LIBRO V
LA TEURGIA DEL
MARTINISMO
- Rituales Comparados.
- Ritual Martinista
Operativo y General.
(Ritual del Plenilunio)
CAPITULO
UNO RITUALES COMPARADOS
RITUALES COMPARADOS EN EL 1º
GRADO, ASOCIADO MARTINISTA,
DE LA FILIACION FRANCESA Y
DE LA FILIACION
RUSA DEL MARTINISMO.
CAPITULO DOS RITUAL
MARTINISTA OPERATIVO Y GENERAL
(RITUAL
DEL PLENILUNIO).
A continuación damos a
conocer a los Iniciados en el Martinismo en cualquiera de sus Filiaciones, un
Ritual que nos parece de gran utilidad. El motivo es para que este sea puesto
en práctica, ya que su eficiencia es probada y, además, su uso constituye un
procedimiento que en la actualidad aún sigue siendo usado por muchos Iniciados
y varias Ordenes Martinistas en el mundo. Lo transcribimos en su totalidad y
sin ninguna alteración o comentario puesto de nuestra parte, para que su uso
sea absolutamente confiable. Dice así:
RITUAL DE LAS ORDENES
MARTINISTAS
RITUAL MARTINISTA OPERATIVO
Y GENERAL
“...Amonesto pues, ante todas las cosas, que se
hagan rogativas, oraciones, peticiones, hacimientos de gracias, por todos los
hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos
quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad...”
(San Pablo, 1ª de Timoteo II: 1 y 2)
“...Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice
traspasar, y rogad por ella al Señor; porque en su paz tendréis vosotros
paz...”
(Jeremías XXIX: 7)
Las Altas Autoridades Martinistas, constitutivas de la
Unión de las Ordenes Martinistas, prescriben y recomiendan que se ponga en práctica
este Ritual General, por todos los miembros de sus respectivas Ordenes,
de todos los grados, y cualquiera que sea el sexo del Operador, si estiman, en
consecuencia, que están en condiciones de aceptarlo.
Tiene por objeto permitir a todos los Martinistas
esparcidos por el mundo, cualquiera que sea su grado iniciático o su
dependencia, para que actúen, conjunta y solidariamente, en ciertas épocas
mensuales, en la Obra común, esto es, en la Reintegración Universal.
Este ceremonial, para que lo puedan seguir los
Martinistas que pertenecen, sea a la vía “Operativa” o a la “Cardiaca”, es un
compuesto mixto, equitativo y necesario, que realza las dos vías tradicionales.
No obstante, nosotros recomendamos que, si los discípulos
directos de Louis Claude de Saint-Martin practicaron exclusivamente, a partir
del siglo XIX, la Acción solo por la Oración, los seguidores de
Martines de Pasqually debían seguir, obligatoriamente, conjuntamente los dos
métodos: la Oración y la Operación, aquellas desde el siglo
dieciocho.
Por consiguiente, este Ritual General es un
retorno a las fuentes más tradicionales, puesto que constituye la expresión de
un verdadero Culto, en el sentido que dieron a esta palabra los primeros
fundadores de nuestra cadena secular.
En el Oriente de la Unión de las Ordenes Martinistas,
París,
Diciembre 25 de 1961 D. C.
El Soberano
Gran-Maestro El
Soberano Gran Maestro
de la Orden Martinista de la Orden Martinista
de los Elus-Cohen
JEAN ::: AURIFER :::
PHILIPPE
ENCAUSSE ROBERT
AMBELAIN
DEL RITUAL MARTINISTA OPERATIVO Y
GENERAL
1. DEL REGIMEN ALIMENTICIO:
El día de la
Ceremonia, se debe observar una sobriedad razonable. Será bueno comer
frugalmente y no beber sino agua pura
durante le merienda. Si es posible, proscríbanse ese día el tabaco y los
excitantes, tales como el café.
2. DEL REGIMEN SEXUAL:
Es evidente que,
en los días que preceden a la Ceremonia, queda prohibido todo exceso. El número
de días está en relación con el temperamento y la edad del Oficiante. Pero este
último, en lo posible, no debe haber tenido ninguna unión sexual desde
veinticuatro horas antes, por lo menos. Si el Oficiante es una mujer, ella no
debe actuar jamás durante el periodo de su “impureza” mensual.
3. LUGAR DE LA CEREMONIA:
El ideal es, por
cierto, una sala dedicada exclusivamente al estudio, la meditación y la
oración. La descripción de este tipo de Oratorio, se encontrará en las obras
especializadas (Teurgia, Kábala práctica, Magia Ceremonial). Si falta, se
trabajará en una pieza psíquicamente adecuada: gabinete de trabajo, salón,
comedor, estudio.
El aire debe
haberse renovado algunas horas antes. La pieza debe tener una temperatura
aproximada a los 18º o 20º centígrados. Si se trata de un comedor, precisa
cerrarlo con doce horas de anticipación por lo menos y hay que quemar incienso
(una pequeña cantidad), para purificarlo, después de haber renovado el aire en
abundancia. Desde el momento en que se cierra esta pieza, se prohíbe
estrictamente entrar a ella a cualquier mujer en estado de “impureza” mensual.
4. LAS VESTIDURAS.
Con seguridad, lo
mejor será revestirse con el Alba de lino blanco. Este es el vestido
tradicional. Se le completa con un Cordón de lana o seda, de color rojo, que
debe ser lo bastante largo para dar dos vueltas alrededor de la talla y caer en
dos vástagos sobre la pierna izquierda, de sesenta centímetros de largo más o
menos para cada vástago. Estos terminarán con una borla de la misma naturaleza
(seda o algodón). Estas Albas y borlas, se encuentran en los negocios de
artículos religiosos. También se los puede hacer cada cual. A falta de lino, se
puede utilizar ciertas telas: lino con mezcla de algodón, percala, etc. El Alba
debe llegar hasta cuatro dedos del suelo, más o menos.
Los pies se
calzarán con sandalias de yute o fibra de palma, en verano, y zapatillas de
lana en invierno, provistas en su interior de una plantilla aisladora, de
corcho o de caucho.
La cabeza y manos
estarán desnudas, esto es, desprovistas de toda cosa extraña. Previamente se
habrán retirado todos los objetos metálicos: anillos, relojes, llaves, etc.
El Oficiante que
actúe con ropa corriente, debe saber que con ello se priva de una parte
importante de su eficiencia en los “planos” inmediatos, y que se expone a que
lo penetren corrientes psíquicas que le pueden quitar una parte de su potencia
espiritual.
El Oficiante, con
o sin Alba, llevará el Cordón o el Collar de su grado, collar o Cordón al que
se le habrá retirado la Joya habitual de la Orden.
5. MANTEL DE LA CEREMONIA:
Lo constituye un
mantel de tela de lino o de seda, rojo o carmesí, de forma cuadrada, de
dimensión del codo piramidal o codo sagrado del antiguo Egipto (sirvió en las
medidas de la construcción del Templo de Salomón). Esto es 0,635m. por lado. Es
curioso que, la sección dorada del metro, es la que más se le aproxima.
