QUE ES EL MARTINISMO RUSO DE
SAINT-PETERSBURGO
SAINT-PETERSBURGO
Como es lógico pensar, si existen
diferencias entre las llamadas filiaciones del martinismo de tendencia rusa, y es
así porque, por ejemplo, podemos establecer en la línea de Kiev, una orden inventada
por Robert Ambelain, que supuestamente
desciende de un príncipe llamado Choumisky, con el titulo de Orden Martinista
Iniciatica; que también existe otro tipo de martinismo al alero de la ciudad de
Tiflis, auspiciada por parte de Joseph
de Maistre; algunas filiaciones de Moscú que han trabajado en el pasado con el
martinismo francés, y que se deriva de la visita de Papus a Rusia, pero que a
no mucho andar han retrocedido a sus propias raíces; y el martinismo de Saint-Petersburgo.
No da lo mismo o no es una sola cosa
decir que se es un martinista ruso. Porque inmediatamente surge la pregunta ¿pero
de cual martinismo ruso está hablando?
Nosotros si podemos hablar de nuestro
martinismo ruso de Saint-Petersburgo.
No es una Orden que se dedica a la
meditación y a las prácticas del yoga, tampoco tiene una visión teosófica, no
es una orden para-masónica, no es una orden donde se estudien los rituales
cohens, ni es una orden donde se hagan practicas jesuíticas, ni católicas ni
menos devocionales.
El martinismo ruso de Saint-Petersburgo
es una sociedad iniciática establecida en tres grados de instrucción, donde se
practican exclusivamente las lecciones dejadas por Gregory Ottonovich de Mebes
en forma personal a Nicolai Rogalev Girs; una vez que este recibió su grado de
Superior Incognito y por tanto convirtiéndose en el Filosofo Incognito de una futura
Orden y logia martinista. Si bien existe
cierto parecido con los rituales franceses ello es debido a que cuando salió de
Rusia y luego de Alemania en dirección a Sudamérica no pudo traer absolutamente
nada, solo su vida. Aun así al menos, hemos recibido toda la carga espiritual
del martinismo de Saint-Petersburgo, disciplinado y apegado a la Tradición.
Esa es la razón por la cual se ven
incrementados nuestros trabajos con nuevos y serios estudiantes de estas
filiaciones. Como es claro, aquí no hay nada que no sea martinismo de Saint-Martin,
ya que no necesitamos echar mano a doctrinas tan lejanas a las pretensiones de
sus fundadores, como es el caso de las yogas, las teosofías, las doctrinas de
la nueva era, las políticas revolucionarias de grandes cambios globales, sobre
las prácticas que señalan los seguidores de los
hombres letrados, de quienes están interesados en las disputas francesas
de ese martinismo, de quienes le dan tanta importancia a la historia y sus
comentarios de pasillos, a algunos auto nombrados grandes maestros y sus
filiaciones, de quienes están preocupados por las supuestas regularidades entre
tantas ordenes que se disputan las grandes maestrías.
Seremos generosos, ya que pensaremos
que todas ellas reunidas le dan algo de sentido al martinismo de filiación rusa,
a lo menos el deseo de hacer prevalecer el pensamiento de Saint-Martin.