miércoles, 7 de mayo de 2014

EL EGREGOR DE LA LOGIA



EL EGREGOR DE LA LOGIA

Sobre un tema que debería ser tratado
en todas las Ordenes de Iniciación


Trabajo de investigación elaborado por el
Q.·. H.·. Eques ab Aquila Coronata.
VII° R+C HRDM-KLWNNG


INTRODUCCION

La palabra “Egrégor” es una voz verbal del griego clásico. Significa vigilar, velar, estar despierto, no dormir. Por extensión, la raíz sustantiva ha significado vigilia, vela, privación de sueño. Por tanto, el concepto masónico de Egrégor es “Vigilante” de la Logia.

Rizardo da Camino, en su Diccionario Masónico, nos dice que Egrégor es un “Cuerpo Místico que se forma con sus propias peculiaridades, después de la apertura del Libro Sagrado, cuando todos se unen con las mentes para el acto de crear”.

Son muy pocos los escritores que nos entregan una definición sobre el significado de nuestro tema; Mouni Sadhu es uno de ellos y en su obra “El Tarot”, nos dice que el Egrégor es una entidad colectiva, tal como una nación, estado, sociedad, religiones, sectas y sus adherentes, e incluso organizaciones humanas menores. La estructura de los Egrégores es similar a la de los seres humanos. Tienen cuerpos físicos, astrales y mentales por lo que se constituyen en la suma total de todos estos elementos.

Los Egrégores tienen formas peculiares en los mundos superfísicos, similares a sus representaciones simbolizadas, como el león de Gran Bretaña, el gallo de Francia, el águila de Alemania, etc. Estas formas – como lo declaró Paul Sédir, que las observó antes de la primera Guerra Mundial – pueden ser vistas por una persona clarividente, o por otras con la directa asistencia de un Maestro espiritual, como lo fue el caso de Sédir. En sus “Initiations” nos cuenta como, poco antes de 1914, el misterioso Monsieur Andréas le mostró el futuro de Europa para algunos años adelante. Habla de la tragedia de su amada Francia, que luego se desangró en la primera Guerra Mundial. En la siguiente visión, que también fue provocada por el mismo Andréas, también se le mostró a Sédir el pasado lejano, volviendo al tiempo de Santa Juana de Arco e incluso habló con ella y tomó parte de la ceremonia mística que siguió en las mazmorras y celdas del viejo castillo, donde la Santa fue reducida a prisión antes de su ejecución en la hoguera. Existe un momento en la historia, cuando Sédir – como puede verse por su narración – pudo apreciar asimismo el futuro distante, probablemente la Segunda Guerra Mundial, tan desastrosa para Francia. Pero se le prohibió revelar algo sobre eso, aunque su profunda preocupación queda en evidencia a través de sus tristes palabras al final del capítulo. En todas estas visiones, el Egrégor de Francia tenía la forma de un gallo, mientras que los otros estaban representados por diferentes pájaros y animales, como los comentados anteriormente.

        Una obligada referencia debemos hacer del Maestro contemporáneo de la antigua Filiación Rusa del Martinismo, Gregory Ottonovich de Mebes, mas conocido por sus iniciales “G. O. M.”, quien en su obra escrita en idioma ruso “Curso Enciclopédico de Ocultismo” escrita en la ciudad de Saint-Petersburgo entre el año 1911 y 1912 y traducida al español por el antiguo miembro de la Orden Martinista de Chile, Sergei Veshñacov, nos hace referencia en el capítulo dedicado a la explicación del XI Arcano, el desarrollo de diversas instancias iniciáticas, religiosas y filosóficas desde el punto de vista de la construcción egregórica. Su análisis tiene una visión desde la dinámica del Tetragrámaton (el Nombre Sagrado de Dios) y como ella se proyecta en sus diversas etapas hasta encontrar una solución y explicación lógica a la historia y objetivos secretos de las sociedades de iniciación. Sin embargo, no podemos entrar en el estudio de dicho texto ya que requiere de un tratamiento especial y de un auditórium preparado para comprender tales conocimientos. Solamente lo citamos para que los Hermanos estudiosos e investigadores busquen en sus profundos conocimientos, estadios superiores de aprendizaje.

EL PODER DEL PENSAMIENTO, BASE DE TODA CONSTRUCCION EGREGORICA

        Para que una Tenida Masónica, o de cualquier Orden Iniciática que sea, de el efecto deseado, cuyo objetivo es posible percibir por el sentido impreso en el ejercicio del Ritual con el que esta opera, es que en el lugar donde se reúne, debe estar exclusivamente dedicado para el oficio iniciático en el cual se trabaja. Egregóricamente hablando, no es conveniente dedicar un lugar usado comúnmente para actividades profanas, para convertirlo en forma ocasional en un lugar para la actividad iniciática.

        Por el contrario, tampoco es conveniente, desde este mismo punto de vista, que un Templo dedicado al uso de un Ritual preciso, se convierta por cualquier razón, en un lugar para actividades profanas.

        Una Tenida masónica debe llevarse a cabo, tanto en el desarrollo del Ritual como en las intervenciones personales que surgen en el debate o análisis de alguna enseñanza, en la más justa y completa armonía. Si uno o más miembros de la Logia, estuvieren pensando, por ejemplo en forma vanidosa, sobre lo ostentoso de los paramentos que lucen para la ocasión, o el deseo de manifestarse en el afán de brillar y tomar parte prominente en los procedimientos del Ritual; si existieran sentimientos personales tales como haber ingresado al Templo en un ánimo de sentirse ofendido, de revancha, o estar afectado por los celos y la envidia, lo mas probable es que todo el ejercicio y esfuerzo por conseguir el objetivo oculto del sentido del Ritual sería algo absolutamente inútil.

        Si por el contrario, al ingresar en el Templo, los miembros que participan de él hacen el ejercicio de dejar todo pensamiento, sentimiento y acción profana fuera, entonces puede resultar de un efecto muy considerable y beneficioso. Entendemos que en la mayoría de los casos es así, como también que de tales efectos no se tiene conciencia, por lo desconocido que resulta del análisis de dicho tema.

        La técnica recomendable para el estudio de un tema en una Tenida en particular, es que todos los miembros que asisten a ella se encuentren al tanto sobre cual materia se estudiará. Esto permite que todos se hayan preparado convenientemente y con antelación al día de la asamblea. No es de responsabilidad el que algún Hermano llegue a las reuniones de su Logia sin siquiera estar enterado sobre el motivo y temática que se trabajará en ella, sino por el contrario, todo Hermano debe tener una inteligente comprensión del tema que se va a tratar. Su asistencia entonces constituirá un factor de aporte al trabajo general que emprenda la Logia.

        Los Aprendices, Compañeros y Maestros, tienen que hacer su trabajo, y más allá de ser simples espectadores, deben estar en condiciones de hacer aportes ciertos sobre los temas en estudio; si no se está en condiciones de hacer un aporte objetivo, al menos cada uno de ellos debe dar su opinión; esto igual sirve, pues también se acumula al resultado sumatorio que en adelante se observa en la construcción del Egrégor que se quiere tener.

