro, porque algunos creyeron ver en el Martinismo lo que nunca fue.
            Visto así, esta Doctrina, para el que se inicia, constituye un caos y una constante de contradicciones por la cantidad de opiniones encontradas y opuestas que existen entre las diferentes Ordenes Martinistas. Allí radica la intolerancia que existe entre una Orden y otra.
            Para unos, la docencia Martinista reposa sobre el estudio de la magia de los Elus-Cohen del siglo XVIII y del neo-ocultismo papusiano de finales del siglo XIX; para estos, la Orden Martinista debería inclinarse por los estudios masónicos simbólicos y capitulares. Otros hacen hincapié en el estudio de las mancias, del tarot, la numerología y la cábala. Otros dicen que la finalidad del Martinismo está enfocada hacia estudios orientalistas; y así existen tantas tendencias e interpretaciones como tantas ordenes martinista parecen existir.
            Louis Claude Saint-Martin, para desgracia de muchos, nos ha legado una nutrida obra (ver capítulo 6 del Libro I) desde donde podemos extraer su sabiduría y sus sabios consejos de auto-regeneración, pero también es el hombre-iluminado que dice las cosas por su nombre:
“... ¡Hay de vosotros, instructores humanos! ¡Cuánto os arrepentiréis algún día de haber abusado de las almas, llevándolas por caminos nulos, imaginativos e ilusorios, que les habrán dado una tranquilidad engañosa, proporcionándoles alegrías exteriores y comunicándoles sombras de verdades que les habrán impedido trabajar por la renovación del centro de su ser! Todas vuestras asociaciones emblemáticas no les habrán comunicado la vida, puesto que ellas mismas no la tienen. Vuestras asociaciones prácticas les serán todavía más funestas, si no es el espíritu lo que las ha convocado, reunido, constituido y santificado con sus lágrimas y las plegarias de su dolor. ¡Y dónde están estas asociaciones que nos serían tan saludables! ... Sí, instructores ciegos, ignorantes o que presumís demasiado de vuestras fuerzas y vuestras luces, os arrepentiréis algún día de haber abusado de las almas ...” (El Hombre Nuevo, capitulo 7).
            Pero, ¿quién en realidad interpreta más o menos la Filiación auténtica del Martinismo de Louis Claude de Saint-Martin, conocido como el Filósofo Incógnito?
            Pretenderemos demostrar en este pequeño estudio, que la filosofía de Saint-Martin está muy lejos de lo que ha venido a constituirse en “Orden Martinista”. Y es tan así, que a lo largo de nuestro peregrinar hemos constatado innumerables veces que hasta quienes dirigen estructuras martinista desconocen por completo la obra del Maestro, hasta tal punto que ni siquiera han ojeado alguna obra de Saint-Martin. Resulta increíble, pero tal es la ignorancia con la que nos hemos encontrado.
            Aquí radica precisamente la respuesta a la inquietud de que existan tantas tendencias que casi siempre resultan también contradictorias entre sí. Cuando se desconoce el espíritu y la letra de quién ha sido el fundador de esta filosofía, imposible es poder ajustarse a su pensamiento iluminador.
            Muchas veces lo hemos dicho, que sin dudas, el único Martinista que ha existido es Louis Claude de Saint-Martin; los demás, en la medida que ha pasado el tiempo, se han alejado más y más del pensamiento del Filósofo Incógnito. Por lo tanto, los esfuerzos de todo estudiante e investigador iniciado en el Martinismo debe estar enfocado a descubrir la esencia y lo fundamental del pensamiento de Saint-Martin y una vez descubierto llevarlo a la práctica en su propia vida cotidiana. Así pues, ¿puede existir algún auténtico Martinista que no sea consecuente con la filosofía de vida que ha, voluntariamente abrazado cumplir? Lo contrario resulta ser de una persona con inclinaciones intelectuales y especulativas con el solo ánimo de poseer algo de información teórica de esta rica e iluminadora filosofía, no más.