Sobre el Mantel,
al centro, y de un diámetro de 0,21m. más o menos, se pinta o jalona el
Pantáculo Martinista tradicional, de colores negro y blanco. Si falta (y esto
es de igual eficiencia), bastará colocar, a la derecha del Candelabro Central,
la Joya metálica de la Orden.
Si el Mantel es de
tela o de seda blanca, el Pantáculo estará bordado en rojo y negro.
El Mantel será
bordado, sin ningún adorno(franja, cinta u otra cosa).
6. OBJETOS ACCESORIOS:
Se tendrá un
candelabro de metal, bastante alto, destinado a mantener la Luz Central, que se
pondrá al centro del Pantáculo, cuando llegue el momento. Se completa con un
segundo Candelabro, más pequeño, destinado a mantener la Luz corriente con la
cual se encenderá la Luz del Centro.
Se usarán Velas de
cera pura (cera bruta de abeja) o de cera litúrgica (con 30% de cera de abeja),
que se encuentran en el comercio especializado.
Se tendrá también
un Incensario de bronce o de cobre o, mejor aun, un Pebetero de barro, modelo
pequeño, que se abastecerá en el momento adecuado con brasas especiales para
incensar, que venden en las casas del ramo.
El Incienso debe
ser de Olibano, llamado incienso macho, en lágrimas, que se guardará en un
estuche de metal, o en una naveta clásica. Se proscribirá el incienso llamado
de iglesia, pulverizado, y los compuestos de varias resinas.
El Puñal (o la
Espada) será del tipo de guardia crucial, con lámina lisa de dos filos,
puntiaguda, recta o flamígera. Los ornamentos de la empuñadura o de la guardia
y del extremo de la guarnición de la espada, representarán el Pantáculo
Martinista, o los emblemas del Templo de Salomón (ornamentos del tipo llamado
“masónico”). Es preferible que la empuñadura sea de madera, de cuero o, si ella
es de metal, que esté recubierta con una ligadura aislante de lana o de seda
(acordonada).
El Altar se
levantará sobre una mesa de madera, de cara al oriente real. Se pondrá allí el
Mantel de Ceremonia, con el Pantáculo convenientemente orientado. El Incensario
se pone a la derecha del Pantáculo, es decir, a la izquierda del Oficiante. El
Puñal se colocará, con la punta hacia el oriente, a la derecha del Oficiante,
es decir, a la izquierda del Pantáculo. Al centro del Pantáculo, el Candelabro
Central. A la derecha del Oficiante, la Vela corriente en su Candelabro. Al
frente suyo, el Ritual.
7. LAS ACTITUDES:
El oficiante actúa
de pié. Durante sus Oraciones tendrá, si puede, sus manos abiertas en forma de
copa con cara al cielo, y los codos apretados contra el cuerpo; y leerá el
Ritual colocado ante él. Si el espacio es reducido, tendrá el Ritual en su mano
derecha y el Candelabro con la Vela corriente en la mano izquierda.
8. LA ILUMINACION:
Previamente se
habrá apagado toda la iluminación profana, especialmente las lámparas
eléctricas. No deben haber mas que las dos luminarias del Ritual, en virtud de
una ley oculta, que hará venir una tercera “luz”, como consecuencia del hecho
que implica la presencia de las otras dos.
9. GENERALIDADES:
El Oficiante debe
conservar el Alba y el Cordón en un estado de limpieza perfecta. Aparte del
lavado, no se les debe mezclar con ropas sucias.
Interesa actuar de
pié, sobre una alfombra de lana bastante gruesa, por pequeña que sea.
Fuera del momento
de las Ceremonias, los accesorios rituales se guardarán lejos del alcance de
manos profanas, al abrigo de toda suciedad. Para esto, se puede utilizar una
pequeña maleta nueva.
El Oficiante debe
saber que los textos que se usan en este Ritual, son los antiguos textos del
Martinismo tradicional del siglo XVIII, o textos rituales que proceden de
Ceremoniales aun más antiguos. Como tales están “Vitalizados” por el uso. Los
que proceden del Martinismo primitivo, tuvieron por autor al mismo Martines de
Pasqually. Es el caso de la mayor parte de estas Oraciones.
10. TIEMPOS DE LOS OFICIOS:
Durante el año,
por ser la Pascua, con la conmemoración de la Resurrección del Cristo y de su
victoria sobre la Muerte, la imagen de la Reintegración de toda la humanidad y
de su Resurrección, es útil actuar tomando en cuenta un ciclo que haga
repercutir en lo Invisible, por una especie de eco psíquico y espiritual, esta
conmemoración solemne.
He aquí por qué se
ha fijado, la fecha mensual de esta Ceremonia General, en el Domingo que sigue
a cada luna llena (la Pascua tiene lugar el Domingo siguiente a ala Luna llena
del equinoccio de primavera, en el hemisferio norte; y se actúa en igual fecha
en nuestro hemisferio).
La hora se fija
así: desde las 23 horas hasta la media noche, hora verdadera.
Se debe tener en
cuenta la hora local que, con frecuencia, tiene una hora de adelanto sobre la
hora real. En tal caso, la Ceremonia se hará de 0 hora a 1 hora de la
madrugada. (En otros países que en Francia – a que se refiere este ejemplo de
corrección- hay informarse del cambio de hora, para hacer la Ceremonia a la
hora verdadera que corresponda).
Esta hora se ha
escogido por haberse observado que este momento es uno de aquellos en que, en
las ciudades, hay una especie de descanso de la circulación y del ruido.
11. DE LAS CONSAGRACIONES Y DEL
RITUAL:
Las oraciones y
los pedidos de consagración, son fórmulas tradicionales, por lo menos varias
veces seculares. Como tales, ellas están, pues, fuertemente cargadas por su uso
prolongado.
El Ritual,
voluntariamente simplificado, también se inspira en antecedentes esencialmente
tradicionales, de una eficiencia cierta.
12. DE LAS TAW TRAZADAS (+) EN EL
CURSO DE LAS ORACIONES:
El signo +, o aún
X, era la taw hebrea, desde antes de nuestra era y también después (Cf. Jean
Danièlou: “Les Symboles Christies Primitifs” – París 1961). Era el “Signo de
los Elegidos”, en el Antiguo Testamento, antes que el Apocalipsis lo designara
así, y mucho antes que los Cristianos hicieran el recuerdo de la Pasión de
Cristo. En esos textos (principalmente Ezequiel), se considera que fue trazado
sobre la frente de dichos Elegidos por el Angel de Iaweh.
A este título, se
puede utilizar por los Iniciados de todo grupo religioso o filosófico, pues el
antiguo Egipto, los Misterios de Eleusis, de Dyonisios, los Gnósticos,
conocieron la Taw al mismo título que el antiguo Israel y sus Cabalistas. Se la
trazaba, con el Aceite de Unción, sobre la frente del Pontífice de Israel, en
el momento de su consagración. Por fin, para el Cristiano, cualquiera que sea
su confesión particular, es el “Signo de la Salvación”, aquel por el cual se
pone en fuga y se dispersa a los Demonios. Recuerda el triunfo de Cristo sobre
la Muerte. Los cristianos del Africa del Norte, en los primeros siglos, la
llevaban pintada o tatuada sobre la frente. Era la abreviación del Tetragrama
Divino y los rabinos medievales, en las llamas de las hogueras, se esforzaban
en visualizarlo resplandeciente en el centro de su frente, en una especie de
visión interior.