        Este no es un tema fácil de entender, por el contrario, requiere de cierta reflexión y meditación, pues es necesario fijarse sobre el efecto exacto de un pensamiento bien definido y sostenido en el tiempo.

        Todo pensamiento suficientemente definido para ser digno de este nombre, produce dos resultados diferentes. Primeramente, debe establecer una vibración lo suficientemente definida y fuerte como para invadir todo el plano de la comprensión mental que involucra a nuestros hermanos que se encuentran a nuestro alrededor, donde al igual que la voluntad al ordenar a un dedo de nuestra mano que ejerza presión sobre una tecla definida de un piano, resulte de un sonido audible y musical; nuestro pensamiento suficientemente definido entrará en la comprensión de todos quienes asisten al trabajo de la Logia. En segundo lugar, cada pensamiento reúne a su alrededor la materia viviente del plano mental y construye lo que se denomina forma de pensamiento. Allí está el átomo simiente por el cual se construye el Egrégor de nuestra Logia.

        Si nuestros pensamientos y aportes al estudio de la Logia están radicados en exclusiva a un simple ejercicio mental, donde nuestro aporte resulte de algo comúnmente repetitivo y ya sin sentido, como quien suma dos más dos, tal esfuerzo no pasa más allá de ser simplemente eso.

        Si nuestra intervención ya no es una simple exposición de palabras sin gracia y sentido, sino que nuestro pensamiento expresado por el verbo lleva como sello el sentido altruista, de la aspiración elevada y de la emoción superior por los Ideales que profesamos, entonces esa simple idea como pensamiento, se desarrolla en la comprensión de los hermanos centuplicando así su fuerza y acción.

        Pero, un sentimiento y un pensamiento altruista pueden morir si a su derredor moran sentimientos y vibraciones inferiores tales como el egoísmo, el fanatismo o la intolerancia.

        Cuando un Iniciado piensa y hace aportes muy bien definidos desde el punto de vista de la Doctrina a sus hermanos y Logia en general, está enviando a su derredor una vibración muy potente, porque prácticamente no sufre oposición, al igual que un sonido en un gran silencio. Es como una luz brillante en una noche oscura. Es la visión que mediante la potencia de su vibración, remece las mentes de sus iguales para despertarlos de su sueño mental. Es el momento en que se esclarecen las mentes de todos y comprenden las múltiples posibilidades de un pensamiento bien dirigido, esclarecido y con emoción. Esto no quiere decir que se comprende por completo las doctrinas que nos sustentan, sino que los hermanos que lo han escuchado tienden a liberalizar ciertas posiciones del plano mental, que los dejan en condiciones beneficiosas e incalculables de recepción y creatividad.

        Ahora bien, si el pensamiento de un solo hermano produce tales resultados, fácil será comprender que el pensamiento de veinte, treinta o mas hermanos dirigidos al mismo fin producirá un efecto enormemente mayor. La fuerza del pensamiento unido de un gran número de hermanos es, con mucho, mayor que la suma de sus pensamientos aislados.

        Un Masón u Hermano de cualquier Orden Iniciática consecuente en pensamiento y emoción con sus ideales, se constituye en un centro del cual fluyen hacia el mundo profano, las ideas y pensamientos liberalizadores hacia mentes que en absoluto han sido despertadas a ideas superiores, produciendo un verdadero aceleramiento al momento de su despertar.

        Quizás muchos piensen que aquí se cierra la enseñanza, pero en verdad recién está a punto de comenzar.

EL EGREGOR Y LA LOGIA

        La construcción del Egrégor de una Logia está directamente relacionada con varios aspectos que es importante anotar. De hecho, cuando se funda una Logia, esta viene a la existencia bajo ciertas condiciones, que pueden ser de tipos astronómicas, astrológicas, numerológicas, cabalísticas, etc., y que afectan toda su vida. Algunas nacen sanas y robustas, otras débiles y enfermizas, permaneciendo así durante el transcurso de muchos años.

        Quienes hemos tenido alguna experiencia en visitar algunas Logias de diferentes Ritos, por ejemplo, nos podemos dar cuenta que todas tienen sus características peculiares que perduran a pesar de los individuos que entran y salen y de los que las componen en forma regular.        De hecho, están animadas desde su fundación por propósitos muy particulares. Algunas Logias llevan el nombre de alguna virtud, como por ejemplo “Esperanza”, “Unión Fraternal”, “La Concordia”, etc.; otras llevan el nombre de personajes famosos, como: “San Martín”, “Mozart” etc., y otras llevan nombres de santos patronos como, San Juan Evangelista”, “San Andrés de Escocia”, etc., todas ellas animadas por una idea sostenida en una inspiración que busca una meta en particular. Estos nombres están sostenidos por pensamientos, los cuales se revisten con materia de planos superfísicos y que permanecen como una entidad independiente, durante un tiempo más o menos largo con mayor o menor actividad, según sea el impulso original que se le ha dado y según es reforzado por nuevas corrientes de pensamiento.

        Un hecho que es importante considerar, y que reafirma lo que dijéramos en un principio, el Templo de la Logia debe ser considerado como el lugar donde habita el Egrégor formado por el pensamiento colectivo de todos los Hermanos que asisten a las Tenidas.

        El Templo es el lugar exclusivo para los trabajos de todos los masones y no otro lugar. La construcción y permanencia del Egrégor no puede ser perturbado por pensamientos desarmónicos, cosa que ocurre cuando dicho lugar es utilizado para fines que no son iniciáticos.

        Si un Templo es utilizado en otros días de la semana para actividades de tipo profano, el Egrégor se siente desarmónicamente afectado con las formas de pensamiento creadas allí por las habladurías, comentarios, chismes, discusiones, risotadas, diversiones, diversos aromas y olores que emanan del consumo de cigarrillos, bebidas alcohólicas, etc., todos ellos como efectos de una convivencia social profana. El Egrégor ciertamente que es afectado por todos estos elementos, y nuestro deber es defenderlo de todo este perjuicio evitando que nuestros Templos se conviertan en centros de actividad profana.

        Nuestro interés por el embellecimiento del Templo debe ser permanente ya que el Egrégor que construimos se ve agradablemente afectado por los pensamientos de todos los que ingresen en el. Por el contrario, lo perjudicamos, si al ingresar al Templo este se encuentra sucio, con adornos de mal gusto, los Hermanos mal decorados, los candelabros deslucidos y no lustrosos, las paredes mal pintadas, mal iluminado. El Templo puede ser sencillo pero debe estar escrupulosamente limpio, decorado de un buen gusto para estimular el respeto, el recogimiento y el estímulo para la emoción artística, porque el Egrégor debe ser perfecto en todos los sentidos, y el arte y la belleza son fundamentales para la evolución tanto del Egrégor de la Logia como de los Hermanos que la componen.

        El Egrégor es formado con nuestros pensamientos, sentimientos y emociones y de acuerdo a ellos, este reacciona sobre nosotros ayudándonos tan pronto como nos pongamos bajo el amparo de su influencia.