            Nada mejor que ir a la obra de Saint-Martin para demostrar su pensamiento y sus expectativas clarificadoras. En el “Cocodrilo, o la Guerra del Bien  y del Mal” (que a todo Martinista hará muy bien estudiar), encontramos una de las claves para comprender su propósito. Del Canto 14 y 15 podemos extraer importantes conclusiones. Veamos:
            Encontramos que Saint-Martin hace referencia a un simbólico personaje que él llama “Señora Jof”. Ella  representa las virtudes Martinistas, y nos dice:
“... si se presentaba ante gente instruida, y trataban de temas relativos a las ciencias y a los conocimientos más profundos, mostraba no solo que comprendía cuanto había dicho, sino incluso les hacía entender que, si quisieran, podría saber y decir mucho más...”
            Pero también, esta “Señora Jof” es simbólicamente el Martinismo como cuerpo doctrinal al estar vinculada a una “Sociedad de Independientes” (S. I.), que en realidad es el nombre encubierto de la “Societe des Intimes” (S. I.) y de los  “Superiores Incógnitos” (S. I.) . Saint-Martin nos dice, que:
“...como vivía en todas partes, también tenía en todas partes su Sociedad de Independientes, que ciertamente deberían haberse llamado la Sociedad de los Solitarios, puesto que cada hombre tiene en sí mismo esta Sociedad ... como esta Sociedad difería absolutamente de todas las sociedades conocidas, e incluso no era una sociedad, no hay que considerar la palabra reunir en el sentido en que se la entiende comúnmente. Así, aunque presento aquí a la Señora Jof reuniendo a los diversos miembros de la Sociedad de los Independientes, no es menos cierto que no se reunían en absoluto; que esta presunta asamblea se realizaba para cada uno de los miembros aisladamente, en el sitio en que se encontrara, y sin estar sujeto a ningún local, a ninguna ceremonia ni a límite alguno; que cada uno de los miembros tenia el privilegio de ver a la vez a los otros miembros, en el lugar en que estuvieran, e igualmente de ser percibido por cada uno de ellos ... todos tenían el privilegio de hallarse en presencia de la Señora Jof, así como la Señora Jof tenia el privilegio de estar presente para todos ellos a la vez, cuando lo quisiera, cualquiera que fuera la distancia y la variedad de lugares que ellos habitaban...”
 Esta es tan solo una cita a algunas líneas de la pluma de Saint-Martin para que el estudioso observe que tan lejos puede estar una “Orden Martinista” de los propósitos que en original se dictaron. Quien lea que saque sus propias conclusiones.
            Sin embargo, Louis Claude de Saint-Martin es solo el último exponente de toda una Doctrina Iniciática que ha viajado de siglo en siglo, de fraternidad en fraternidad y de orden en orden hasta nuestros días. Algunos hemos conocido algunos fundamentos de esta Doctrina y hemos reconocido que ellos no son el producto de nuestro siglo, sino que hemos visto en el horizonte de la Tradición Occidental y Cristiana, la Luz de nuestros Maestros Pasados. ¿Quiénes son ellos? Pues busquemos en nuestros ancestros.
            Nuestros orígenes no se pierden en la noche de los tiempos, aunque así lo pareciera, sino que ellos están ligados a la génesis de todas las religiones del mundo. La doctrina de la llamada “Caída de los Angeles”, nos refiere a la comprensión de cómo hemos perdido nuestros privilegios espirituales mientras permanecíamos en el seno de Dios. Luego de esta caída se abre un nuevo universo, en el que entendemos el misterio del proceso de la muerte (ya que antes de este acontecimiento no la conocíamos), marcando este hecho el inicio ya degradado, de nuestra estadía, como humanidad, en nuestro tránsito por esta escuela que llamamos tierra.