Por consiguiente,
el Oficiante se limitará a trazarlo, cada vez con el pulgar derecho, en el
centro de su propia frente. Otra manera de trazarlo ante él, es con la llama de
la Bujía Corriente (que lo representa en el Ritual), sea ascendiendo de abajo
hacia arriba, sea descendiendo desde
arriba hacia abajo, por la línea vertical de la referida Taw. En el hecho,
consiste en hacer en el espacio el número 4, derecho o invertido. Se conoce la
importancia de este glifo para el Martinismo Tradicional. Derecho, simboliza la
Resurrección. Invertido, simboliza la Encarnación.
DEL RITUAL MARTINISTA OPERATIVO Y GENERAL
Consagración del Alba y del Cordón.
“Mi fuerza está en Tu Nombre, pues El
me da vigor, ya que, del Cielo y Tierra, Tu eres Hacedor. Por eso es que te
pido que acojas mi oración, dejando que se eleve, hasta ti mi clamor. Que en
todos los caminos la Paz sea Contigo, y que también, en ellos, lo sea con Tu
Espíritu”.
Yo
os exorciso, Alba y Cordón, vestiduras sagradas que destino al Culto de mi
Reconciliación Celeste, en Nombre de Aquél que os tiene destinados para la
protección del Hombre en presencia de los Malos Espíritus, y para su
Purificación en presencia de las Potencias Celestes. Sed, pues, en adelante,
vestiduras inmaculadas y benditas (+), puras (+) y resplandecientes (+), al
abrigo de toda potencias y todo prestigio del Espíritu Demoníaco y de sus
Ministros, al abrigo de todas sus empresas y de todos sus maleficios,
cualquiera que ellos sean. No conservaréis en vosotros ninguna fuerza
diabólica, pero llegad a ser, por consiguiente, Vestiduras Puras (+), Santas
(+), Benditas (+) y Santificadas (+). Dignaos `pues, Señor, Dios Eterno,
Santificador Todo-Poderoso, Purificar (+), Bendecir (+) y Santificar (+) esta
Vestidura inmaculada y este Cordón. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
Consagración de las Sandalias.
“Mi fuerza está en Tu Nombre, pues El
me da vigor, ya que, del Cielo y Tierra, Tu eres Hacedor. Por eso es que te
pido que acojas mi oración, dejando que se eleve, hasta ti mi clamor. Que en
todos los caminos la Paz sea Contigo, y que también, en ellos, lo sea con Tu
Espíritu”.
Yo os exorciso, Sandalias, que
destino al Culto de mi Reconciliación Celeste, en Nombre de Aquél que os tiene
destinados para la protección del Hombre en presencia de los Malos Espíritus, y
para su Purificación en presencia de las Potencias Celestes. Sed, pues, en
adelante, benditas (+), puras (+) y resplandecientes (+), al abrigo de toda
potencias y todo prestigio del Espíritu Demoníaco y de sus Ministros, al abrigo
de todas sus empresas y de todos sus maleficios, cualquiera que ellos sean. No
conservaréis en vosotros ninguna fuerza diabólica, pero llegad a ser, por
consiguiente, Puras (+), Santas (+), Benditas (+) y Santificadas (+). Dignaos
`pues, Señor, Dios Eterno, Santificador Todo-Poderoso, Purificar (+), Bendecir
(+) y Santificar (+) estas Sandalias. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
Consagración del Mantel, y del
Lugar o Local de la Ceremonia.
“Mi fuerza está en Tu Nombre, pues El
me da vigor, ya que, del Cielo y Tierra, Tu eres Hacedor. Por eso es que te
pido que acojas mi oración, dejando que se eleve, hasta ti mi clamor. Que en
todos los caminos la Paz sea Contigo, y que también, en ellos, lo sea con Tu
Espíritu”.
Señor, Dios
Eterno, Todo-Poderoso que, aunque el Cielo y la Tierra no te puedan contener,
dígnate tener aquí abajo una Morada donde Tu Nombre Divino se invoque sin
cesar; dígnate, Te lo suplicamos, por la intercesión de los méritos de Tus
Angeles y de Tus Santos, visitar este Lugar de Ceremonia y este Mantel, mirarlo
con ojos benévolos y misericordiosos; por la infusión de Tu Gracia, presérvalos
de toda mancha y consérvalos siempre puros y sin tacha.
Dígnate
pues, Tu que has satisfecho las promesas de David Tu Servidor, haciendo
realizar su obra por su hijo Salomón, satisfacer también mis esperanzas,
arrojando muy lejos y por siempre a todas las Potencias Tenebrosas fuera de
este recinto así santificado. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
Consagración del Puñal o de la Espada.
“Mi fuerza está en Tu Nombre, pues El
me da vigor, ya que, del Cielo y Tierra, Tu eres Hacedor. Por eso es que te
pido que acojas mi oración, dejando que se eleve, hasta ti mi clamor. Que en
todos los caminos la Paz sea Contigo, y que también, en ellos, lo sea con Tu
Espíritu”.
Yo te
conjuro, Criatura de Metal, en Nombre del Dios-Todopoderoso, Iaweh Sabaoth,
Señor de los Ejércitos del Cielo, para que no queden nada de la Potencia
Tenebrosa que ha reinado hasta hoy en ti, y que, por el contrario, tu seas
Lámina de metal conjurada, Puñal o Espada de Justicia, en la mano del Hombre de
Deseo reconciliado con su Creador.
“OREMOS”.
Dios Eterno, Santificador, Todo-Poderoso, en cuya mano reside toda victoria, a
Ti, que diste a David una fuerza prodigiosa para vencer al rebelde Goliat, te
pido con una oración humilde, que Tu Bondad se digne, en Su Misericordia,
bendecir este Puñal o Espada y consagrarlo a mi lucha victoriosa contra los
Malos Espíritus. Concede a tu fiel servidor, Oh Dios Todo-Poderoso, que él le
sirva victoriosamente para su protección, su defensa, la de su familia, de su
morada, de sus hermanos, contra todos los Enemigos, visibles e invisibles. Por
Ieshouah Nuestro Señor. Amén (+).
Consagración de la Tinta para el
Trazado del Mantel de Ceremonia.
“Mi fuerza
está en Tu Nombre, pues El me da vigor, ya que, del Cielo y Tierra, Tu eres
Hacedor. Por eso es que te pido que acojas mi oración, dejando que se eleve,
hasta ti mi clamor. Que en todos los caminos la Paz sea Contigo, y que también,
en ellos, lo sea con Tu Espíritu”.