        En el Templo no debería haber ninguna murmuración, ni menos ningún pensamiento o gesto poco fraternal, pues un mal pensamiento y un acto antifraternal por parte de un iniciado es multiplicado por esta condición que al ser hechos por un profano. No da lo mismo un comentario mal intencionado de parte de un profano, que una crítica incorrecta, maligna e injusta hecha por un iniciado. Por eso, todos los hermanos deben procurar que los trabajos siempre estén poblados de los pensamientos más elevados y con las palabras más respetuosas y afectuosas. Siempre hay que dar paso a opiniones útiles, verdaderas y agradables.

        Todos los miembros de una Logia son importantes. Son necesarios los Hermanos con capacidades intelectuales, para construir su cabeza; son necesarios los Hermanos de vivos sentimientos para construir su corazón, son necesarios los Hermanos cooperadores y siempre dispuestos a servir a sus demás Hermanos, para construir sus miembros. Si se da el caso que un grupo de ellos es muy excesivo, entonces la construcción del cuerpo y el alma del Egrégor también será desproporcionada.

        Las Tenidas deberían ser constantes y regulares y tan frecuentes como fuere posible, no precisamente muy concurridas, pero sí los que asistieren debieran ser sinceros y entusiastas con los trabajos de la Logia. Esta actitud es fundamental para su construcción ya que necesita además ser cargada continuamente con nuevo poder.

        El Gran Arquitecto del Universo es el Logos constructor, y al igual que el que crea los mundos de acuerdo a sus designios, los miembros de una Logia (que es un microcosmos) también crean al Egrégor según los patrones de pensamientos que emiten en su conjunto. Es una gran responsabilidad, pero al mismo tiempo un gran privilegio el tomar parte de tan magnífica forma de pensamiento, cargada de benéficas influencias que ayudará a todos los que se pongan en contacto con el.

        Por cierto que el Egrégor tiene una individualidad, y es por el resultado de quienes tengan un poder de pensamiento mas poderoso, fuerte y definido, elementos que son mas activos al momento de definir su edificación. Sin embargo hay que tener cuidado, porque si todos los elementos que colaboran a la construcción del cuerpo del Egrégor no son lo suficientemente equilibrados, entonces es posible que nos encontremos con Egrégores de clases muy variadas. Unos pueden ser fríamente intelectuales, otros activos y batalladores, otros adormecidos y tristes, otros muy cautelosos y desconfiados.

        Si visitáramos varias Logias y poseyéramos la capacidad sensitiva de captar la influencia de un Egrégor, podríamos entonces definir aún sin conocer a los miembros que componen tal o cual Logia, que clase de Hermanos son los que tenemos en frente. El Egrégor influencia permanentemente a los miembros de una Logia, aún a aquellos que ignoran que sus nobles pensamientos son el resultado de muchos que acuden a sus mentes en el curso de su asistencia a las Tenidas de la Logia.

        Finalmente y para terminar esta pequeña exposición, agregaremos que es posible construir más de un Egrégor para una sola Logia, y señalarles a cada uno de ellos ciertas misiones que tienen que cumplir por el bien de la Orden y de la Logia en particular; dotarlos a cada uno de ellos con la armadura que estimemos conveniente y con los atributos tanto en defensa como de ataque  que creamos necesarios. Solo nos reservamos la técnica con la cual es posible fabricar y dar forma a estos auxiliares invisibles ya que allí radica el secreto real de lo operativo por sobre lo especulativo y que debe ser necesariamente enseñado por quienes corresponde.

        Por último, agregaremos que es perfectamente posible considerar que los iniciados con capacidades innatas para el trabajo teúrgico, pueden construir de igual forma a como lo hacen para una determinada Logia, el Egrégor o egrégores para la protección de su propio hogar y entorno familiar, pero en ello, radica ni mas ni menos, que los fundamentos de una enseñanza particular.

        De esta manera y considerando todos los aspectos que antes hemos señalado, y si las formas de pensamiento tanto colectiva como individuales son armoniosamente construidas, pueden ser vivificadas por los Maestros Pasados, quienes son los verdaderos Guardianes de nuestra tradición, y transformarse por este medio en el canal por el cual se viertan los dones del Espíritu en casi forma tangible. Entonces la divinidad, invocada a través del Gran Arquitecto del Universo, puede enfocar su gracia en la forma de pensamiento que nosotros hemos creado.


                        En el Valle de Santiago de Chile.





 

martes, 6 de mayo de 2014

LOS TRES GRADOS



SOBRE LOS TRES GRADOS DE INSTRUCCION QUE CONFIERE
LA ORDEN MARTINISTA DE CHILE

+Eques ab Aquila Coronata
P  L   S I
R. L. “Reintegración” N° 1
Valle de Santiago, Chile

       Desde hace algún tiempo, y desde que se creó esta Orden, con la finalidad de recordar fielmente el trabajo del recordado y M I H Nicolás Rogalev Girs, descendiente directo de su Iniciador el M I H Gregory Ottonovich de Mebes, el que fue iniciado por el Conde Dr. Feodor G. De-La-Bart, iniciado en 1856; del Príncipe Piotr A. Viazemski, iniciado en 1813;   del Profesor Juan Eugenio Schwartz, iniciado en 1770; de Nicolai Novikov (1744-1818); del Príncipe Alexis Kourakine (1744-1818), iniciado en 1773;  y del Príncipe Alexis Borisowitz Galitzine, iniciado por Saint-Martin en Suiza en 1787; es que se ha hecho muy necesario dejar en claro la postura del martinismo ruso de Saint-Petersburgo, en relación a otras visiones martinistas rusas y sobre todo a la experiencia francesa del mismo. Esto es un sentido homenaje a quien soportó los rigores de la iniciación y el sentido de responsabilidad iniciática de quien cargó sobre sus hombros el legado que hemos decidido tomar en nuestras manos, transportando el Egrégor original de esta orden y proyectarlo hacia el futuro.
      
Lo primero que debemos señalar, es que el concepto de martinismo ruso que nosotros empleamos, es aquel que dice relación con el domicilio de quienes lo trajeron: esto es, la ciudad de Saint-Petersburgo, Rusia. Domicilio que en nada está emparentado con el martinismo salido de otras ciudades como es el caso de Kiev,  Moscú y otras.    

Lo que se conoce tradicionalmente como “martinismo ruso”, en realidad es una especie de “Rosacrucianismo Templario”, que se ha trabajado al interior de algunas órdenes Tradicionales, pero sin darle apellido. En realidad es una filosofía de vida que nunca fue pensada como una orden, sino más bien una forma de pensamiento trabajada al interior de estas órdenes. Ahora bien, porqué en Chile se le ha llamado y estructurado como una “orden martinista”. Dado a que las condiciones estaban preparadas para esto; y pese a que se tuvieron que invertir los propósitos originales practicados en Rusia, primero el profano se iniciaba en el martinismo y luego en la masonería; como por la situación presentada en Chile con el tema León Tournier.
      