            Desde el punto de vista cabalístico, viene a manifestarse la “Primera Familia” que nosotros identificamos con el “Iod” y que la teología  solo ha visto la parte superficial en los primeros diez capítulos del libro bíblico del Génesis. Lo que fue el carácter trascendental, viene a convertirse con el tiempo en trascendente. Los Maestros deben ya recordar a esta humanidad sobre la hermandad que debe existir entre todas las almas; sobre la corriente invoevolutiva representada por la simbólica escalera de Jacob, donde bajan los ángeles por la izquierda (Sefira Binah) y por la derecha suben las almas (Sefira Jocmah), estando en lo alto de la escala el Trono radiante de Dios (Sefira Keter); establecer la veneración hacia los Maestros; recordar a la humanidad de que ella es solo un facsímil del Logos Andrógino y Armónico; la ya presente preocupación para que se lleve a efecto la completa reintegración de los seres a su primitiva pureza espiritual ya perdida.
            Para alcanzar paulatinamente estas metas, los Iniciados realizaron el Arcano de la Fuerza, uniéndose en cadenas dirigidas por principios egregóricos. Estos esfuerzos dieron origen a una primera Religión. Ella surge de un torbellino colectivo generado por un egrégoro, que incluso funda diferentes cultos en varios países distintos. La construcción de esta Religión obedece al mecanismo cabalístico del “Tetragramatón”. Al término de dicho ciclo están dadas las condiciones para la materialización de dicha estructura.
            Luego, los Discípulos vienen a formar dos categorías. La primera, constituida por los principales que son los Apóstoles de la Doctrina, que encarnan el Cuaternario Hermético: Aguila, pensadores valientes; León, santos ardientes; Hombre, calculador y prudente; Toro, trabajadores organizados. La segunda categoría son los discípulos secundarios, que en su conjunto aman la metafísica hasta el límite de lo racional y en su autosacrificio imponen la Doctrina.
Sin embargo, no debemos olvidar que la “Caída” ha sembrado el signo de la materialidad en la humanidad, y ha venido también a manifestarse también el error.
            Con el tiempo vemos surgir la religión de Krishna, la Filosofía de Fo-Hi, Hermes Trimegisto, Zoroastro, Orféo, Moisés, el Budismo, el Cristianismo y otras importantes religiones del mundo.
            En lo que a nosotros se refiere, y no olvidando el sentido de la unidad que reposa  en la base del pensamiento Martinista, rescatamos de la esencia de la Tradición Cristiana la conciencia de la unidad del hombre con Dios, y el amor como el medio para que esta unidad se realice. Allí descansa la razón de ser del Martinismo y de toda la Filosofía Iniciática de las antiguas filiaciones Rosa+Cruces. Es lo que predicaron los antiguos gnósticos, lo que persiguieron las ordenes caballerescas, lo que impulsó a los cabalistas cristianos, lo que fue la razón de ser para los Iluminados y lo que debe llamar al corazón  del verdadero Martinista.
            ¿Cómo podríamos concebir una filiación iluminista apartada de las Doctrinas del Cristo? No le vemos sentido.  Es por eso que no podemos imaginar al verdadero Martinista sino como el Apóstol y el Sacerdote de la religión del Reparador. Tal dignidad está más allá de lo que el iniciador-hombre puede conferir, es la gracia del Elías Artista, la misericordia del Espíritu Santo que decide reposar en el corazón del iniciado para honra y gloria de Dios. Esta es la “Filiación Oculta” a la que han pertenecido Louis Claude de Saint-Martin, Martines de Pasqually, Emmanuel Swedenborg, Jacobo Boehme, Khunrath, Maier, Paracelso, Tritemus, etc. A dicha filiación la llamamos “Oculta” pues es privilegio de los que han querido ver a Dios y lo han logrado.
            Entonces, ¿quienes se reúnen en el Templo del Espíritu Santo?