Señor Dios
Eterno y Todo-Poderoso, dígnate bendecir (+) esta Criatura líquida, esta Tinta
Santa, para que ella sea útil a los Hombres, y que quien quiera que escriba con
ella el Nombre Divino del Reparador, el de Tus Angeles y de Tus Santos, en el
contorno de sus Circunferencias, obtenga, por la Invocación de Tu Nombre Muy
Sagrado, por su intermedio y por sus méritos, la salud del cuerpo y del alma,
la iluminación de su espíritu, la apertura de su ojo interno y los primeros
testimonios de su Reconciliación. Por Ieshouah Nuestro Señor. Amén (+).
Consagración del Incienso.
“Mi fuerza
está en Tu Nombre, pues El me da vigor, ya que, del Cielo y Tierra, Tu eres
Hacedor. Por eso es que te pido que acojas mi oración, dejando que se eleve,
hasta ti mi clamor. Que en todos los caminos la Paz sea Contigo, y que también,
en ellos, lo sea con Tu Espíritu”.
“OREMOS”.
Por la intercesión del Bienaventurado Miguel Arcángel, que se mantiene de pié a
la derecha del Altar de los Perfumes, por la intercesión de todos Tus Elegidos,
de Todos Tus Santos, y de Todos Tus Angeles, dígnate Señor bendecir (+) y
santificar (+) este Incienso y aparejar el perfume con un olor dulce y suave.
Que para Tus servidores rescatados con Tu preciosa Sangre, Señor
Misericordioso, esta composición aromática sea una perpetua defensa contra los
Malos Espíritus, contra todos los Sortilegios, Ilusiones y demás agravios
diabólicos preferidos y hechos con denuedo por el mundo; que este Incienso sea
una perpetua expulsión de todos los Espíritus de Prevaricación, y que en
cualquier lugar en que se esparza el suave olor de este Perfume, que allí jamás
pueda habitar ningún maleficio o molestia diabólica, y que en el mismo instante
ellos sean alejados y desaparezcan bajo la inmensidad de Tu Potencia y de Tu
Fuerza. Y en cambio, que, como por un llamado invisible, cuando se esparza el
dulce olor de esa mezcla aromática, acudan de inmediato alrededor de este Santo
Altar y de sus Circunferencias santificadas, todos los Angeles y Espíritus de
Luz así como todas las Almas de nuestros Hermanos por fin reconciliados.
“OREMOS”.
Señor Santo, Dios Todo-Poderoso, ante el que se encuentran, con profundo
respeto, innumerables ejércitos de Angeles, dígnate bendecir (+) y santificar
(+) esta Criatura aromática. Que bajo el perfume penetrante de su olor, acudan
y se reúnan los Espíritus Celestes llamados por la palabra de Tu Servidor. Y
que, así mismo, huyan por siempre los Espíritus de las Tinieblas y del Error,
que vagan a nuestro alrededor para extraviarnos, sin que puedan subsistir jamás
sus maleficios y sus prestigios. Por Ieshouah Nuestro Señor. Amén (+).
o
o o
Oración al vestirse con el Alba y el Cordón, antes de
la ceremonia.
Blanquéame,
Señor, y purifica mi corazón, para que por estar lavado en la Sangre del
Cordero, yo goce un día de las Alegrías Eternas, con mi Alma por reconciliada.
Dígnate pues, Oh Señor Misericordioso, extinguir en mí el ardor de las malas
pasiones, para que la Virtud de la Fuerza y la Pureza vivan en mi. Por
Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
Oración al calzar las Sandalias.
Felices aquellos que se han integrado en sus caminos, y
que marchan de acuerdo contigo Señor. Que tanto mis acciones como mis pasos,
puedan regirse de manera que yo conserve fielmente Tus Mandamientos y Tus
Decretos, Oh Dios Todo-Poderoso. Y que unos y otros me conduzcan victorioso, al
término de esta vida terrestre, a la Esfera Primitiva, de la que salí por mi
culpa. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
Oración al colocarse la Banda o el Collar del Grado.
Señor de los Ejércitos del Cielo, permite que siempre
pueda conservar, con honor y fidelidad, este Ornamento precioso de mi
Reconciliación, y que, Abanderado de los Combates Vengadores, siga siendo por
mis actos, el símbolo de Tus Victorias. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
Oración al desenrollar la Alfombra de Ceremonia.
Dios Eterno,
Sabio y Fuerte, dígnate descender en este lugar; santifícale con Tu Presencia y
con Tu Majestad, para que la pureza y castidad y la plenitud de Tu Ley residan
aquí. Y haz según Tu Palabra: En cualquier lugar en que te encuentres, y en el
cual se respete y recuerde Mi Nombre, Yo vendré a vosotros y Yo os bendeciré...
(Exodo XX, 21). Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
Oración al colocar el Candelabro Central y el
Incensario.
Que todo
esté dispuesto según Tu Palabra, Oh Señor Todo-Poderoso. Tu que riges las cosas
con mesura, número y peso, pues la potencia soberana solo es Tuya y Tu
permanecerás por siempre... (Sabiduría XI, 21-22). Por Ieshouah, Nuestro Señor.
Amén (+).
MARTINISTA OPERATIVO Y GENERAL
La Sala estará alumbrada con
una mariposa o una luz muy débil, que después se apagará.
El Oficiante,
primero se santigua (+), y mirando al Altar y al Oriente, dice:
Mi llamado se eleva hasta vosotros,
Venerados Maestros Pasados e Invisibles, que habéis cruzado los Portales y realizado
el último viaje. Nosotros nos podemos unir, en este instante y en este lugar,
con todos nuestros HH::: esparcidos por el extenso mundo, en corazón y espíritu
con todos los nuestros. Amén (+).
El Oficiante enciende una Vela corriente. (con la que después
encenderá el Candelabro Central). Hecho esto, dice:
Yo te conjuro, Oh Uriel, y te invoco
con mi Palabra, con todo lo que está en tu Poder y en el Mío, para que tu Fuego
Espiritual abrace la materia que yo consagro al Eterno en el interior de esas
Circunferencias. Que el Fuego Elementario, que allí reside se una al tuyo para
contribuir a la Luz Espiritual de los Hombres de Deseo, mis HH::: y que, de
este modo, todos ellos sean animados con Tu Fuego de Vida. Por Ieshouah,
Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante aspira
suavemente la Llama
de la Vela y dice:
Oh Luz Pura, símbolo de lo principal
de mi Alma, a quien el Eterno ha confiado el cuidado de mi pensamiento, de mi
voluntad, de mi acción y de mi palabra,
has que por el Fuego Radiante mi Alma se libere de sus escollos y que mis
labios se santifiquen, para que las palabras que yo voy a pronunciar actúen
para la mayor Gloria del Eterno, para mi instrucción y para la edificación de
mis semejantes. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante enciende ahora el
Candelabro
Central con la llama de la Vela corriente,
(el Oficiante extingue la mariposa primitiva), y dice:
Yo te purifico, Oh Cirio, y te
bendigo (+) en nombre del Eterno y con las virtudes y potencias que Él me ha
concedido. Queda, por consiguiente, ordenado y consagrado, con mi palabra y con
mi intención, para el servicio a que yo te destino, y que es el de hacerme
recordar la impresión de las cosas que aquí se me comunicarán por los Espíritus
que yo invoque, según la Potencia innata en mí desde los Orígenes. Sed, pues,
justo y verídico a mi vista, como lo fueron las luces que los Elegidos
privilegiados del Creador emplearon en sus Ceremonias, unidas a favor de la
Regeneración Espiritual de los Hombres, mis semejantes. Para la mayor Gloria
del Pensamiento Eterno, para la mayor Gloria de la Voluntad Eterna, para la
mayor Gloria de la Acción Eterna, y por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante enciende ahora
la Braza del Incensario o del Pebetero, en la llama de la Vela Central,
diciendo:
Yo te purifico, Oh Fuego, y yo te
bendigo (+), yo te Santifico, en el nombre del Eterno, en nombre de aquel que
te ha creado, que apareció a Su servidor Moisés bajo el aspecto de Zarza
Ardiente, para que tu seas lo mismo, como antes lo era el Altar de los Perfumes
del Sagrado Templo de Jerusalén, para llegar hasta el Trono de Dios Altísimo el
incienso que se debe a Su Gloria y a su Bondad. Por Ieshouah, Nuestro Señor.