Nicolás Rogalev, estaba en posición de plantear esta estructura dado a que estaba revestido sacramentalmente de estos “grados”, o sea era “Superior Incognito”, de ello no hay ninguna duda. Los había recibido de su iniciador “G. O. M.” los que además participaban activamente de la orden de los “Rosacruces Rusos de la Fama Fraternitatis” (instancia superior al llamado martinismo) y es lo que Ambelain ha llamado “Rosacrucianismo Esencial”;  los que además también participaban del “Rito Escocés Antiguo y Aceptado”. Por tanto, no necesitaban más de otras estructuras para realizar su trabajo esotérico.
      
Cuando Nicolás Rogalev Girs decide instalar una orden en recuerdo al trabajo realizado en Saint-Petersburgo, lo hace esta vez a nivel de una orden martinista. Para ello elabora algo lo más parecido a un ritual particular para el trabajo y la docencia que debería entregar. Establece que lo más apropiado es crear una orden martinista y le da el nombre de “Orden Martinista de Chile” la que se extenderá a lo largo de sus tres grados para cumplir con sus propósitos secretos.

Ahora bien, la “Orden Martinista” como una estructura, con sus respectivos grados, representantes, dignatarios, etc., fue creada y fundada en Paris, Francia, por el doctor Gerard Encausse (1865-1916), en compañía de Agustín Chaboseaux (1868-1946). Sin embargo, ambos reclamaban una filiación ininterrumpida desde Luois-Claude de Saint-Martin y al no estar de acuerdo en ellas, deciden intercambiarlas. Las primeras iniciaciones tuvieron lugar en 1884-1885. Y la primera “Logia Martinista” se fundó a finales de 1887, o sea dos años después. En 1891 se formó un “Supremo Consejo Martinista”, el que estaba compuesto por doce miembros. O sea desde 1884 a 1891 ya han pasado siete años donde se han manifestado una serie de cambios.

En aquellos tiempos, los postulantes eran recibidos a la iniciación a la Orden Martinista en una “única recepción” y en un “solo grado”, pero a corto tiempo se dieron cuenta que era mejor subdividirlos en tres, siendo el tercero “Superior Incógnito”. Luego y más tarde, vinieron otros; por ejemplo en la Logia Melquisedek N° 208: se sumó el de “Adepto-Libre”, “Real-Iniciado”, “Perfecto-Adepto” y “Sublime-Comendador”. Paralelamente a estos surgieron: “Bachiller Aprendiz”, “Licenciado Compañero” y “Doctor-Maestro en filosofía cristiana”. En fin, comenzó el desorden de grados en Francia.

Encausse falleció a los 51 años, el 25 de octubre de 1916, asume Charles Tedré, pero fallece el 26 de septiembre de 1918. Y allí comienza la proliferación de diferentes órdenes martinistas. Jean Bricaud con la “Orden Martinista Universal”, Victor Blanchard en 1920 con la “Unión General de los Martinistas y de las Sinarquías”, llamada más tarde “Orden Martinista y Sináquica”, Agustín Chaboseaux con la “Orden Martinista Tradicional”. La confusión ya era evidente pues se hablaba de martinismo, y Saint-Martin y martinismo-martinecismo de Martines de Paqually, habiendo que esperar diez años para que Robert Amadou con sus estudios e investigaciones pusiera orden.

Capítulo aparte es Robert Ambelain, quien se ha preocupado muchísimo sobre el martinismo ruso; francés de nacimiento, el que renegó de sus iniciadores franceses debido a que nada los unía a Louis-Claude de Saint-Martin, para llegar a establecer que su única iniciación real fue la del “martinismo ruso”. Pero de qué martinismo ruso estamos hablando. Del que él conoció, el de Kiev.

Sin embargo, quien lo habría introducido en este martinismo ruso de Kiev, fue el Príncipe Tschumiski, personaje del cual no existen claras y suficientes evidencias. Y basado en una historia más o menos documentada, da vida a varias órdenes martinistas de variada estrategia y finalidad. Trabaja primeramente la “Orden Martinista Iniciática” y luego la declara en sueño, a continuación la “Unión de Ordenes Martinistas” y se retira; luego organiza la “Orden Martinista de los Elus Cohen”, la cual deja en manos del Hno. Iván Mosca y este la declara en sueño también. Después y con el tiempo, levantaron columnas por la intervención de nuevos Maestros, a la luz de nuevas visiones de trabajo. Todas estas órdenes tenían sus particulares sistemas de grados, unas con siete grados, otras con nueve, etc.

El sucesor de Papus, Charles Tredé, publicó en 1913, o sea 26 años después de la fundación del martinismo francés, un ritual para un “cuarto grado”, el de “superior incógnito iniciador”, grado que se practicó por algunos años, pero en la medida que surgieron nuevas órdenes martinistas, también aparecieron sendos rituales con diferentes intenciones que vinieron a innovar el ya poco transparente sistema de grados. La carrera por los grados ya era evidente, pero también sus intenciones eran variadas. Para unos era un grado administrativo, para otros contemplaba la posibilidad de continuar el camino ascendente, para otros revestía un grado relacionado con el grado 66° del rito de Memphis-Misraim “Gran Consagrador” y para otros era un mero trámite.

Hay que ser claros y entenderlo de una vez, lo que se ha llamado “martinismo ruso” de Saint-Petersburgo, no está relacionado directamente con el  martinismo de Kiev y menos con el francés. Lo que sí es posible afirmar, es que nuestro tipo de martinismo es “Rosacruciano y Templario” que está ligado a Nicolai Novikov y en particular al Grado de “Teoricus” de la “Rosa+Cruz de Oro” del antiguo sistema alemán, por un lado, y a la VIII° provincia de la “Estricta Observancia Templaria”, ni más ni menos, por el otro.

Cabe hacernos la siguiente pregunta, necesitaban los MM II HH Gregory Ottonovich de Mebes y Nicolás Rogalev Girs disputarse algún grado ilusorio tramitado al interior de algún supremo consejo en alguna de las órdenes esparcidas por Francia en los siglos XIX y XX, para dar solidez y correspondencia y sobre todo “regularidad” al llamado “martinismo Ruso de Saint-Petersburgo”. Por cierto que no, porque esta doctrina ya estaba fundida al interior del alma de cada uno de sus iniciados y por largos años.  La cadena de iniciados se había extendido de iniciador ha iniciado desde el mismísimo Louis-Claude de Saint-Martin en forma ininterrumpida; pero no tan solo eso, había en Rusia herederos directos de los “Elus+Cohens” de Martines de Pascually, y también de Jean Baptiste Willermoz al interior del Régimen Escoces Rectificado.

Pues bien, ahora y con suficientes argumentos en nuestras manos, y esclarecidas nuestras preguntas sobre el significado de esta orden de tres grados de instrucción, nos empeñamos en mantener este Egrégor primario y dirigiéndolo con fuerzas hacia su destino, que no es otro, que engrandecer la memoria de nuestros Maestros Pasados e impregnando nuestras mentes y corazones de su gran obra. Este Egrégor también nos beneficia a nosotros, herederos de esta tan antigua filiación, uniéndonos con fortaleza en nuestros claros propósitos iniciáticos, también en nuestras vidas particulares, sumando a esto al beneficio en nuestras familias y amigos, esto es innegable.