Templarismo


            Sin embargo, y para nuestro estudio, debemos considerar las estructuras iniciáticas para así entender con mayor claridad el tránsito en el tiempo de las doctrinas que han llegado hasta nosotros. Así resulta de sumo conveniente tomar en consideración como es que el Templarismo vino a manifestarse.

El ideal templario está representado en un gobierno o estado perfecto y universal donde los principios del espíritu sujetan las tendencias de lo físico y terrenal. Solo así es posible aniquilar los excesos generados por los poderes puramente políticos y religiosos. Allí encontramos el freno a la corrupción de los líderes y la ganancia para el pueblo que a través de una sana economía y comercio da en justicia a cada cual lo suyo. Vemos en el ideal templario el término de las luchas inútiles de las nacionalidades y castas. Este ideal funda las bases del reino de Dios en la tierra. Es un estado “Teocrático”, pues las comandancias se agrupaban en prioratos y estos en grandes prioratos, y sobre ellos el Gran Maestro de la Orden caballeresca.
            Sin embargo, los Templarios fueron perseguidos por el poder temporal de la política y la religión hasta casi su total y completa eliminación. Así su último Gran Maestro, Jacobo de Molay fue quemado vivo en París por orden del Rey Felipe el Hermoso, siniestramente de acuerdo con el Papa romano Clemente V, y así apoderarse de sus inmensas riquezas. ¿Cuáles fueron sus otros enemigos? La calumnia, la envidia y las pasiones que dominan a los enemigos de la Luz.
            Los que cobijaron a los dispersos Templarios fueron los Hermetistas, quienes se esforzaban en la realización de la Gran Obra; los constructores y albañiles libres preocupados por el culto del trabajo y la conservación del simbolismo en la arquitectura. Con el tiempo estas filiaciones llegan a fusionarse generando una vigorosa corriente que llenaba las expectativas de los nuevos iniciados. Las nuevas persecuciones de la Iglesia romana no tuvieron el efecto de 1314.

Rosacrucianismo


            Según el concepto de los buenos investigadores de la filiación Rosa+Cruz, es posible establecer lo que se denomina “Rosacrucianismo Primario”, compuesto por una cantidad pequeña de místicos célibes conformados por tendencias bastante claras y salidos de la corriente del gnosticismo, la cábala y el hermetismo alquímico. Se destacan en su accionar por el absoluto secreto de sus operaciones, y el resultado lo  ponen al alcance de la humanidad, o sea, la ciencia, el progreso y la ética en la esfera intelectual. De este movimiento, la reforma de Lutero toma inspiración. En sus conocidas obras “Fama Fraternitatis” y “Confessio” es posible ver al papado romano como una representación del anticristo.
            Luego se manifiesta lo que se denomina “Rosacrucianismo Secundario”. Este tipo de Rosacrucianismo es distinto del anterior, pues ya no es la escuela estricta donde el iniciado estaba obligado a producir verdaderos resultados en el campo del autoperfeccionamiento, sino que apunta hacia el enciclopedismo donde se debía tener la suficiente capacidad para la especulación científica y la investigación propia de los siglos XVI, XVII y XVIII, amplitud de conciencia y un espíritu adicto a la idea del bien. De entre ellos se escogía a los miembros de la Fraternidad.
            Surge entonces, en el interior de este tipo de Rosacrucianismo, el alma del antiguo templarismo y de la vieja Rosa+Cruz; se involucra en la política de los tiempos, pero esta vez utilizando la prudencia para que no se repita lo que a Jacobo de Molay. Busca el camino más seguro para influenciar en la sociedad profana y resulta de la fundación de la Orden Masónica.

Franc-Masonería


            Esta nueva Orden que surge del espíritu Rosa+Cruz viene a guardar en sí todo el arsenal del simbolismo rosacruciano como suyo.
            Uno de los fundadores de la Masonería es Elías Ashmole (1617-1692) que tomando fragmentos del sistema de los grados de la albañilería libre pone como base los tres primeros grados masónicos. Esta adaptación comienza en 1646 y al llegar 1717 el sistema se encuentra completamente organizado. De esta manera la masonería vendrá a ser la nueva base sobre la que se construirán las tendencias sociales y también iluministas. De tal sistema viene la sociedad profana en su conjunto a conocer de las grandes reformas y revoluciones sociales. El mundo conoce de héroes nacionales y libertadores que surgen de las filas de la Franc-Masonería.
            En adelante, una parte de la Orden Masónica, se alejará cada vez más de su origen iniciático, mientras surgen también de su interior algunas tendencias con propósitos iluministas. Podemos citar en propiedad algunos ritos como lo son los “Caballeros Masones Elus-Cohen del Universo” de Martines de Pasqually,