Amén (+).
El Oficiante espera un
breve instante y dice:
Venid, Oh Espíritu Santo, rodea el
Fuego que se Te ha Consagrado para que Tu Trono sea Resplandeciente y Dominante
en todas las Regiones del Mundo Universal. Rige, según mi pensamiento, sobre mí
y sobre mis HH::: Aleja de estas Circunferencias todo Espíritu de Tinieblas, de
Error y de Confusión, para que mi Alma pueda aprovechar del fruto de los
Trabajos que la Orden da a aquellos que se hacen dignos de que Tu los penetres,
Oh Espíritu Santo, que vives y reinas con el Padre y el Hijo por siempre. Por
Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante
deposita entonces Incienso sobre la Braza del Incensario y da una PRIMERA VUELTA alrededor del Altar, diciendo:
Oh Eterno,
que este Incienso que yo te ofrezco en estas Circunferencias, sea una imagen
verdadera de la pureza de mi palabra y de mi intención, para tu mayor Gloria y
Justicia. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante deposita nuevo Incienso en el
Incensario y da una SEGUNDA VUELTA alrededor del Altar, diciendo:
Oh Eterno, que este Perfume que Te
ofrezco en testimonio de mi Alma, tenga el mismo éxito que aquél que Te ofreció
Zorobabel en el seno de Babilonia para la liberación de los restos de Israel.
Líbrame de la servidumbre de la Tinieblas que me rodean y me mantienen privado
de Tu voluntad y de Tu Ciencia. Acoge mi oración, en la misma medida en que mi
palabra y mi voluntad estén de acuerdo con la Tuya. Por Ieshouah, Nuestro
Señor. Amén (+).
El Oficiante deposita de nuevo
Incienso
en el Incensario y da una TERCERA VUELTA alrededor del Altar, diciendo:
Oh Eterno, que mi oración sea en
adelante el verdadero Perfume que yo te ofrezco para una Eternidad. Que este
Perfume sea el emblema del fervor con el cual yo Te invocaré para mi
Reconciliación, con el propósito de unirme, así, sinceramente a Aquel a quien
Tu le has dado el cuidado de conducirme, dándomelo como mi Guardián. He aquí
por qué yo invoco a este Guardián
bienhechor, en el seno de estas Circunferencias, aunque yo no lo vea con mis
ojos de la carne, para que él sea mi Consejero, mi Guía, y mi Apoyo en este
mundo inferior y en los demás, para tu mayor Gloria y para mi santificación
perfecta. Por Ieshouah, Nuestro señor. Amén (+).
El Oficiante deposita el
Incensario sobre el Altar, volviendo a tomar lugar, de pié,
mirando al Oriente, y extiende delante de él las manos abiertas en forma de
copa, con los codos apretados al cuerpo, y dice:
Oh Eterno, Dios Inefable, Padre
Sagrado de todas las cosas, Tu que ves y lo abarcas todo, escucha la Oración de
Tu servidor, prosternado ante ti. Concédeme el recogimiento, el fervor, la
sinceridad necesaria para los sentimientos que yo te voy a expresar. Sedme
propicio, Oh Padre Inefable, tanto a mí como a todos aquellos y aquellas por
quienes yo te vengo a suplicar. Escúchame pues, Oh mi Dios, concédeme el don de
Orarte con eficiencia por mis HH::: de la Orden, por mis Parientes, por mis
Amigos, por mis Enemigos, por los Vivos, por los Muertos, y por todas Tus
Criaturas, Oh Señor Misericordioso. He aquí que yo me entrego a Tu Santa
Custodia. Ten pues piedad de mí, y que se haga Tu Voluntad. Amén (+).
Y Vosotros,
mis Protectores, Espíritus desligados de los lazos de la Materia, vosotros que
en adelante gozáis del fruto de vuestras Virtudes y del cual yo tengo la
felicidad de llevar los nombres, yo os conjuro, por ese Nombre que vosotros
mismos habéis invocado con tanto fervor, confianza y éxito, yo os conjuro que
contribuyáis por mi salvación eterna con vuestra santa intercesión, y con
vuestra protección junto al Padre de Misericordia, junto al Hijo Redentor, junto
al Espíritu Santo Conservador. Obtened para mí y para todos mis HH::: las
gracias de la Divinidad, Sus Favores, Su Clemencia, y que os recompensen hoy
por las luchas que habéis debido librar en esta residencia en que todavía me
encuentro. Haced que, por vuestra ayuda salvadora, yo viva y muera como
vosotros, en la Paz, en la Alegría, en la Santidad. Amén (+).