Sobre que significan los “Superiores Incógnitos” y cuáles son sus verdaderos propósitos, ya los hemos abordado en otro trabajo que es necesario consultar.






domingo, 4 de mayo de 2014

LOS CABALLEROS BENEFACTORES DE LA CIUDAD SANTA




LOS CABALLEROS BENEFACTORES DE LA CIUDAD SANTA


        No pocas son las Ordenes que han insertado en sus nomenclaturas de grados, los de la Orden de los Caballeros Masones Elus+Cohens del Universo. Otro tanto lo han hecho adoptando la Doctrina de esta Orden y la han fijado en algún grado particular. Sin embargo, estamos en condiciones de afirmar categóricamente que la Orden de los Caballeros Masones Elegidos+Sacerdotes del Universo es única en su género y resulta vano en lo absoluto el tratar de vincularla con otras ordenes. De esta manera cualquiera de las “Ordenes Martinistas” que traten de vincularse con la filiación de Martinez de Pasqually, es un engaño. Por mucho que Louis Claude de Saint-Martin haya sido el inspirador “virtual” de la Orden Martinista moderna, este solo tiene valides, desde nuestro punto de vista solo cuando perteneció, tanto como secretario personal del Maestro, como cuando fue miembro regular al interior de la Orden de los Elus+Cohens. Cuando ya no lo es, ya no puede hablar a nombre de la filiación Cohens.

        Otra orden que ha servido de medio de confusión ha sido la de los Caballeros Benefactores de la Ciudad Santa, o conocido también como el Rito Escocés Rectificado de Willermoz. Rito Templario que adoptó en su último grado la doctrina entera de Martines de Pasqually. Estructura que resulta curiosa, ya que es muy difícil comprimir toda una estructura y sistema de enseñanza y practicas teúrgicas en un solo grado. A todas luces no resulta pensar que allí hay algo serio.

Estas dos Ordenes han tratado de convencer al mundo de los iniciados que sus respectivos orígenes se encuentran en el seno de la Orden de los Elus+Cohens, pero a la luz de la investigación rigurosa esto no es así. La única Orden que puede reclamar filiación de Martinez de Pasqually es la que se rige en estricto a sus Rituales, Nomenclatura de grados, estudio a su Doctrina y finalmente la aplicación del complicado sistema teúrgico tal cual como lo dictara el Maestro; y ello avalado por la documentación que saliera de la propia mano de Pasqually. Esto es definitivo.

El origen, fuente, creador e inspirador de Orden de los Elegidos+Sacerdotes del Universo es Martines de Pasqually. Su nacionalidad, origen, religión y su calidad espiritual y capacidades teúrgicas no nos son desconocidas. Hacia 1754 comienza una carrera de taumaturgo, sobre todo de teúrgo, imponiéndose en seguida como teósofo de gran talla y mago lleno de poderes extraordinarios. Su doctrina, de cuyo carácter cristiano no existe ninguna duda, se presenta como la clave de toda cosmogonía escatológica: Dios, la unidad principal, da voluntad propia a los seres «emanados» de Él: pero Lucifer, habiendo querido ejercer por sí la potencia creadora, cae víctima de su propia falta, arrastrando a determinados espíritus en su caída, y se encuentra aprisionado en una materia destinada por Dios para servirle de cárcel. Después, la Divinidad envió al hombre, andrógino de cuerpo glorioso, dotado de poderes inmensos, para que guarde a estos rebeldes y al mismo tiempo trabaje para su redención, siendo precisamente con esta finalidad como ha sido creado el hombre. Adán pecó a su vez y arrastró en su caída a la materia, por lo que se encuentra allí encerrado; habiéndose convertido en mortal físicamente, no puede hacer otra cosa sino intentar salvarse a sí mismo y a la materia. Esto lo puede lograr, con la ayuda de Cristo, por la perfección interior, pero también mediante operaciones teúrgicas, que Martines de Pasqually enseñaba a las personas que estimaba dignos de recibir su iniciación. Fundadas sobre un ritual minucioso, estas operaciones permiten al discípulo ponerse en contacto con las entidades angélicas, que se manifestaban en la cámara teúrgica bajo la forma de «pasos» rápidos, por lo general luminosos, representando la forma de caracteres o jeroglíficos, signos de los espíritus evocados por el operador, al que estas manifestaciones prueban que se encuentra en la buena vía de la reintegración.

Esta doctrina, destinada a una élite reunida bajo el nombre de Elegidos+Cohens (sacerdotes elegidos), va a conocer un gran éxito, pero las operaciones teúrgicas permanecerán siempre reservadas únicamente para los iniciados. Desde 1754 hasta su muerte (1774), Martines de Pasqually trabajó en la construcción de su Templo Cohen, y no utiliza a la francmasonería más que con objeto de que sirva de apoyo a su propio sistema. Hasta 1761 se le ve en Montpellier, París, Lyon, Burdeos, Marsella, Aviñón. Inició a Grainville y Champollion. En 1761 construyó su Templo particular en Burdeos, donde residió hasta 1766. En esta época, la Orden de los Cohens se presenta como un sistema de altos grados, colocado por encima de la masonería azul. La primera etapa de los grados comprende los tres simbólicos, a los que se añade el de Maestro-Perfecto-Elegido; a continuación vienen los grados Cohen propiamente dichos: Aprendiz-Cohen, Compañero-Cohen, Maestro-Cohen, Gran Arquitecto, Caballero de Oriente, Comandante de Oriente, y, finalmente, el último de los grados, la suprema consagración, el de Rosa-Cruz. En 1766, en París, Martinez de Pasqually instruye a Bacon de la Chevalerie y vuelve a Burdeos. En 1768, Willermoz recibe la iniciación del grado Rosa-Cruz de manos de Bacon de la Chevalerie. Saint-Martin, iniciado en los primeros grados hacia 1765. Se convierte en Comandante de Oriente. Martinez de Pasqually deja en el futuro «Filósofo Desconocido» una magnífica impresión. Los años de 1769 y 1770 ven multiplicarse a los grupos de los Elegidos-Cohens por toda Francia. Saint-Martin deja entonces su regimiento, a principios de 1771, para permanecer al lado de Martinez de Pasqually, en calidad de secretario, reemplazando en este puesto al abate Fournié. Data de esta época la puesta a punto de los rituales, así como la redacción del “Tratado de la Reintegración de los Seres”. En 1772, Saint-Martin recibe el grado de Rosa-Cruz, pero Martines de Pasqually parte el mismo año para Santo Domingo con el fin de hacerse cargo de una herencia, muriendo allí en 1774. A partir de 1776, los Templos Cohens de La Rochela, Marsella, Lihume, se integran en la Gran Logia de Francia. En 1777 el ceremonial está en desuso y conservándose sólo en algunos cenáculos, como París, Versalles, Eu. Por último, en 1781, Sebastián Las Casas, tercero y último Gran Soberano de los Elegidos-Cohen (sucesor de Caignet de Lester, fallecido en 1778), ordena la clausura de los ocho Templos que todavía reconocían su autoridad. Ni Caignet ni Las Casas desempeñaron nunca un papel de importancia. A pesar de este cierre oficial, los Elegidos+Cohens continuaron ejerciendo su teúrgia y procedieron a impartir iniciaciones. Por otra parte, las enseñanzas de Martines de Pasqually no se han perdido tampoco, gracias a la documentación original que se mantiene hasta el día de hoy.