Martinecismo


            Cuando la Masonería se ha involucrado demasiado en los cambios políticos y sociales en el mundo, es cuando aparece Martines de Pasqually y la Orden de los Caballeros Masones Elegidos-Sacerdotes del Universo, que se hace conocer en Francia entre los años 1767 y 1780.
            Esta Orden está compuesta de nueve grados. Los tres superiores son grados rosacruces. Es una Orden mágico-teúrgica con un fuerte predominio de los métodos puramente mágicos.
            En esta Orden se destaca Louis Claude de Saint-Martin en su rol de secretario del Maestro y alcanzando todos los grados de la Orden. Finalmente resulta ser elegido miembro del Supremo Tribunal de la Orden. Destaca además Juan Bautista Willermoz quien en lo futuro insiste en tales prácticas, pero esta vez en su propio sistema, o sea en lo que conocemos como Willermocismo.
            El Martinecismo ha sido confundido habitualmente con el Martinismo y ello solo por una asociación de nombres: “Martines” con “Saint-Martin”; pero en realidad la diferencia entre ambos sistemas es muy grande. Por eso hemos insistido en esta explicación, ya que es necesario que cada concepto sea entendido en su justa medida. Martinecismo es el movimiento masónico generado por Martines de Pasqually enfocado hacia el trabajo teúrgico que él expuso en su obra, el “Tratado de la Reintegración de los Seres” y desarrollado en el interior de la Orden de los Elus-Cohen y que se encuentra explicado en sus rituales; ni más ni menos.

Martinismo


            Este es un concepto y una filosofía; en absoluto representa una estructura funcional o una orden en particular.
            Martinismo es el movimiento al cual dio origen Louis Claude de Saint-Martin, quién por su filiación a la “Sociedad de los Filósofos Incógnitos” se hizo llamar a sí mismo, el “Filósofo Incógnito”. El compendio de su pensamiento reformador, de la antigua doctrina rosacruz, y que se expresa a través de su importante obra literaria, es lo que en estricto debe ser considerado en el concepto de lo que llamamos “Martinismo”.
            Nada tiene que ver con el Martinecismo de Martines de Pasqually, porque cuando el Martinismo se manifiesta, Saint-Martin ya había renunciado a todas las estructuras masónicas a las que había pertenecido, incluyendo a los Elus-Cohen.
            Louis Claude de Saint-Martin genera este movimiento particular a partir de su iniciación en los “Filósofos Incógnitos”, por una parte, y porque descubre la monumental obra de su Maestro Espiritual, Jacobo Boehme. Sus discípulos son pocos pero muy bien escogidos, los que agrupa en lo que se denominará “La Sociedad de los Intimos”. Allí expone y enseña su visión y filosofía de Dios y su comprensión en la realización existente entre Dios, la Naturaleza y el Hombre.
            El concepto del Martinismo de Saint-Martin, da mucha importancia a la oración  y cuando evoca al sentido de la Iniciación, lo hace en un sencillo ritual que contrasta con la suntuosidad de los rituales de la futura Orden Martinista. El Martinismo de Saint-Martin lleva al iniciado hacia la meditación, la creación del Hombre de Deseo y no hacia el ambiente mágico y teurgico como ocurre con el  Martinecismo y el Willermocismo.
            No confiere más que un solo grado, que es lo que ha recibido de la filiación Rosa+Cruz: S::: I:::, y allí radicarán las más marcadas diferencias que en lo futuro se establecerán con los Martinistas que surgen de 1890 en adelante. Pero ello resultará de comentario aparte.
            Por tanto, el Martinismo no tiene nada que ver con el Martinecismo y el Willermocismo; a lo más solo una aproximación con las Ordenes Martinistas.

Willermocismo


            Juan Bautista Willermoz, que fuera el otro discípulo aventajado de Martines de Pasqually, es quien trató de perpetuar las enseñanzas del Maestro en el seno de la masonería. Este movimiento se manifestó entre 1772, año en que Martines de Pasqually abandonó Francia trasladándose a Santo Domingo, y 1804, fecha en que falleció Willermoz. Este establece el “Rito Escocés Rectificado”. Dicho rito fue aprobado en 1782, en el Convento de Wilhelmsbad, que fue presidido por el duque Fernando de Brunswich y en el cual estuvieron presentes la mayoría de los poderes masónicos europeos.
            Willermoz da forma al Rito Escocés Rectificado que estructura en dos círculos. El exterior, conformados por los grados de Aprendiz, Compañero, Maestro Masón, Maestro Escocés; y el círculo interior que es secreto, formado por los grados de Caballero Benefactor de la Ciudad Santa, el que a su vez está dividido en tres secciones: Novicio, Profeso y Caballero. El circulo exterior transmite la enseñanza teórica, y el interior la practica del Martinecismo.
            Por tanto, el Willermocismo ha venido a ser una especie de continuación del Martinecismo, pero enfrascado en un molde templario en el interior del Rito Escocés Rectificado de Willermoz. Martinecismo y Willermocismo resultan ser compatibles entre sí, pero ambos no tienen nada que ver con el movimiento que genera Saint-Martin en lo que hemos denominada con el nombre de Martinismo de Saint-Martin.