Y Tú, Oh
Espíritu Puro, mi Guardián, encargado por el Eterno de velar por mí para la
Reconciliación de mi ser espiritual, yo te conjuro, por el Nombre del Dios de
Misericordia, de venir en ayuda de mi Alma todas las veces que ella esté en
peligro de sucumbir ante el Mal, todas las veces que ella te llame por sus
deseos, sus suspiros y sus meditaciones, todas las veces que ella tenga hambre
y sed de consejo, de instrucciones, y de inteligencia. Ayúdame pues, Oh
Guardián mío, a obtener la ayuda y la protección de los Protectores que yo
acabo de invocar, así como la sumisión de los Espíritus que me restan que
evocar en esta ceremonia. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante guarda silencio
por algunos instantes y vuelve a poner una cantidad bastante grande de Incienso
en el Incensario. Ahora va a rezar por la difusión de la
Doctrina Martinista en el Mundo entero:
Dios Todo Poderoso y Eterno, Tu que
te has dignado revelar Tu Gloria a todas las Naciones y has beneficiado a
nuestros Maestros con una Revelación esencial para nuestra Salvación común,
dígnate pues, Señor, perpetuar las obras de Tu Misericordia para que el Mensaje
de nuestros Maestros, al fin esparcido por toda la tierra, para la
Reintegración Universal de todos los Seres creados en sus primeras Propiedades,
Virtudes y Potencias Espirituales y Divinas, penetre a todos los Hombres de
buena voluntad, y que ellos perseveren así en nuestras tradiciones y en
nuestras Obras con una fe firme y ardiente, así como en la confesión de Tu
Santo Nombre. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante medita algunos
instantes y, enseguida, reza por la armonía, la concordia y la fidelidad de
los HH:::
Oh Dios, Unico Dispensador de la Paz,
Conservador Todo Poderoso de todas lasa cosas que Tu has creado, nosotros Te
oramos para que nuestros HH::: y HHas:::
perseveren, por un tiempo inmemorial fieles a la Mística y a las Obras que
ellos han escogido y aceptado libremente al entrar en la Orden y que, por Tu
Gracia, permanezcan sometidos a la Jerarquía y a la disciplina de dicha Orden,
sin faltar jamás a su promesa. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante medita algunos
instantes y, después, reza por los Dignatarios y los Maestros de la Orden:
Dios Todo Poderoso y Eterno, nosotros
Te imploramos humildemente, todos nosotros que somos Tus servidores, para que
te dignes dirigir y conducir a los Maestros y Dignatarios de nuestra Orden,
protegiendo sus Almas y esclareciendo sus Espíritus, a fin de que ellos puedan,
por un tiempo inmemorial, cumplir digna y eficazmente los deberes que ellos han
aceptado. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante medita algunos
instantes y, después reza por los Grandes Maestros de la Orden, diseminados por
el mundo:
Nosotros Te
rogamos, Oh Dios Todo Poderoso, para que Tus servidores, Nuestros Grandes
Maestros, que han recibido de Tu Misericordia el poder de gobernar nuestras
filiaciones, reciban, por un tiempo inmemorial, un acrecentamiento de todas las
Virtudes y que, adornados dignamente con ellas, ellos puedan evitar los Vicios
innumerables y llegar hasta Ti, Oh Señor Misericordioso, que eres el Camino, la
Verdad y la Vida. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante medita algunos
instantes y, a continuación, reza por el triunfo de la
Espiritualidad Universal:
Dios Todo Poderoso y Eterno, Tu que
has revelado Tu Gloria a todas las Naciones cristianas, dígnate, Señor,
conservar las Obras de Tu Misericordia para que Tu Iglesia Universal de aquí
abajo, reflejo de la de lo Alto, esparcida por toda la tierra, persevere con
una fe firme e indestructible en la confesión de Tu Santo Nombre. Por Ieshouah,
Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante medita algunos
instantes y, después, reza por la Paz del Mundo:
Oh Dios Eterno, por quién se
santifican nuestros deseos, nuestros deseos rectos, y nuestras obras justas,
dígnate, Señor Misericordioso, otorgar a Tus servidores aquella Paz que el mundo
no puede darle, para que nuestros corazones se sometan a Tu Santa Voluntad, y
que eliminado el terror de nuestros Enemigos, nuestros días sean tranquilos
bajo Tu Protección y la de Tus Angeles, promovida para el gobierno de las
Naciones. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante medita algunos
instantes y, después, reza para que las catástrofes, tales como los
hundimientos, los sismos, se le eviten a la Humanidad:
Dios Todo Poderoso y Eterno, Tu que
has creado el Cielo y la Tierra y les has dado su estabilidad original y
permanente, nosotros pedimos a Tu Infinita Bondad y a Tu Misericordia
inagotable para que, por la Potencia de Tus Angeles y los méritos de Tus
Santos, Te dignes sujetar a los Demonios ocultos en las entrañas de la Tierra,
conservar a la corteza terrestre su estabilidad bienhechora, para que las
montañas no vengan a ocupar los valles, que los valles no pasen a ser llanuras,
que la superficie de la Tierra no se abra. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén
(+).
El Oficiante medita unos
momentos, y a continuación, ora para que la nieve, el granizo, la lluvia y las
tempestades, no causen
estragos en el mundo ni traigan duelo a la Humanidad:
Dios Todo Poderoso y Eterno, Tu que
te has dignado santificar las aguas de este mundo, y que también has hecho
brotar el Agua Viva de la Roca de Horeb y que te has servido de aquella del
Jordán para el Bautismo de Tu Hijo, nosotros
pedimos a Tu Inmensa Bondad y a tu Misericordia inagotable, que por la
potencia de Tus Angeles y los méritos de tus Santos, se nos eviten los estragos
de la Aguas, bajo cualquier forma, ya sea de tempestades, maremotos, trombas o
ciclones, y que los Demonios que los acompañan atormentados por Tu Potencia y
Tu Justicia, sean cogidos y alejados para siempre de los lugares donde se
amparan Tus Criaturas y, lejos de Tus Criaturas mismas, Oh Señor
Misericordioso. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante medita unos
instantes y, enseguida, ora para que los vientos, los tornados, los ciclones, no impidan los trabajos de los Hombres:
Dios Todo-Poderoso y Eterno, Tu que
te has dignificado santificar el aliento del Aire elemental en el Día Santo de
Pentecostés, cuando Tu hiciste descender Tu Espíritu Santo sobre los Apóstoles
reunidos, y que entonces “de repente vino un estruendo del Cielo como de un
viento regio que corría”, nosotros pedimos a Tu Infinita Bondad y a Tu
Misericordia inagotable, que por la potencia de Tus Ángeles y los Méritos de
Tus Santos, los estragos de las tempestades, de los torbellinos, de las trombas
y de los ciclones, cuiden los lugares en que viven y se protegen Tus Criaturas
y de Tus Criaturas mismas, Oh Señor Misericordioso. Por Ieshouah, Nuestro
Señor. Amén (+).