El sistema masónico de los Caballeros Bienhechores de la Ciudad Santa, instituidos por el lionés Jean-Baptiste Willermoz, quien procede de una familia del Franco Condado, se dedicaba al trabajo de sedería por cuenta propia dirigiendo un próspero negocio. Desde la edad de veinte años se apasionó por la francmasonería. En 1753 funda la Logia de la Perfecta Amistad, y posteriormente, en 1760, desempeña un gran papel en la formación de la Gran Logia de los Maestros Regulares de Lyon, de la que llega a ser el Gran Maestro. Con ayuda de un médico amigo suyo, Pierre-Jacques, influido personalmente por el alquimista Dom Pernety, funda en 1763 el Capítulo Rosa-Cruz de los Caballeros del Águila Negra Rosa-Cruz. Es Bacon de la Chevalerie quien lo pone en contacto con Martinez de Pasqually en Versalles (1767), en donde recibe la iniciación en los primeros grados de la Orden de los Elus+Cohens. El mismo año representa a Martinez de Pasqually en la provincia de Lyon. Iniciado como Rosa-Cruz en 1768, Willermoz se hace gran amigo de otro Elus+Cohen, Louis Claudio de Saint-Martin, con el que mantiene una activa correspondencia a partir de 1771; Saint-Martin vendrá a verlo a Lyon entre 1773, siendo en esta ocasión cuando los dos hombres se ven personalmente por primera vez. Saint-Martin permanecerá en casa de Willermoz durante más de un año. Muy impresionado -lo mismo que Saint-Martin- por las enseñanzas teúrgicas de Pasqually, que les proporcionará de manera definitiva un cuadro dogmático. Dentro del plano teúrgico es necesario esperar muchos años antes de poder lograr manifestaciones o contactos con los planos invisibles. Por otro lado, se vio en la obligación de contribuir materialmente a mantener a Martinez de Pasqually. Pero permanecerá siempre fiel a su maestro, incluso después de la muerte de éste.

Cuando Pasqually deja Francia para dirigirse a Santo Domingo (el 6 de mayo de 1772), los Cohens lioneses un poco desamparados, se reúnen frecuentemente para intercambiar los conocimientos que él les impartiera y aclarar o profundizar determinados puntos. Willermoz nos ha dejado un voluminoso cuaderno manuscrito de Instrucciones a los Elegidos-Cohen (Instructions aux Elus Cohens), llamado también Conferencias de Lyon (Conférences de Lvon), conjunto de notas interesantes, permitiéndonos una mejor comprensión de esta teosofía, y fechadas entre 1774 y 1777. Una iniciativa de este tipo no parece, desde luego, una traición. Pero, en cambio, ¿no se podría interpretar de esta manera el intento de dar a las enseñanzas Cohen una dimensión masónica ecuménica? Porque precisamente es en esto en lo que Willermoz va a emplearse.






Bibliografía.


Antoine Faivre, L'Ésotérisme au XVIIIº siècle, París, Seghers, 1973. Trad. castellana de J. Florentino Díaz: El esoterismo en el siglo XVIII, Madrid, EDAF, 1976.

LAS FILIACIONES DESCONOCIDAS DEL RITO DE MEMPHIS-MISRAIM




LA FILIACION DESCONOCIDA
DE LOS
RITOS DE MEMPHIS Y DE MISRAIM


Trabajo de Investigación realizado
por: Eques ab Aquila Coronata
S. P. R+C VII°
 Heredom de Kilwinning
S:. I:. M:. M:.

         Si acaso muchos pensamos que el pasado siempre fue mejor, es porque tenemos razones fundadas para creer que es así.

         Una mirada a lo que actualmente constituyen estas Ordenes Masónicas, y que han proliferado en forma tan sorprendente a lo largo, sobre todo, de la última mitad del siglo XX en adelante, es lo que trataremos de analizar. Haremos esfuerzos por rescatar sus finalidades, sus ideas y su original estructura, las que han quedado, con el pasar del tiempo, en el más absoluto olvido y abandono.

         Culpable de ello ha venido en resultar una serie de mezclas ritualísticas, conocimientos desmembrados y desarticulados, más un total caos en lo referente a una identidad con la Doctrina e Ideales que persiguen estos Ritos.
        
Con estupor, constatamos desde hace mucho tiempo, como en algunas Logias se han introducido ideas y teorías que resultan tan lejanas y extrañas a la Masonería Universal. El teosofismo, el orientalismo semi-religioso, el ocultismo, el esoterismo barato y las técnicas psicologistas de la nueva era, han venido a ser el discurso reiterado de instructores, inculcándole a los recién iniciados que esos serían los temas que debe dominar todo “masón espiritualista”. Constatamos que en general, los Ritos de Memphis y Misraim se han alejado definitivamente de los propósitos que les dieron origen.

         ¿A qué se debe la introducción de tantas ideas, conceptos y teorías, tan lejos de la docencia masónica? Debemos responder que es por la ignorancia, la desinformación y la mala o nula preparación de sus maestros. Toda Orden Masónica que se precie de tal, más allá de todo tecnicismo y pergaminos, debe dedicar todos sus esfuerzos en descubrir y develar el significado, conocimiento y aplicaciones de las Herramientas Simbólicas en la conciencia de sus iniciados, y por medio de ellos en la sociedad profana. En el estudio y la meditación de su Simbolismo, la escrupulosa y correcta aplicación del Ritual, y en la observación de la Constitución, Reglamentos Generales y Particulares, y en la aplicación del Código de Justicia Masónico, es donde encontramos el campo donde la Orden Masónica desarrolla sus actividades.
        
Su trabajo dogmático y docente gira necesariamente sobre su centro, que está constituido por las Herramientas Simbólicas de cada uno de sus Grados y el estudio de sus respectivos Manuales de Instrucción, Catecismos y Rituales. Por tanto, toda conducta y enseñanza extraña a lo antes mencionado, puede llevar a presumir que una determinada Orden, solo actúa como una caricatura de lo que es la verdadera Masonería.
        
         No nos haremos cargo sobre quién es regular y quién no lo es, pues basta un análisis concienzudo a la historia de estas Filiaciones, para darnos cuenta en realidad, quien es quien. Mas bien nuestro estudio consiste en tratar de clarificar y por ende entender el porqué de tantas contradicciones que resultan tanto en la docencia, como en la estructura de estos Ritos.
        
Existe una visión mucho mas allá de lo que han visto hasta el momento quienes han tenido la responsabilidad de dirigir los esfuerzos y aspiraciones de los iniciados. Enredados en una cantidad sorprendente de grados masónicos, hasta ahora, la finalidad primera y última de muchas personas ha sido escalar lo mas alto posible esta estratosférica nomenclatura de grados. Muchos han logrado altos grados, pero es como si no los tuvieran, pues no se ve la correspondencia en el campo de la ética, la moral y la erudición. Ciertamente ello es motivo de un análisis que debe llevarnos necesariamente a una respuesta.