Martinismo Moderno o Neo-Martinismo


            El Martinismo moderno comienza con la invención, por parte de Papus, de la “Orden Martinista”, el que se hace acompañar por 21 miembros que dan origen a un Supremo Consejo. A esta estructura se le asignan primeramente cuatro grados, a los que se le añaden luego 3 más, sumando un total de 7; cada uno de ellos con sus respectivos rituales. Papus incorpora las enseñanzas de Louis Claude de Saint-Martin, más todo un arsenal de disciplinas propias del neo-ocultismo, como es el caso del tarot, la astrología, las diversas mancias, la cábala, la numerología, etc., que se están poniendo de moda  en Francia por  los años de 1880.
            El movimiento martinista de Papus se caracteriza además por mantenerse independiente, en sus comienzos, de toda conexión masónica. Se inician a las mujeres en igualdad de condiciones que los hombres y logra una exitosa convinación entre la “iniciación libre” y la de “logia martinista”, siendo ambas igualmente reconocidas.
            Como en toda obra humana, surgen las discrepancias, los cismas y el error se multiplican en forma piramidal según pasa el tiempo. Nacen numerosas ordenes Martinistas, de la más variada tendencia dogmática y la desconfianza surge entre los iguales. Finalmente ninguna orden reconoce a la otra y terminan declarándose la guerra con declaraciones múltiples de “irregularidad”.
            He aquí la marcada diferencia que existe entre el Martinismo de Saint-Martin, y la estructura llamada “Orden Martinista”.

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            Hemos querido abordar temáticamente esta explicación para ubicar someramente al investigador del Martinismo en la senda correcta a fin de que observe el peregrinar de la Doctrina a través de la columna vertebral de la Tradición Occidental y Cristiana que resultan ser algunas ordenes y sociedades secretas.
            Sin embargo, no aportamos nada nuevo, puesto que toda la información que pueda existir sobre la materia se encuentra en manos de los archivos de las diferentes Ordenes en Francia y de los investigadores-escritores que también están ligados a ellas. A lo más si algún mérito tiene el presente estudio es poner estos antecedentes en orden y desde un punto de vista más que nada imparcial. La meta es rescatar la Doctrina original y colocarla en lo posible, en su más justa dimensión.
            Nuestra historia no se pierde en la noche de los tiempos, sino que podemos remontarla a los orígenes en la mente de Dios, y ver como ha transitado por la génesis de las religiones del mundo hasta instalarse en el seno de la ordenes y sociedades de todos los tiempos. Estas existen y han existido, como las religiones, porque tienen una filosofía que transmitir, siendo su razón de ser mostrar algunos vislumbres de la Doctrina Eterna; no hay otra razón. Nosotros, de tanto en tanto, nos congregamos al interior de estas estructuras para conocer en mayor profundidad los postulados que facilitan el logro de una mayor y más completa regeneración o reintegración de la humanidad a su condición primitiva de pureza y felicidad. Este es el camino señalado por los grandes instructores e iniciados del mundo; es la vía que nos han mostrado con escritos y persuasión, los iluminados de todos los tiempos, es la senda que hemos querido abrazar con decisión, quienes conscientes de nuestras humanas  debilidades, vislumbramos que al final del camino y solo con esfuerzo existe la posibilidad de ser mejores instrumentos al servicio de la Divinidad.
            El mundo será mejor, cuando más y más personas se unan en el solo propósito de ser mejores.
            Veamos pues el desarrollo de nuestro estudio y mediante la explicación de los temas a continuación, quizás podamos persuadir a alguno a pasar de un estado de mera iniciación a una comprometida causa de apostolado. Rescatemos pues, nuestros Orígenes, Historia y Doctrina.

 
Eques ab Aquila Coronata
S::: I:::
Fil. Rusa
S::: I::: I:::
Fil. Francesa