El Oficiante medita algunos
instantes y, después, ora para que los arrebatos del Fuego no arrasen la Naturaleza entera, y especialmente, las obras de
los Hombres:
Dios Todo-Poderoso y Eterno, Tu que
Te has dignado manifestarte a Tu Servidor Moisés bajo la forma de una Zarza
Ardiente, y que hiciste descender Tu Espíritu Santo sobre los Apóstoles y los
Discípulos bajo la forma de lenguas de fuego en Pentecostés, nosotros pedimos a
Tu Infinita Bondad y a Tu inagotable Misericordia que, por la potencia de Tus
Ángeles y los méritos de Tus Santos, las llamas de fuego subterráneo, las de incendios
terrestres, y las encendidas por el rayo celeste, cuides los lugares en que
viven y se protegen Tus Criaturas y Tus Criaturas mismas. Oh Señor
Misericordioso. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante medita breves
momentos y, a continuación, ora para que las epidemias, la peste, el
cólera, la viruela y todas las plagas microbianas que atacan a los reinos
vegetal, animal y hominal, sean destruidas y desaparezcan de la superficie de
la tierra:
Dios Todo-Poderoso y Eterno, Tu que
te has dignado sanar a Israel errante en el Desierto y por eso víctima de las
mordeduras de las serpientes ardientes, nosotros Te suplicamos que nos hagas el
favor, en recuerdo de la fé de Tu pueblo y en los méritos de la Serpiente de
Bronce, Tu Hijo Divino, de apartar de todas Tus Criaturas las enfermedades
pestilentes que los amenazan de una manera cruel, mantenerlas con salud del
cuerpo y del Alma. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante medita algunos
instantes y, después, ora por los frutos de la tierra:
Dios Todo-Poderoso y Eterno, Tu que
has creado todas las cosas para la utilidad del Género Humano, dígnate Señor,
repartir los beneficios tan necesarios de Tu Benevolencia sobre la superficie
de este Mundo Temporal, para que alimentados con Tus Dones y dándote las
gracias, busquemos todavía con mayor confianza el Pan de la Vida Eterna. Oh
Señor Misericordioso, has que todas Tus Criaturas, hombres, animales,
vegetales, que por un efecto providencial de Tu Gracia, Tu te dignas darle al
alimento cotidiano, se aparten los espectros del Hambre, de la Sed, de la
Miseria y de la Muerte. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante reza ahora por
los Hermanos
y las Hermanas de la
Orden, sus parientes y todos los Maestros Idos:
Oh Dios Eterno, Tu que dispensas el
perdón y deseas la salvación de los hombres, nosotros te pedimos que Tu Santa
Clemencia conceda, a los Hermanos y Hermanas de la Orden, a sus Parientes y a
sus vecinos, así como a todos los Maestros Idos que han abandonado este siglo, que
participen con Tus Santos y Tus Angeles, la Benevolencia Eterna con el retorno
a sus orígenes celestes, y la Unidad Original reconquistada por fin. Oh Señor
Misericordioso, dígnate conceder el reposo eterno a todos esas Almas, por un
tiempo inmemorial y has que en ellas resplandezca la Luz que no se extingue.
Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante vuelve a poner
una gran cantidad de Incienso en el Incensario, medita por algunos momentos y,
después, ora por las Almas Errantes:
Dios Todo-Poderoso y Eterno, Tu que
te has dignado salvar a los hijos de Israel de los ataques de las serpientes
quemantes durante el largo caminar de cuarenta años en el Desierto, bajo la
única condición de elevar sus ojos con confianza hacia la Serpiente de Bronce
expuesta a las miradas de todos, dígnate en Tu Clemencia, Oh Señor
Misericordioso, conceder a las Almas Errantes, perdidas en las Tinieblas del
Más-Allá, la gracia de recordarse del Nombre del Redentor, y de escapar así a
los ataques y a las asechanzas de los Espíritus Demoníacos, furiosos por
perderlos. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante medita por
algunos momentos y, después, ora para la re-iluminación de las Almas
oscurecidas por el Materialismo ateo:
Dios
Todo-Poderoso, Tu que salvas a los Hombres y que no dejarás que perezcan
ninguna de Tus Criaturas, dígnate Señor mirar favorablemente a las Almas
extraviadas por la astucia de Satán, Nuestro Adversario, para que, habiendo
abandonado toda malicia, esas Almas se arrepientan de sus errores y retornen un
día a la Unidad de Tu Verdad Santa y Eterna. Acoge pues, Señor Misericordioso,
la oración que yo te elevo para que se disipe la ceguera de los Pueblos que han
olvidado Tu Santo Nombre, para que por haber visto la Luz de Tu Verdad, que es
el Cristo, Nuestro Redentor, esos Pueblos sean alejados de las Tinieblas. Oh
Tu, Señor, que no buscas la Muerte de los Hombres sino la Vida misma del
pecador, dígnate Señor acoger favorablemente mis oraciones por esos Pueblos.
Libra a las Naciones extraviadas del culto de los Idolos, y reúnelas en Tu
Santa Iglesia, Eterna y Universal, lejos de este Mundo de dolor, y para la
mayor gloria de Tu Santo Nombre. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante reza ahora por
los enfermos, los afligidos y los prisioneros:
Dios Todo-Poderoso y Eterno, nosotros
Te pedimos humildemente que concedas, a todos los inválidos, los enfermos, los
afligidos y los prisioneros, la salud y la libertad, de manera que, liberados
de la enfermedad y del cautiverio, puedan llegar a dar gracias a Tu
Misericordia, Oh Señor de todas las Gracias. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén
(+).
El Oficiante medita por
algunos momentos y, a continuación, ora por los Jefes y los Conductores de
los Estados Cristianos:
Dios Todo-Poderoso y Eterno, Tu que
tienes en Tus manos todo el poder y toda la autoridad para todos los reinos de
la tierra, nosotros imploramos humildemente Tu Santo Nombre para que Te dignes
confirmar en la Paz y la Verdadera Concordia a los Jefes de los Estados
Cristianos y que Te dignes inspirarles la firme resolución de librar a toda la
tierra del azote de la Discordia y de la Guerra, como también de las
destrucciones por los Combates fratricidas entre todos los hombres. escúchanos
pues, Oh Señor Misericordioso. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante medita por
algunos momentos y, después, ora por los Jefes y los Conductores de
los Estados no-cristianos:
Dios Todo-Poderoso y Eterno, Tu que
tienes en Tus manos todo el poder y la autoridad de todos los reinos de la
tierra, nosotros imploramos humildemente Tu Santo Nombre para que te dignes
inspirar a los Jefes y a los Conductores de los Estados y de los Pueblos
no-cristianos, a falta de la gracia efectiva de una conversión a Tu Santa Ley y
el culto de Tu Divino Hijo, el Cristo Nuestro Señor, el favor de un
comportamiento pacífico y digno, sabio e ilustrado, caritativo y tolerante, y
que el Angel a quien Te has dignado confiar la conducta de cada uno de estos Pueblos
o de estas Naciones, los mantenga siempre en los caminos de la Paz, de la
Concordia y de la Tolerancia, así como el respeto de tus fieles Elegidos, Oh
Señor Misericordioso. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante medita por
algunos momentos y, después, ora por todo el Género Humano:
Dios Eterno y Todo-Poderoso, Tu que
Te has servido de Tu Hijo como de una Piedra Angular para reunir a los Judíos y
a los Gentiles, que se elevaren como dos Muros sobre los Cimientos opuestos, y
que has reunido esos dos Rebaños enemigos bajo un solo y mismo Pastor, el
Reparador Eterno, has pues, Señor, que en atención a los homenajes piadosos que
toda la Humanidad Te ha de rendir un día, en Tu Santa Ciudad de Arriba, que Tus
Creaturas vivan por fin unidas, en un día próximo, por el vínculo indisoluble
de la Caridad, y no permitas de ninguna manera, Señor Misericordioso, que la
división de los Espíritus y la perversidad de los corazones, separen a los que
no forman en su origen, mas que una sola Familia bajo la autoridad de un solo
Padre, para que, al encontrarse un día en un mismo Templo, celeste y común,
moren todos entonces eternamente en Tu Santo Reino. Por Ieshouah, Nuestro
Señor. Amén (+).