         ¿Cómo es posible que en una Orden con tantas posibilidades, los verdaderos buscadores, estudiosos e investigadores no encuentren claridad a sus inquietudes? La respuesta es muy simple; porque allí no se encuentra toda la Luz.
         La Ordenes Masónicas de Memphis y de Misraim pueden dar respuestas a un sin número de preguntas, sin embargo, no a todas. Existen disciplinas que escapan del todo a su influencia, dando paso a estructuras que hoy solo los más antiguos han escuchado nombrar alguna vez.
         Estas Ordenes se han desarrollado con mas fuerza en Francia, que en cualquier otro país, y de allí han pasado y se han extendido piramidalmente por todo el mundo. Sin embargo, en la medida que ha pasado el tiempo, las Doctrinas y antiguas estructuras iniciáticas que tuvieran en el pasado, como un viejo edificio, se han derrumbado y su trabajo ha disminuido hasta casi su total extinción.

         Las ideas modernas de sintetizarlo todo vino en deformar, podar y extinguir importantes Ordenes Iniciáticas por donde el Iniciado podía desarrollarse en forma segura y sin contradicciones como las que hoy conocemos. Si bien todos sabemos que el camino del Iniciado es largo, no todos logran comprender que es para toda la vida. Es así que de acuerdo a la evolución personal e intereses particulares de cada Iniciado, existió en la época de oro de estas Filiaciones Iniciáticas, todo un complejo y bien acabado sistema de Iniciación, en el que prácticamente quedaban incorporadas en un todo, cuanto el Iniciado estuviera en condiciones y tiempo de poder abarcar.
        
         El primer paso para conocer el mundo de la Iniciación, es desde el mundo profano.   El doctor Gerard Encausse, conocido por el nombre iniciático de “Papus”, representó en Francia a algunas interesantes Ordenes de Iniciación, como también lo hicieron sus herederos en la Gran Maestría, como fue el caso de Teder, Jean Bricaud, Constant Chevillón, Henri Dupont, Robert Ambelain y muchos otros que llegaron a constituirse en otros países y hasta el día de hoy.

         La persona profana que estuviera interesada en incorporarse en estas Ordenes de Iniciación no hacía mas que acercarse a lo que le estaba mas a mano, esto es, al “Grupo Independiente de Estudios Esotéricos” (grupo que tomó varios nombres pero con igual finalidad) o a la “Orden Masónica Oriental del Rito Antiguo y Primitivo de Memphis-Misraim”, orden que servía de base para todo un complejo aparato de iniciación. El Rito de Memphis-Misraim, permite el desarrollo del Iniciado tanto en la Masonería Simbólica, como en la Masonería Capitular y en la Masonería Hermética, aprovechando cada uno de sus conocimientos.
        
Cuando un Iniciado lograba la Maestría Masónica, entonces estaba en condiciones de solicitar su incorporación a la “Orden Martinista”, (aunque existe un tipo libre de Martinismo donde no es necesaria la iniciación masónica, pero donde la calidad de sus miembros es diferente por razones obvias; sumado a esto, que otras filiaciones son de tendencia rusa) donde el iniciado puede desarrollar todo un vasto campo relacionado con la espiritualidad cristiana. Esta Orden (francesa) consta de 4 Grados, que se llaman: I° Asociado, II° Iniciado, III° Superior Incógnito y IV° Superior Incógnito Iniciador.

         Si el Hermano no deseaba ingresar en el Martinismo, era libre de no hacerlo, y podía continuar su carrera masónica en los Grados Capitulares sin ningún problema.

         Una vez que el Hermano alcanzaba y era consagrado en el III° Grado Martinista, entonces podía solicitar su incorporación en la “Orden Kabalistica de la Rosa+Cruz”, orden que estaba dedicada exclusivamente al estudio de la kabala judía y cristiana. Esta Orden consta de tres Grados: 1° Bachillerato en Kabala, 2° Licenciado en Kabala y 3° Doctor en Kabala.  

Existe también otra vía; consistiendo esta, que cuando el Hermano había llegado al IV° Martinista le era posible su consagración en los Grados de la Orden del “Régimen Escocés Rectificado” de Willermoz que contempla los Grados de una caballería Cristiana y Templaria, donde descansa en su último grado, una síntesis  del sistema teúrgico de Martines de Pasqually.

Cuando el Hermano se encontraba, ya sea en el Grado 33° de la Masonería, o en el IV° Grado del Martinismo, le era posible solicitar su ingreso en la “Iglesia Gnóstica Universal” que contempla el estudio de la religión cristiana con el signo de la razón, la fe y la inteligencia. Sus Consagraciones son de Sacerdote, Presbítero, Obispo y Cardenal-Arzobispo de la Iglesia Gnóstica Universal. Quienes pertenecían al Alto Sínodo de la Iglesia Gnóstica Universal, eran también los Legados de la Orden Martinista y Miembros del Soberano Santuario de la Masonería. Por tanto, es claro que era imposible obtener el Grado 95° del Rito de Memphis-Misraim, a menos que participase de las estructuras paralelas; si alguien solo quería participar exclusivamente de la masonería sin asociarse a las Ordenes paralelas, solo podía acceder como máximo hasta el Grado 33°.

Por eso es que difieren absolutamente las capacidades cuando son medidas o comparadas entre un Hermano del Grado 95° de la antiguas estructuras, con un Hermano que recibe el mismo grado en la actualidad; efectivamente, no hay punto de comparación.
        
A nivel de Grandes Maestros de estas Filiaciones, también existe la incorporación a otras Ordenes, como es el caso de los Caballeros de Palestina, la Orden del Templo de Oriente y otras.

         Quizás algunos se sorprenderán, porque nunca escucharon hablar de semejantes cosas. Es allí donde está la explicación a cuanto hemos enumerado en un comienzo. Si alguno pretendió que lo único que era posible trabajar era una especie particular de masonería, en realidad se equivocó. Si alguno en su ignorancia y desconocimiento no sabía que para los iniciados existían otras alternativas de desarrollo, resulta lamentable. Si alguno mezcló cuanta doctrina, práctica y conocimiento en una sola orden, entonces solo cosecha el desorden y la confusión.

         Actualmente, como ya lo hemos insinuado, el poder de síntesis ha pretendido comprimir todo este inmenso cuerpo iniciático en una sola institución. Esto no es precisamente el resultado de una operación pensada e inteligentemente ordenada, sino por el contrario, es el resultado de una muerte anunciada, pues la sabiduría, la fuerza y la belleza fueron reemplazadas paulatinamente por sus respectivas antítesis. Veamos qué significa esto.
        
Durante muchos años, los estudiosos e investigadores de la Tradición Hermética Occidental (en algunos casos, que son la mayoría), y Cristiana, los Ritos de Memphis y de Misraim, no fueron más que solo una plataforma básica y elemental desde donde comenzar el estudio a las disciplinas que ocupaban a los estudiosos. El objetivo era que los miembros que trabajaren en cualquiera de las Filiaciones que analizamos someramente, tuviesen la “regularidad” que exigía la Orden más antigua de todas, esto es la Masonería Universal. Por tanto, se podría alegar cualquier discrepancias con las doctrinas que se estudiaban en las Ordenes superiores, pero no en cuanto al reconocimiento implícito que se debía tener de quienes participaban de ellas.

Era innegable que todos los miembros habían sido iniciados en los Grados masónicos de acuerdo a las fórmulas aceptadas por la masonería universal; por tanto, podrían surgir discrepancias, por ejemplo con el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, o con el Francés Moderno, con la Gran Logia de Francia, etc., pero solo en cuanto a un tecnicismo de regularidad; pero sin desconocer que las ceremonias por las cuales un profano se convierte en Masón, son las clásicas por las cuales es sometido cualquier persona y en cualquier Orden.

Si acaso un poder masónico reconoce a otro, técnicamente hablando, es asunto relativo, pues prima en todos los iniciados y en forma general, la idea de la Fraternidad y el concepto de una Masonería universal; la que puede llevar un nombre menos o un nombre mas, o bien puede llamarse con un nombre particular u otro. El resultado es el mismo. Todos por igual han pasado por las mismas ceremonias, y se reconocen universalmente con los mismos tocamientos, signos y palabras de reconocimiento (salvo muy pequeñas diferencias).
Una segunda razón de la necesidad de la Iniciación masónica, es que en las Ordenes Superiores se estudian algunos grados importantes de la masonería, sus leyendas y retejadores, lo cual implica necesariamente el hecho de estar iniciado en tales grados; lo contrario sería poco serio y se cometería una infidencia, que a nivel de Ordenes iniciáticas resultaría imperdonable.

Una vez establecido el Rito de Memphis-Misraim como la base sobre la que se sustenta todo el edificio iniciático que venimos analizando, este se convierte, como lo dijéramos ya, en un sendero obligado por recorrer. Ahora bien, la diferencia en relación a otros Ritos masónicos, consiste en que en este, los Grados se otorgan en periodos breves de tiempo, como es el caso de Robert Ambelain, quien fuera Gran Hierofante de este Rito, demoró alcanzar desde el primero al último grado (1º - 95º), solo cinco años. Otro caso lo constituye el de Spencer Lewis, quien es exaltado en un muy breve espacio de tiempo hasta el grado que le permite participar del Soberano Santuario de Alemania; el que es exaltado por el mismísimo Teodoro Reuss (Peregrinos), el mismo que consagró también y le dio plenos poderes para constituir un Soberano Santuario para Francia a Jean Bricaud. Esto es solo una muestra, porque podríamos citar unos cuantos casos más. Sin ir más lejos, el Hermano León Tournier, recibió todos los grados superiores al de Maestro Masón por correspondencia, esto es, el 18°, el 30°, el 33°, el 90°, y finalmente el 95°. Si tuviéramos que hilar aún más fino, nos daríamos cuenta que el Hermano Tournier nunca fue iniciado en el Rito de Memphis-Misraim en forma ceremonial, porque la iniciación hasta el tercer Grado la recibió bajo los auspicios del Gran Oriente Español que trabajaba en Paris. De igual manera, también Tournier,  otorgaba los Altos Grados de la masonería, por correspondencia. Sin embargo, nadie queda inhabilitado desde el punto de vista masónico pues existieron ceremonias de por medio en unos casos, y en los otros, permisos y dispensas autorizadas.
        
         En la actualidad los Ritos de Memphis y de Misraim han venido del todo a menos, ya que olvidando su brillante pasado, solo han quedado relegados a una simple masonería que busca su doctrina sin poder hallarla. Esto puede ser explicado, dado a que por circunstancias un poco largas de analizar, las Ordenes altamente iniciáticas se fueron quedando desamparadas por lo escaso que resultaban de conseguir los Iniciados de “alto vuelo”. Los estudiosos e investigadores que existieron en los tiempos de Papus (quien escribió cerca de cien libros y dirigió algunas revistas de publicación esotéricas), Bricaud (que escribió varios libros y dirigió publicaciones oficiales de las ordenes que representaba), Chevillón (que también escribió algunos textos y trabajos de investigación), Chaboseaux (que escribió varios tratados), Stanislas de Guaita (cuyo aporte al conocimiento serio del Ocultismo en obras de sumo interés tales como “Ensayo sobre las Ciencias Malditas”), etc., comenzaron a desaparecer y se hicieron cada vez más escasos. Las Ordenes también en forma paulatina comenzaron a abatir sus columnas esperando que quizás con el tiempo, surgiera una nueva era de estudiosos e investigadores de la Tradición Hermética Occidental y Cristiana, que posibilitaran nuevamente el despertar a los antiguos Egrégores dormidos.
        
En las décadas recientes, muchas personas de gran valer han pasado por los Ritos egipcios, sin embargo estos Ritos por si solos no han tenido la capacidad de interesar a los que buscan una aproximación a la verdadera Luz. A lo más, solo han visto en su trabajo una añoranza de tiempos lejanos que dieron prestigio, sabiduría y ciencia a los que enfrentaban el desafío del camino a la Alta Iniciación.

         Hoy, los iniciados buscan de Rito en Rito, algún eco de aquellos otros tiempos que le dieron gloria al Saber. No hay que extrañarse por tanto,  que muchos incapaces y osados ocupen las dignidades y sitiales que ocuparon hombres e iniciados notables, tales como René Guénon, Victor Emile Michelet, Josephin Péladan, Chamuel, Stanislas de Guaita, Albert Poisson, Barlet, Pólit, Gary de Lacroze, Coronel de Rochas, Paul Adam, Lemerle, Paul Sédir, Marc Haven, Abel Haatan, Selva, Agustín Chaboseau, Phaneg, Dr.Rozier, Jollivet Castelot, Serge Basset, solo por citar algunos franceses. La lista sería muy larga si acaso incluimos a notables estudiosos repartidos en muchos países del mundo.

         Quizás, y como los tiempos son cíclicos, nos queda la posible esperanza, que una nueva Aurora Dorada surja desde las tinieblas, para constituirse nuevamente en la promesa de un nuevo amanecer.


Nota:

         Cabe consignar en este esquema y como una forma de reafirmar lo antes señalado, que el 9 de mayo de 1898 se firmó un Tratado de Alianza entre la Orden Martinista y la Orden de los Illuminatis, unificando esfuerzos para lograr en conjunto sus Ideales comunes.
        
Que en 1911 se firmó un Tratado de Alianza entre la Orden Martinista de Papus y la Iglesia Gnóstica Universal, transformándose esta en la Iglesia Oficial del Martinismo.
        
También se integraron en pactos de trabajos unificados, los Ritos masónicos: Escocés Cerneau, Early Grand, Swedenborgiano y Memphis-Misraim, los que en conjunto constituyeron un Supremo Gran Consejo de Ritos Confederados.