El Oficiante medita por breves
momentos y, enseguida, ora por los Espíritus degradados y caídos en el seno del
Reino Mineral:
Dios Todo-Poderoso, Eterno Creador y
Conservador de todos los Seres, he aquí que nosotros Te oramos y Te suplicamos
por todos los Seres, he aquí que nosotros Te oramos y Te suplicamos por todos los
Espíritus, caídos y degradados, encerrados en el seno de la Naturaleza Mineral,
como consecuencia de nuestra propia Caída. Oh Señor Misericordioso, dígnate por
fin conceder la liberación y el retorno al Pléroma Inicial, a esas Almas, así
como a Todas aquellas de otros Reinos. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante medita por
algunos momentos y, a continuación, ora por los Espíritus degradados y
caídos en el seno del Reino Vegetal:
Dios Todo-Poderoso, Eterno Creador y
Conservador de todos los Seres, he aquí que nosotros Te oramos y Te suplicamos
por todos los Espíritus, caídos y degradados, encerrados en el seno de la
Naturaleza Vegetal, como consecuencia de nuestra propia Caída. Oh Señor
Misericordioso, dígnate por fin conceder la liberación y el retorno al Pléroma
Inicial, a esas Almas, así como a Todas aquellas de otros Reinos. Por Ieshouah,
Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante medita por
algunos instantes y, después, ora por los Espíritus degradados y
caídos en el seno del Reino Animal:
Dios Todo-Poderoso, Eterno Creador y
Conservador de todos los Seres, he aquí que nosotros Te oramos y Te suplicamos
por todos los Espíritus, caídos y degradados, encerrados en el seno de la
Naturaleza Animal, como consecuencia de nuestra propia Caída. Oh Señor
Misericordioso, dígnate por fin conceder la liberación y el retorno al Pléroma
Inicial, reintegrando en el seno del Arquetipo, a esas Almas, así como a Todas
aquellas de otros Reinos. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante medita por
algunos momentos y, a continuación, ora para que los Espíritus Demoníacos sean
arrojados lejos de la Tierra:
Dios Todo-Poderoso y Eterno, Creador
y Defensor del Género Humano, Tu que has formado al Primer Hombre y a todas las
Almas pre-existentes en el, a Tu Imagen y Semejanza, dígnate, Señor considerar
a Tu servidor, caído en las redes de la Serpiente. Este antiguo Adversario de
la Tierra envuelve su Alma con los horrores del miedo, en donde adormece sus
facultades espirituales y razonadoras. Destruye pues, Señor Todo-Poderoso a
esta Potencia Diabólica, desvía sus pérfidas asechanzas arrojando lejos de
nuestro Universo al Tentador Inicial, Sus Angeles y Sus Ministros. Y que Tus
Servidores, Dios Todo-Poderoso por ese Signo de Salvación trazado sobre su frente,
queden defendidos y protegidos en sus Almas y sus Cuerpos.
Ahora el Oficiante se santigua en
la frente con el
signo de la Taw, dibujado con los dedos pulgar, índice y mayor, reunidos una + o una X, signos curativos de la Taw Hebraica
en los primeros siglos de nuestra era y también antes.
Sigue orando:
Y por eso, Señor. Tu que has
dispuesto con un orden admirable el Ministerio de los Angeles y de los Hombres,
concédenos, Oh Señor Misericordioso, la protección de nuestra vida terrestre,
que harán los mismos que Te sirven en el Cielo. Por Ieshouah, Nuestro Señor.
Amén (+).
El Oficiante medita por
algunos momentos y, después, ora por la salvación de los Espíritus
Prevaricadores:
Dios Todo-Poderoso, Retribuidor
Eterno, nosotros Te rezamos y suplicamos, tanto en Tu Justicia como en Tu
Misericordia, por todos los Espíritus que, en el Principio, han prevaricado.
Has que un rayo de Tu Luz Divina despierte al fin y por un tiempo inmemorial,
en su Esencia, el arrepentimiento doloroso y sincero de ese Crimen inexpiable,
Oh Señor Misericordioso. Para que en el Día del último Sabbat, destruidos en su
accidente, pero al menos salvados en su substancia, ellos vuelvan para siempre
a su principio, y al fin proclamen Tu Gloria por los siglos de los siglos, Oh
Dios Eternamente Justo y Fuerte. Por Ieshouah, Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante dice después, entonándolo, el “Salmo de las Batallas” (Nº 68), que los hijos de Israel
entonaban en el momento del combate, cuando el Arca de la Alianza se levantaba
de la tierra sobre los hombros de los Levitas, y que aquí se aplica a los
demonios:
Que Dios se levante, y que sus
Enemigos sean dispersados. Que sus Adversarios huyan ante Su Presencia y que,
así como se disipa el humo, como se derrite la cera delante del fuego, así
desaparecerán los Malos delante de El. Entonces los Justos se regocijarán;
ellos vencerán delante de Dios, con señales de alegría. Cantad pues ante el
Señor, celebrad su Santo Nombre. Abridle el camino a Aquel que avanza de parte
de los mundos, pues el Eterno es Su Nombre. Padre de Huérfanos y Defensor de
viudas, es Dios en la Morada de su Santuario, el Dios que da una familia a los
que estaban abandonados, que liberta a los Cautivos, que los hace felices, en
tanto que los Rebeldes, solos, habitan en los Lugares áridos. (Salmo LXVIII)
Para concluir, el Oficiante
repite el Salmo 133, para la unión de todos los
Hermanos:
Es algo magnífico para los Hermanos
el permanecer unidos. Pues es como el Oleo que, esparcido sobre la cabeza,
desciende sobre la barba, sobre la barba de Aarón que baja hasta el borde de
sus vestiduras, como el rocío del monte Hermón que desciende sobre los montes
de Sión... Porque es allí donde el Eterno envía la Bendición y la Vida
Eterna... (Salmo CXXXIII)
Ahora el Oficiante despide a los
Espíritus Celestes, que ha invocado en el curso
de su Ceremonia:
Espíritus Celestes que nos habéis
acompañado, nosotros os damos las gracias. Que la Paz de Dios exista siempre en
adelante entre vosotros y yo. Dignáos continuar asegurando, a mi y a mis
Hermanos, vuestra protección santa e inteligente. Y nosotros podremos, vosotros
y yo, estar inscritos por siempre jamás en el Libro de la Vida. Por Ieshouah,
Nuestro Señor. Amén (+).
El Oficiante cierra la tapa
del Incensario; después apaga el
Candelabro Central, diciendo
antes:
Que la Luz Invisible y Espiritual
vuelva al Mundo Invisible y Espiritual, así como la Llama Elemental se
restituya a su fuente natural elemental. Pero que el Fuego y la Luz Divina
moren en mi Alma y en las de mis Hermanos, para siempre. Por Ieshouah, Nuestro
Señor. Amén (+).
El Oficiante toma entonces el
Puñal (o la Espada), y lo dirige sucesivamente sobre cada uno de los cuatro ángulos
de la pieza trazando,
con dos cortes de la hoja, una cruz griega. Al hacer esto, dice a cada ángulo:
Que por este Signo se ponga en fuga
todo Espíritu que no proclame en alguna forma la Gloria de Dios. Por Ieshouah,
Nuestro Señor. Amén (+).
FIN